
Desalientan el aumento del consumo
Sorpresa: los banqueros criticaron el aumento del IVA a los préstamos personales, pero creen que una progresiva baja de tasas licuará un efecto inicial restrictivo en la demanda crediticia.
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Un aumento de dos puntos anuales en la tasa de interés bruta de los préstamos personales y prendarios es el impacto inmediato que se desprende de la resolución gubernamental de reimplantar el IVA al 21% para esos financiamientos por parte de los bancos.
El citado ajuste en alza para las tasas comprenderá exclusivamente a los créditos otorgados a partir del 2 de enero último (fecha en que se publicó el decreto 1579/96 que entiende sobre el tema), es decir, que no alcanzará a los que estaban vigentes con anterioridad.
La medida, que anuló la reducción del IVA al 10,5% que había dispuesto Cavallo en abril último como medio para impulsar la reactivación económica, fue recibida con sorpresa en el sector financiero. En este sentido, la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) adelantó a La Nación que en los próximos días hará una presentación ante el Ministerio de Economía planteando su preocupación por la medida que, a su entender, contradice la idea de incentivar la actividad económica mediante una reducción de las tasas de interés para los tomadores finales.
Adeba entiende que la resolución ocasionará problemas operativos a los bancos, en razón de tener que modificar sus sistemas y ajustarlos en breve tiempo a las nuevas condiciones.
La entidad planteó además algunos interrogantes sobre los alcances globales del decreto por cuanto otro anterior (N° 1230 de octubre del `96) determinó que se entendía como créditos personales los descubiertos en cuentas corrientes de personas físicas, con lo cual el incremento de la tasa abarcaría un espectro más amplio que el inicialmente esperado.
Sobrecostos Si bien se considera que la medida implica un encarecimiento de dos puntos anuales promedio para los nuevos créditos, en realidad este monto dependerá del nivel de tasa, del tipo de préstamo y del plazo final acordado.
Distintos banqueros consultados por La Nación coincidieron en señalar que, más que el impacto económico de la medida, lo que debe analizarse es su gravitación como "señal". Rogelio Canosa, del Banco Credicoop, cree que el incremento será absorbido finalmente por la "baja que se viene verificando en las tasas", un análisis con el que concordaron otros referentes del mercado financiero.
En este orden, señalan que puede haber una retracción inicial en la demanda crediticia, que se revertiría luego de cumplirse la previsiones de una progresiva baja en los intereses.
La interpretación del economista del Banco Quilmes, Carlos Pérez, es que la resolución apunta a que la recuperación de la economía no esté impulsada exclusivamente por el consumo, como ocurrió años atrás.
El economista afirma que en el último trimestre del año anterior la demanda de préstamos personales creció un 3 por ciento y entiende que la actividad económica ha dado signos reales de reactivación. Ambos indicadores habrían sido considerados por el gobierno para eliminar el estímulo que, intentando escapar de la recesión, se había dispuesto para los créditos de consumo.






