El impuesto a la exportación de servicios podría recaudar cerca de $28.000 millones
El sector generó unos US$6800 millones en 2018 y la cifra podría ser similar este año; cómo impactará el gravamen en cada rubro
Con el comienzo del año el Gobierno reglamentó el cobro de un derecho de exportación a la prestación de servicios de hasta $4 por cada dólar exportado. Si bien desde los distintos sectores hubo críticas, la proyección es que la facturación de esta industria en 2019 será similar a los US$6800 millones que generó en 2018, según cálculos preliminares de fuentes oficiales. Y, de mantenerse cercana a esos valores, la recaudación por este gravamen podría rondar los $28.000 millones.
Además, distintas fuentes consultadas destacan como aspecto positivo que se haya exceptuado del nuevo impuesto a las pymes que facturan hasta US$600.000 al año y que el Ejecutivo impulse la ley de la economía del conocimiento para que se continúen y amplíen los beneficios de la ley de promoción del software, que vence en diciembre de este año.
Luis Galeazzi, titular de Argencon, la entidad conformada por empresas prestadoras de servicios basados en el conocimiento, hace cálculos similares. "Los números conocidos hasta hoy son los del tercer trimestre. Si sumamos los cuatro últimos trimestres, es decir, el cuarto de 2017 y los tres primeros de 2018, el número de exportaciones es de US$6018 millones, por lo tanto no creo que la cifra cambie mucho en el cuatro trimestre, pero hay que esperar el dato del Indec", dijo. Y anticipó: "Respecto del volumen de exportaciones de 2019, jugarán varios elementos, como el efecto de la variación del tipo de cambio y el peso del impuesto", explicó.
Por su parte, el presidente de la Cámara de la Industria Argentina del Software (Cessi), Aníbal Carmona, dijo que en 2019 la industria del software "continuará creciendo" en comparación con el año anterior, aunque no "con la misma fuerza que ha caracterizado al sector, con un crecimiento sostenido en los últimos 15 años". Según Carmona, en 2017 marcaron un récord de US$1800 millones en exportaciones y calcula que los números de 2018 (todavía no están cerrados) superarán esa marca.
En este sentido, ayudaría el aporte de las micro y pequeñas empresas del sector, que quedaron exceptuadas del pago del impuesto, punto que tanto Galeazzi como Carmona le reconocieron al Gobierno.
Otro dato alentador en el horizonte sería la ley de economía del conocimiento, que extiende los beneficios de la ley de promoción del software, que vencen en diciembre próximo y agrega sectores más allá del software: producción audiovisual, biotecnología, servicios geológicos, investigación y desarrollo experimental, nanotecnología, industria aeroespacial y satelital, inteligencia artificial, robótica e Internet industrial, Internet de las cosas, sensores, manufactura aditiva, realidad aumentada y virtual, y simulación.
"El presidente Macri presentó la ley a mitad de diciembre de 2018 y la idea es que se trate en las próximas sesiones ordinarias y se apruebe, de manera que se extienda el régimen de promoción que vence en diciembre de este año ya desde el 1° de enero de 2020. La vemos con interés. Es una ley positiva para el sector", opinó Galezzi.
En tanto, Carmona dijo que la norma va a incentivar la inversión. "Apostamos a que con la continuidad del marco legal de la ley de economía de conocimiento, las empresas puedan comenzar a acceder a los beneficios fiscales y ampliar su inversión en infraestructura, recursos humanos y capacitación".
"En Cessi consideramos como un proyecto superador la ley de conocimiento. Apostamos a que el régimen especial para las nuevas micro pymes, la baja de la carga tributaria y de la tasa de Ganancias y el acceso a inversiones en capacitación o I+D repercuta directamente en la creación de más y mejor empleo de calidad", agregó.
Hoy hay casi 450.000 empleos registrados en la economía del conocimiento y 150.000 trabajan en empresas que exportan. Pero estimaciones del Ministerio de Producción calculan que hay una cantidad equivalente de empleos freelance en estas industrias, con lo cual el total ocupado está cerca del millón de trabajadores. Así, representan el 8% de la masa laboral nacional.
En tanto, conocida la reglamentación de los derechos de exportación, directivos de firmas de publicidad, producción audiovisual, desarrollo de software y servicios financieros consultados por LA NACION consideraron que el impuesto afectará sus actividades en el marco de la competencia internacional. Y destacaron el hecho de que la imposición sea transitoria hasta diciembre de 2020. Por eso, también advirtieron que, de convertirse en permanente, revisarán sus planes de expansión.
Rubro por rubro
En la AFIP explicaron que el impuesto no contempla exclusiones sino que "todos los servicios" quedan comprendidos. Así, la normativa alcanza rubros tales como consultoría, publicidad, desarrollo de tecnologías y producción audiovisual.
"Esta decisión tiene un doble impacto negativo", dijo Mario Julio, gerente general del Centro de Exportación de Servicios de Conocimiento (CESC) de PwC Argentina, que exporta servicios de auditoría externa y tiene como cliente principal a Estados Unidos (allí va el 90% de sus servicios). Por un lado, advirtió sobre la pérdida de competitividad frente a países como Filipinas, China, Panamá o India, que ya son hasta 50% más baratos que la Argentina. Por el otro, señaló que queda afectada la credibilidad del país, al "cambiarse las reglas en una industria que tendría que ser beneficiada y no perjudicada".
Julio recordó que en 2017 PwC invirtió US$20millones para sumar 600 profesionales al CESC (hay 1000 empleados en el área) y que no planean alterar sus planes. "Entendemos la necesidad que tiene el Gobierno de recaudar, lo apoyamos y ponemos la espalda. Pero es importante que se cumpla con que es un impuesto temporario; así fue como lo informamos a nuestros accionistas", sostuvo.
