Eduardo Costantini: “Tenemos una Argentina descarrilada”
El desarrollador sostuvo que se necesita un contexto de estabilidad, con una baja de la inflación y con condiciones para mejorar las expectativas; cómo están sus proyectos
En el cierre del Summit de Real Estate organizado por LA NACION, el empresario Eduardo Costantini, fundador y líder de la desarrolladora Consultatio, fue entrevistado por José Del Rio, secretario general de Redacción. Y en esa conversación compartió su visión sobre el mercado y la situación de la Argentina.
–¿Cuál es su opinión sobre las perspectivas del mercado de Real Estate en el país?
–En el último año y medio el mercado estuvo desdoblado entre los proyectos fuera de la ciudad y los proyectos en la ciudad. En estos últimos, el mercado estuvo muy lento y tomado por la situación económica, las malas expectativas políticas y económicas de la Argentina, el riesgo país y la suba del dólar. En este proceso, por primera vez en mi vida vi una suba del dólar y, sin embargo, un aumento de las operaciones fuera de la ciudad, como vivimos en Nordelta y en Puertos, donde hemos tenido récord de ventas en el segundo semestre del año pasado. En los dos lugares se están construyendo 1000 casas y hay más de 500 permisos de construcción para hacer nuevas. La gente quiere calidad de vida viviendo al aire libre.
–Hay una perspectiva de reinversión del mercado. ¿Creés que se puede dar como en otras ciudades de Europa, donde cambió la fisonomía del día después?
–En eso tiene que haber un programa de mediano y largo plazo de reconversión, que requiere de acciones diversas del sector público y de los propietarios. Para redefinir usos hay que redefinir las calles, los servicios, tiene que haber una transformación con más fuerza en la vivienda y con mayor seguridad. Y se debe trabajar en el mobiliario urbano.
–¿El Gobierno debería tomar medidas concretas para reactivar el sector?
–El sector se reactiva con el reordenamiento económico. Si tuviésemos estabilidad económica, lo que requiere bajar la inflación, tener estabilidad cambiaria y mejorar las expectativas, el sector explotaría. Hay un segmento pequeño de la población pequeño que tiene acceso a la vivienda; eso pasa no solo por el nivel de pobreza, sino también porque no hay créditos en la Argentina. Todos nuestros países hermanos tienen líneas de crédito de largo plazo y, entonces, hay un segmento mucho mayor de la población que tiene acceso a la vivienda. Después podemos hablar de un mercado regulado en el que no se pueden comprar dólares, y eso claramente dificulta el buen desenvolvimiento de las operaciones inmobiliarias.
–¿Cómo afectan las elecciones a este mercado, que de por sí está enrarecido?
–Las elecciones lo afectan en el sentido de cuál va a ser su resultado y qué señales va a dar ese resultado. La renegociación con el Fondo puede que sea un factor catalítico. La pandemia ha caracterizado de distinta forma a las diferentes regiones. Miami, por ejemplo, adquirió una fuerza enorme porque es un lugar más abierto, con menor densidad. Las ciudades han sufrido mucho porque la pandemia las castigó, pero allá la economía está muy vibrante y la ayuda del gobierno ha sido enorme. Uruguay es un país que está ordenado, con acceso al crédito y donde se está tratando de bajar la inflación, que es de un dígito. Es un mercado lento, aunque la venta de terrenos anduvo bastante bien en el último año.
–¿Qué pasa con la renta en ladrillos en la Argentina?
–En la ciudad hay un exceso de departamentos en venta y en alquiler. En cambio, en Nordelta el alquiler ha subido enormemente. Esto pasa porque hubo un cambio enorme en la forma de usar el espacio y los proyectos se tienen que aggiornar a los requerimientos actuales. Ya había paradigmas anteriores, pero la pandemia los aceleró, ya sea en el ámbito de las oficinas, como en el de las casas y departamentos. Hoy, un departamento tiene que tener un escritorio por el trabajo a distancia. La gente va a volver a la oficina pero con un sistema híbrido. Tiene que haber verde, altura de los techos, aire, conectividad, deporte y servicios. Creo que en esos proyectos la demanda va a andar muy bien.
–¿Cómo explica el boom de la demanda en Puertos, el proyecto desarrollado en Escobar?
–Puertos, en precios, vale la mitad o menos de la mitad que Nordelta. Como se hizo más de 10 años después, recoge la nueva sensibilidad en términos de mayor sustentabilidad, el tratamiento de los lagos, una reserva orgánica sobre Luján y un espejo de agua más grande, dándole más importancia a los materiales de construcción y a la energía solar. Con la fuerza que otorgó la pandemia, Puertos ha vendido casi 1000 terrenos en el último año y medio.
–¿Qué le preocupa de la economía local?
–El tema fundamental histórico y exacerbado en los últimos 10 años es que somos un país sin rumbo. La cultura política es la de la confrontación entre distintos partidos, y en el medio queda la Nación. Mientras eso ocurra y no haya un pacto social fundamental basado en el respeto a la ley y en tener una moneda, el mercado no despegará. Necesitamos un país estable. Sin consenso político, el cambio radical que hay que hacer no puede materializarse. Lo que el argentino espera es un cambio radical de las reglas de juego, de la calidad jurídica, económica y política para poder desenvolvernos. Tenemos una Argentina descarrilada.
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