
EE.UU. y Europa, en pie de guerra por las bananas
Encontronazo: el conflicto sería sólo la punta del iceberg de una disputa comercial mucho más seria que afectaría al resto del mundo.
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LONDRES.- Ninguna de las dos potencias las cultivan y están lejos de ser parte esencial de su dieta diaria, pero las humildes bananas han logrado poner a Estados Unidos y a la Unión Europea al borde de una guerra comercial.
El canciller británico, Robin Cook, y la secretario de Estado norteamericana, Madeleine Allbright, de paso en viaje hacia Asia, se reunieron el viernes en Londres para charlar sobre la cuestión. El Consejo General de la Organización Mundial del Comercio fue convocado de emergencia para tratar el tema hoy mientras, en un hecho no visto en los últimos 30 años, el embajador de Estados Unidos en Londres fue convocado dos veces por el gobierno británico en menos de 24 horas para transmitirle su "profundo desagrado".
Se agudiza el problema
El primer cañonazo lo lanzó Washington el 3 de este mes. Frustrado porque la UE aún no ha retirado las tarifas preferenciales para sus ex colonias del Caribe y sus dependencias de Canarias y Martinica, Estados Unidos aplicó sanciones por valor de 520 millones de dólares a infinidad de artículos europeos que nada tienen que ver con la tropical fruta.
La productos escogidos para afectar a los 15 países de la Unión incluye el queso Pecorino, los tejidos de cashmere, las galletitas dulces, waffles, pilas, tarjetas postales, sales de baño, velas, carteras de cuero, cartón, sábanas de algodón, artículos de cotillón y hasta artículos para trucos de magia.
Todos ellos sufrirán una tarifa del ciento por ciento a ser cobrada a partir del 12 de abril, fecha en la que se espera que la Organización Mundial del Comercio dé un dictamen final sobre el diferendo.
Hasta ahora, la OMC ha venido pronunciándose en favor de la posición norteamericana que también respaldan Ecuador, Guatemala, Honduras y México, países donde el gigante norteamericano "Chiquita" es el principal productor bananero.
En septiembre último, la organización con sede en Ginebra advirtió a la UE que algunas de las reglas preferenciales con sus ex colonias iban en contra de las normas de la OMC. La Comisión Europea aceptó el fallo y modificó esas normas, pero sin desterrar de plano el principio de "socio preferencial" hacia aquellas naciones cuyos ingresos dependen exclusivamente de las exportaciones bananeras.
Washington consideró esto insuficiente, volvió a quejarse ante la OMC y antes de que esta pudiera pronunciarse anunció la aplicación de sanciones.
El vicepresidente de la Comisión Europea, sir Leon Brittain, está convencido de que la impaciencia norteamericana se debe a problemas domésticos. "La compañía ÔChiquita´ ha dado millonarias donaciones a los dos principales partidos políticos norteamericanos y ahora está pasando la cuenta - indicó-. Esto es lo único que puede explicar que un aliado tanto de Gran Bretaña como de la UE haya decidido golpearnos tan abajo del cinturón."
Según un reporte del canal de televisión privado Channel Four, el presidente del gigante norteamericano habría sido huésped de la Casa Blanca en varias ocasiones y depositó 500.000 dólares en las arcas del Partido Demócrata en doce Estados norteamericanos tras haber recibido reaseguros del departamento de Comercio sobre la defensa de sus intereses frente a los del emporio irlandés Fyffes que controla las ventas de bananas caribeñas.
Aviones, genes y hormonas
¿Pero son realmente las bananas lo único que ha hecho tropezar a europeos y norteamericanos?
Todo indica que no. Muchos creen que la actual crisis no es más que el primer síntoma del serio deterioro de las relaciones comerciales entre los dos colosos económicos del planeta.
Hace poco el embajador norteamericano ante la UE, Vernon Weaver, utilizó una metáfora geográfica para explicar la situación. "El problema con las bananas es comparable a las colinas de Bélgica; la prohibición de carne tratada con hormonas representa a los Alpes y la resistencia europea a los alimentos genéticamente modificados es similar al Himalaya", sostuvo.
Y estos no son los únicos desafíos por atravezar en los próximos meses. El viernes último la UE puso en suspenso otro frente de batalla suspendiendo la prohibición que planeaba aplicar a partir del 1º de abril a una nueva serie de aviones norteamericanos que cuentan con ruidosos motores conocidos como "hush kits".
Washington asegura que la veda pondría coto a más de mil millones de dólares en ventas de estos equipos y tenía preparado vengarse prohibiendo el aterrizaje de aviones Concorde en Nueva York perjudicando así a British Airways y Air France justo en el año en que se preparan a festejar los 30 años del avión supersónico.
Durante una charla telefónica de quince minutos, Tony Blair procuró convencer a su amigo Bill Clinton de la necesidad de dejar todas estas cuestiones en manos de la OMC para evitar que la crisis se torne en una de índole internacional.
Por su parte, el gobierno japonés piensa lo mismo y ha pedido a las partes que lleguen "a un arreglo razonable".
Para el primer ministro británico la situación es particularmente delicada. A raíz de su posición frente a Saddam Hussein, muchos lo considera demasiado pro norteamericano y la región que más se verá afectada por la crisis en Gran Bretaña será Escocia justo en un año en el cual el avance del nacionalismo hace prever una rotunda derrota del laborismo en las próximas elecciones para la primera asamblea autónoma.
Desempleo
La Asociación Escocesa de Cashmere estimó que a raíz de las sanciones perderá unos 2000 puestos de trabajo y verá a China llevarse los 32 millones de dólares que obtiene anualmente con sus exportaciones a los Estados Unidos.
"Estoy convencido de que lograremos solucionar el problema con Washington", indicó Blair a la emisora escocesa Radio Clyde. "Yo me llevo muy bien con el presidente de los Estados Unidos y cuando estas cosas surgen la importancia de esta relación es evidente", sostuvo el funcionario.
Lejos de esperar que los escoceses confiaran en su palabra, el primer ministro británico procuró calmar la angustia de las tejedurías prometiéndoles que el Estado pagará la tarifa del ciento por ciento que Estados Unidos se dispone a aplicar a sus exportaciones de esos productos.
Reunión
Si bien el Consejo General de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que se reúne hoy en Ginebra con carácter de urgencia no puede obligar a Estados Unidos a dar marcha atrás en la imposición de derechos aduaneros al 100%, la Unión Europea espera obtener una amplia condena de las acciones norteamericanas, para que este país se abstenga de utilizar tácticas similares en otras disputas.




