Dos argentinos abrieron la primera librería latinoamericana en Barcelona
Carmen Balcells fue la "mamá grande" del boom latinoamericano: una agente literaria catalana que durante las décadas del ‘60 y ‘70 introdujo en Europa los textos de Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa, entre otros autores. Más de medio siglo después, dos amigos argentinos siguieron su tradición con una librería boutique que tiene como misión llevar la literatura del continente al menos hasta Barcelona.
En una callecita del Raval, un barrio donde confluyen artistas y skaters en la explanada del Museo de Arte Contemporáneo, la librería Lata Peinada abrió sus puertas en una fecha especial para los catalanes, el Día de San Jorge (o Sant Jordi, como le dicen allí). Cada 23 de abril se conmemora al santo que luchó contra un dragón con regalos de rosas y libros entre parejas y personas queridas en esa fecha.
Esa fue la fecha que eligieron Ezequiel Naya (37) y Paula Vázquez (35) para abrir oficialmente las puertas del proyecto que los mantuvo ocupados en trámites desde fines de 2018. Naya dejó en stand by su trabajo en Bleed VFX, una compañía de efectos especiales fundada bajo la órbita de la empresa familiar de medios en la que se desarrolló profesionalmente, y Vázquez también colgó las llaves de su estudio de abogacía en Buenos Aires.
Los dos amigos se habían acercado por su gusto por la literatura. Se conocen hace 20 años. Los dos escribieron y publicaron libros por su cuenta. También compartieron talleres de escritura. En uno de poesía fue donde se les ocurrió el nombre de su librería, Lata Peinada, en homenaje a una obra del escritor argentino Ricardo Zelarayán.
El romance de Naya y Vázquez con Barcelona comenzó hace un tiempo. "Viví acá un año y medio mientras hice un máster de Escritura en la Pompeu Fabra. Después me volví a Buenos Aires, y volví hace tres meses porque ya abríamos la librería", explica él desde la capital catalana.
Emprender en Barcelona como argentinos
Claro que, desde que en septiembre pasado se empezó a gestar la idea hasta que Lata Peinada abrió sus puertas, hubo obstáculos para sortear. Al desafío de emprender se le suma el de fundar un proyecto lejos de la tierra natal. Un primer paso básico: ambos tienen doble nacionalidad, por lo que pudieron empezar los trámites más fácilmente.
"Al principio aprendimos todo lo que significaría empezar el negocio -recuerda Naya-, con todos sus riesgos y sus posibilidades". Con respecto a los trámites, asegura que la parte burocrática fue similar a la que se realiza en cualquier parte del mundo: abrir una cuenta en un banco local y sacar un número de identificación para los extranjeros que viven en España fueron los dos pasos básicos que los socios tuvieron que cumplir.
Al local lo vieron juntos desde Buenos Aires y en diciembre viajaron a Barcelona a reunirse con el dueño. "Lo primero que hicimos después fue una exportación desde la Argentina. Luego, empezamos a llevar obras de otros países, porque queremos bajarle la ‘argentinidad’ y equilibrar con el resto de América Latina", detalla.
El proyecto comenzó con los ahorros de cada uno. "Desde el principio esto es un riesgo. Cada vez que hablábamos con un asesor cultural que nos ayudó, Txetxu Barandiarán, nos decía que el de la librería es un sueño muy lindo, pero que también tiene su lado complicado: la gente ya no lee tanto y lee más por Internet", señala Naya.
Mucho más que una librería
Más que una librería, Lata Peinada se convirtió en un punto de reunión para los amantes de la literatura latinoamericana. Con ayuda del escritor catalán Jorge Carrión (quien les presentó a Txetxu Barandiarán), el espacio atrajo a un público lector y académico.
"Hay mucho catalán que nos dice que este era un espacio que hacía falta. Obviamente había libros de América Latina, pero no encontraban todo lo que buscaban", resalta Naya. Además de vender libros, en el local se dan talleres literarios de todo tipo y también presentaciones de autores latinoamericanos.
En general, asegura que los clientes catalanes piden recomendaciones y algunos se acercan al sector de las "joyitas", la estantería donde hay libros de primeras ediciones o descatalagados, es decir, unidades que son muy difíciles de conseguir. Por el momento, la mayoría de estas rarezas son argentinas y tienen precios que van desde los 20 hasta los 150 euros.
También se venden mucho los libros de autoras latinoamericanas como Liliana Colanzi (Bolivia) y Magalí Etchebarne (Argentina). En las redes de Lata Peinada reivindican a las mujeres de la literatura regional, olvidadas durante el boom latinoamericano, con el slogan "Escritoras que hacen BUM".
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Finalmente, ¿por qué Barcelona y no Madrid? "Porque siempre hubo una relación muy estrecha entre esta ciudad y la literatura latinoamericana, desde la tarea de Carmen Balcells. Nos parecía el lugar para hacer esto: hay mucho latinoamericano que vive acá, pero también mucha gente de acá que lee a latinoamericanos", cierra Naya.
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