El planteo de la industria naval
La ausencia de una ley no justifica la falta de voluntad política para corregir temas críticos
Hace años reclamamos una ley de marina mercante e industria naval. ¿Se han preocupado los gobiernos por poner a la industria naval en su agenda?
El mercado internacional demanda exigencias que la Argentina difícilmente pueda cumplir en el corto plazo. Pero lo más importante es tener muy en claro que para cumplimentarlas tenemos que ser competitivos. Y para serlo es primordial que estemos de acuerdo empresarios, trabajadores, y especialmente el gobierno nacional, que debe permitir -con políticas claras y perdurables- que la actividad se pueda desarrollar.
Lamentablemente, los funcionarios de turno que pasan por el área sólo piensan en la coyuntura, o en proyectos no necesariamente afines con el interés general.
Si bien es necesario un marco regulatorio para la industria naval y marina mercante, con voluntad política rápidamente se corregirían algunas cosas. Por ejemplo:
Destrabar el reintegro del 14% de bienes de capital producidos en el país a la industria naval para embarcaciones destinadas al mercado interno. En la práctica, está bloqueado para algunos astilleros que, en consecuencia, deben producir sólo para la exportación. Y mantener el reintegro en forma independiente de la excepcional de arancel cero a los bienes de capital.
Propulsar, en las negociaciones regionales, la prohibición de importación de barcazas nuevas y usadas, llevando la iniciativa a las reuniones del Mercosur y del acuerdo de la Hidrovía Paraguay-Paraná.
Derogar la obligación aduanera de importar temporalmente las embarcaciones extranjeras destinadas a transformaciones o grandes reparaciones, sustituyendo el régimen por otro adecuado a las necesidades y particularidades de la industria (esto favorecería a los astilleros que se dedican a reparaciones).
Liberar la importación de la chapa naval, y de equipos no fabricados en el país destinados a la construcción naval, con arancel cero.
Decreto 1010/04: agregar los insumos para transformaciones o modificaciones en las embarcaciones, que deben estar exentas de aranceles de importación, como los insumos para las construcciones y reparaciones.
Para lograr esto pedimos en forma urgente la creación de la Dirección Nacional de Industria Naval, que sería el ámbito de discusión adecuado. Tememos que cierto lobby bloquee este tipo de pedidos, o no corra siquiera el riesgo de solicitarlos.
La dinámica internacional y la situación local llaman a reflexionar sobre si los cuadros políticos y empresarios del sector están a la altura de las demandas y del potencial del sector naval.
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