Sergio Kaufman, presidente de Accenture, recibió la medida con cierta tranquilidad. "No es ideal desde lo teórico, pero es entendible para estabilizar la macroeconomía. Si estos $4 que aportaremos por dólar exportado contribuyen, están bien usados", apuntó. Accenture tiene 5000 empleados abocados a servicios de exportación. Esa actividad le significó en 2018 US$300 millones y esperan llegar a US$350 millones este año. Kaufman resaltó la productividad del sector al señalar que la economía del conocimiento es el segundo rubro exportador. "El año pasado, el sector generó entre US$6000 millones y US$7000 millones, detrás de la soja y casi igual que la industria automotriz, con la diferencia de que este sector emplea a más gente y no importa componentes", destacó.
"En el costo de un celular un tercio corresponde a la fabricación del teléfono y los dos tercios restantes son conocimiento", definió el presidente de Accenture, y lanzó una pregunta al aire: "¿Queremos estar en el tercio de los que lo fabrican o en los dos tercios que dan valor agregado?".
El último informe de balanza de pagos del Indec, con datos del tercer trimestre de 2018, señala que los principales servicios que se exportan son los empresariales, como consultoría en administración, telecomunicaciones, informática e información.
En el área de la producción audiovisual, la noticia del gravamen se recibió con mayor alerta, aunque se relativizó el impacto. "Nosotros somos pequeños productores, así que no creemos que nos vaya a afectar. Por la falta de políticas de promoción del cine argentino, hace 20 años que no exportamos demasiado", apuntó Cristina Agüero, presidenta de la Asociación de Productores de Cine y Medios Audiovisuales (Aprocinema). Según detalló, del universo de productoras argentinas, solo el 20% estaría afectado por este impuesto.
La productora Underground es una de las impactadas y según su gerente general, Gonzalo Armendares, esto le restará posibilidades de competir con países de la región, como México y Colombia, que tienen beneficios. "No nos queda otra alternativa que trasladarlo a precios. Esperamos poder diferenciarnos a fuerza de calidad de producto", apuntó. Armendares explicó que el 50% de su producción se destina a la exportación y que en el último tiempo la productora comenzó a trabajar con cadenas regionales, como Turner y National Geographic. "Esto era una nueva oportunidad y ahora hay que afinar el lápiz. Ojalá se logre que sea un impuesto provisorio, aunque sabemos que en el país eso es poco creíble", añadió.
Creatividad y talento
En el rubro de la publicidad, Papón Ricciarelli, socio de la agencia Don, dijo: "Para nuestra industria, en la que el recurso humano es el 70% de los costos, esto una pena, porque cuanto más podamos vender, más gente vamos a emplear". El creativo lamentó que no se haya acompañado el impuesto con herramientas de promoción, pero dijo que confían en ir "compensándolo" con el tiempo. "Aunque cuantitativamente nos cuesta competir con los países de la región, a nivel cualitativo la creatividad local es muy valorada", sostuvo.
Para Bruno Rovagnati, vicepresidente senior y Managing Director de R/GA Latam, el impacto del impuesto se sentirá "a la hora de vender". El ejecutivo de la empresa de publicidad señaló que se verán obligados a diversificar entre exportación y venta local y a repartir la producción entre las oficinas de la región. "La Argentina es un gran lugar por su talento, pero posee una incertidumbre y una volatilidad tan alta, como vemos con este tipo de impuestos, que si hay planes de mediano y largo plazo a veces se complican".
El software es otro sector afectado y uno de los más prósperos dentro del ecosistema industrial, con una tasa de crecimiento del 16% anual en exportaciones.
Carmona advirtió que el nuevo impuesto es "un costo inconducente para una industria como la del software, que puede migrar rápidamente", pero señaló que las excepciones de la norma son fundamentales para amortiguar el daño. "Por suerte vemos que se decidió no destruir el ecosistema de microempresas, que son muchas: de 5000 compañías, 3500 son microempresas", acotó. Alineado con colegas de otros sectores, sostuvo que "entiende" la medida, dada la fuerte crisis fiscal, pero considera fundamental que sea provisoria.
Carmona dijo que el impuesto va en contra incluso de lo que piensa el Gobierno, que demostró su confianza en el sector el mes pasado, cuando se comprometió a impulsar la Ley de Economía del Conocimiento cuando se inauguren las sesiones legislativas ordinarias. "Vamos a ver si en marzo se presenta el proyecto; si no ocurre, el panorama será muy oscuro", concluyó.
Los números del sector
Los servicios son el segundo rubro exportador del país
Generador de dólares
"El año pasado, el sector generó entre US$6000 millones y US$7000 millones, detrás de la soja y casi igual que la industria automotriz, con la diferencia de que este sector emplea a más gente y no importa componentes", dijo Sergio Kaufman, presidente de Accenture.
Más que el vino y el limón
"El famoso malbec argentino exporta US$700 millones al año, un 10% de lo que exportan los servicios. Y tres días de exportación del conocimiento equivalen a toda la exportación de limones del año", suele comparar Kaufman.
Servicios empresariales
Los principales servicios que se exportan son los empresariales, como consultoría en administración, telecomunicaciones, informática e información, según datos del Indec.
Software, en alza
En 2017, el software marcó un récord de US$1800 millones en ventas al exterior y, según calculan en la Cessi -la cámara de esta industria-, los números de 2018 (todavía no están cerrados) superarán esa marca y este año continuarán creciendo, aunque no con la misma fuerza.
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