Lavadoras industriales: exportan máquinas que eliminan virus y bacterias

CORDOBA.- Una empresa cordobesa nacida hace 25 años es la única de Latinoamérica que produce y exporta máquinas para lavandería industrial. Emplea a 35 personas y realiza equipos para el procesamiento de telas y/o indumentaria y para el lavado de ropa hospitalaria, industrial y de hoteles. En ese último segmento innovó con el desarrollo de un sistema que permite la eliminación de virus y bacterias.

Marcelo Uribarren es el dueño de Arguia SRL y también preside la Unión Industrial de Córdoba (UIC); cuenta a LA NACION que el antecedente de la empresa es una fundada hace medio siglo por su padre, también dedicada a la lavandería industrial. La marca de las lavadoras es Aloña mientras que el nuevo producto saldrá con el nombre

Producen unos 300 equipos al año y venden afuera alrededor del cinco por ciento. Con la innovación esperan aumentar esa cuota de mercado: “Tenemos vocación exportadora; no pretendemos que cambien lo que tienen, sino agregar una solución para lo que ya compraron -dice el empresario-. Por eso, además de vender las máquinas también ofrecemos solo el nuevo sistema que se puede anexar”.

El objetivo, señala, es que “lo pueda comprar hasta la competencia”. El sistema fue desarrollado durante cuatro años con el Conicet y con el Ceprocor (centro científico-tecnológico cordobés de referencia en el país dedicado a la investigación, desarrollo e innovación en productos y procesos).

“Fue una inversión en ciencia, en investigación y comprobamos que lo diseñado elimina todos los virus y bacterias -agrega Uribarren-. Es la primera vez en esta industria que se hace un trabajo de campo como el que realizamos con el Ceprocor que nos permite contar el antes y el después; saber el número de entrada de millones de virus y bacterias y la salida en cero. Ya se han usado sistemas así pero nunca con una cuantificación así que era el objetivo propuesto”.

En la empresa, instalada en Villa María, se producen máquinas de lavado, de secado, de planchado, para arrugar y para romper con láser. La producción atiende las diferentes demandas que tiene la industria textil.

Uribarren comenta que hace 12 años exportaban el 40% de la producción: “Fue cambiando la industria textil y la demanda se orientó hacia China. Nuestros costos son complicados de gestionar frente a esa producción”. Mandan equipos a Brasil, Perú, Chile, Paraguay y África.

El empresario está convencido de que, en el futuro cercano, el rol de una empresa como la suya estará dado “por la innovación; si es por valoración de un kilo de máquina se pierde frente a China. Hay que transformarse en una tecnológica”.

Con esa mirada avanzaron en el diseño del sistema para lavar la ropa hospitalaria y lograr la eliminación de virus y bacterias intrahospitalarias. Se trata de un modelo que los elimina con agua fría -lo que hace que sea sustentable sino es necesario el uso de mucho producto químico- a la que se le incorpora ozono.

La eliminación es “absoluta” y, además, los efluentes que se eliminan son limpios. “Es un cambio superador, está muy por encima del sistema actual; consume menos agua, menos químicos y asegura la mejor limpieza”, insiste Uribarren.

La apuesta es lograr, a través de la novedad, duplicar las exportaciones (además del crecimiento de las ventas domésticas). El ritmo, apunta, será “paulatino”; van a tratar de crecer en penetración en Latinoamérica y, con fondos de inversión con los que ya están en contacto, llegar a Europa. “Para sostener la tecnología y la innovación es fundamental tener escala”, resume.

Uribarren subraya que en la Argentina “no es fácil exportar” por los cambios permanentes de las reglas de juego. “Necesitamos de otras políticas; competimos con otros que tienen una composición de costos con diferencias enormes a la nuestra; no hay financiación de largo plazo y de bajo costo. Para hacer una inversión hay que sacar dinero del bolsillo”.