Los mayores socios de la Argentina
Los 24 países que más comercian con el país aportan su receta para lograr el boom exportador
El año último, la Argentina exportó productos por cerca de US$ 23.000 millones. Un 65% de ese monto (unos US$ 15.000 millones) fue vendido en 24 países, que se congregan en el país bajo el paraguas de la Unión de Cámaras de Comercio Extranjeras y Binacionales (Ucceb). El organismo reúne a 23 cámaras binacionales, cuyo objetivo es "fomentar el comercio de ida y de vuelta", según explicó su presidente, Marcos Pejacsevich. "Les damos el mismo énfasis a la importación y a la exportación, porque creemos que para poder comprar hay que vender, y viceversa", agregó.
A la vez, esos 24 países son los mayores proveedores de la Argentina. De los US$ 26.000 millones invertidos en importaciones, un 75,73% se dirigió hacia esos destinos.
Con este respaldo, la palabra de Pejacsevich (60 años recién cumplidos, nacido en Croacia pero criado en la Argentina desde niño) es autoridad suficiente para evaluar por qué el ansiado boom exportador demora su llegada. "El problema que dificulta el comercio se resume en una sola palabra: burocracia. Se puede lanzar cualquier plan, pero si se traba en el primer escritorio, murió. La burocracia es terrorífica, se nota en las secretarías de Estado, en la Aduana... Mientras no la eliminemos, vamos a tener inconvenientes para llevar el país adelante", sostuvo.
Muchas veces, los subsidios europeos a la producción o las múltiples exigencias que los norteamericanos aplican a los productos importados son mencionadas como factores que conspiran contra el crecimiento en los mercados externos. "No es tan así -consideró el directivo-. Por ejemplo, en Europa del Este se consigue cualquier cantidad de granos y el flete es mucho más bajo, así que aunque se elimine el subsidio en ese rubro las ventas argentinas no van a mejorar."
No obstante, una de las luchas de la Ucceb es reclamar ante los gobiernos de los demás países una mayor reducción de los aranceles a las importaciones. "Pero la solución global para la Argentina no está ahí", subrayó su titular.
El plan
Pero según Pejacsevich, no está todo perdido: "Si queremos jugar en primera, no hay que vivir pensando que vamos a exportar lo que sacamos de la tierra. Tenemos que ofrecer valor agregado. Es verdad que lo que más se exporta son commodities, pero no estoy de acuerdo con quedarse con eso. Es lo más fácil, pero yo recomendaría que trabajáramos un poco más".
Para lograrlo, aseguró que las empresas, sobre todo las pequeñas y medianas (Pyme) necesitan más apoyo del Estado. "Un empresario se pregunta cómo hace para exportar valor agregado si, en un país con inflación cero, le cuesta tanto conseguir un crédito y, si lo logra, tiene que pagar una tasa del 18 al 20%. Además, el sistema impositivo es absolutamente sanguinario. Los extranjeros que forman un joint-venture con una compañía local no pueden entender que haya que pagar un adelanto de la renta presunta sobre la base de los activos, y no del balance del año anterior. ¿Y qué hacen? Les recomiendan a los locales buscarse otro socio", opinó.
Pejacsevich recordó que la mayor parte de los países europeos (entre los que destacó a Austria, Suecia, Dinamarca, Grecia, Croacia, Bélgica y Holanda) basa su poder económico en las pequeñas y medianas industrias. "Podrían ser socios ideales para la Argentina", dijo.
Otro punto por mejorar es la demora en el reintegro del impuesto al valor agregado (IVA) a las exportaciones. "Para una Pyme, es terrible que le devuelvan el gravamen dos meses después. ¿De dónde quiere el Estado que la gente saque el dinero para consumir y terminar con la recesión?", se preguntó.
El polémico control de preembarque (inspección en origen de los productos ingresados en el país por parte de empresas privadas) también fue centro de las críticas de Pejacsevich. "Es un sistema burocrático que encarece el comercio. Los países confiables no lo tienen. Creo que la Argentina no merece ser catalogada como un país de tercer nivel. Además, la Aduana debe ser la única encargada de practicar los controles, la tercerización aumenta los costos", insistió.
Por otra parte, el directivo reclamó la derogación de la resolución 404/00, que establece que los productos metalúrgicos para construcción que se importen deben ser aprobados por la norma IRAM. "Hay un excesivo celo de normativas técnicas -enfatizó-. Deberían homologarse normas de calidad internacionales. Esta resolución, al igual que la Nº92, para productos eléctricos, sólo termina encareciendo los materiales del exterior que se venden en la Argentina."