Dólar vs. inflación: cuánto se movieron los tipos de cambio en un año donde todo subió

Este año, los dólares no acompañaron a la inflación. A pesar de que las cotizaciones libres registraron algunos exabruptos en los meses de febrero y julio, cuando marcaron récords nominales, a poco de terminar el año registran un avance en torno al 47%. Una cifra menor a la suba generalizada de los precios, e incluso por debajo de los tipos de cambio oficiales.

El dólar blue es la cotización que menos subió en lo que va de 2022. El 30 de diciembre de 2021, entre copas de champagne y pan dulce, el billete que se comercializa en la informalidad se negociaba a $208. En cambio, ahora se vende a $290, un valor que mantuvo en los últimos tres meses. Se trata de un incremento de $82 en 11 meses o, visto de otra manera, de un 39,5%.

En contraste, la inflación avanzó mucho más. Hasta septiembre, último dato que informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), los precios acumulan un alza del 66,1%. Es decir, el dólar informal quedó 26,6 puntos por debajo. Si el análisis se hace con las proyecciones de las consultoras, con datos al 31 de octubre, la inflación acumula un incremento de entre un 71,5% (Orlando Ferreres) y 77,4% (Libertad y Progreso). De haber seguido ese ritmo, el blue valdría entre $355 y $370.

La relación no es directa. Sin embargo, para el analista financiero Christian Buteler, si todos los bienes de la economía se mueven a un ritmo del 6% mensual, es “lógico” que el dólar lo haga también. En definitiva, es un bien como cualquier otro. “No veo que sea sostenible en el tiempo que continúe en estos valores, hace tres meses que está quieto”, agregó.

Algo similar sucedió con los tipos de cambios financieros. El MEP pasó de valer $197,19, a $289,82. Un aumento del 46,9% ($93). En el caso del contado con liquidación (CCL), ascendió de los $202,78 del 30 de diciembre, a los $303,09 actuales. Un 49,4%.

“Los dólares financieros tienen varias presiones. Entre la inflación actual, la expansión de la base monetaria y los importadores pasándose al contado con liquidación por el cepo, nos da cuenta de que en el mediano plazo es muy probable que la presión alcista se mantenga firme”, agregó Lucas Yatche, economista de Liebre Capital.

La sorpresa: el dólar oficial

En 2021, la estrategia del Gobierno fue mantener al tipo de cambio oficial mayorista anclado a una depreciación del 1% mensual, cuando la economía se movía a una velocidad cuatro veces mayor. No obstante, esa política se revirtió en el último año. Sobre todo en los últimos dos meses, cuando el Banco Central decidió que el dólar siga los pasos de la inflación.

“Uno de los aspectos que se suele destacar acerca del actual proceso inflacionario es la ausencia de alguna referencia (’ancla’) nominal, un rol que históricamente fue asociado al tipo de cambio. Así, y a grandes rasgos, los saltos devaluatorios tienen como resultado una aceleración de la inflación, mientras que la calma cambiaria ayuda en los procesos de desinflación. Durante la última década abundan ejemplos que siguieron este comportamiento, cuando atrasos del tipo de cambio real con el fin de estimular los ingresos reales en los años electorales se combinaron con correcciones -de diferente magnitud- en los ‘años pares’ [2022]”, explicó la consultora LCG.

Tras haber sido congelado durante gran parte de 2021, este año el dólar mayorista acumula un avance del 55,1%. Cuesta $159,37, cuando al 30 de diciembre del año pasado aparecía en pantallas a $102,72 (una suba de $56,65).

Siguiendo con el mismo ejercicio, el dólar tarjeta se vendía a $177,78 a finales de 2021. Pero en el medio, con el objetivo de desalentar las compras en el extranjero, el Ejecutivo fue encareciendo la cotización. En julio pasado, subió 10 puntos porcentuales el recargo a cuenta de Ganancias (de 35% a 45%). Semanas atrás, creó el dólar Qatar (se le suma un 25% de Bienes Personales) y decidió que el dólar tarjeta sería solo para transacciones menores a US$300. Es así como hoy se negocia a $289,63, un 62,9% más que once meses atrás.