CROSSOVER. El otro lado de la inseguridad: blindar el auto ya no es un servicio para pocos
La demanda vive un inédito crecimiento impulsada no sólo por la ola de asaltos, sino también por la mayor accesibilidad; a nivel ya hay dos decenas de compañías registradas para ofrecer este tipo de trabajos
/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/2LZ25HVIMFBBVO7JJT4PMN272Q.jpg)
"15 dólares por día. Es menos de lo que gastás en una hamburguesa en Miami". Así vende el blindaje antibalas para automóviles un jugador del sector. El precio surge de dividir el monto total de la protección contra armas de fuego por seis años de uso del vehículo. La suya y otras 18 compañías registradas en la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac) vieron cómo crece la demanda por la inseguridad, pero también por alternativas cada vez más accesibles para prevenir el vandalismo que lograron que a los Porsche y los BMW se sumaran los modelos de gama media.
El blindaje antibalas, que puede llegar a costar US$ 30.000, es un "mercado de nicho", tal como lo explica Horacio González Ramírez, director de calidad y desarrollo de Strong, una compañía del rubro. Por lo general, el público ideal para este tipo de protección lo constituyen los perfiles altos y los empresarios y sus familiares. La protección de los automóviles amplió su target con la modalidad antivandálica, que no se trata de una cobertura total de la unidad, sino de sus vidrios.
El blindaje antivandálico va desde los $ 10.500 hasta los $ 54.000, de acuerdo con el grosor y la resistencia. La protección resiste golpes con objetos puntiagudos, piedras o martillos en distintos grados. El propósito, dice González Ramírez, es evitar el típico ataque en semáforos para robar objetos dentro del vehículo, una modalidad que ocurre frecuentemente en la Capital Federal o en avenidas del conurbano. En menos de dos años, la compañía del Grupo Dietrich llegó a 1000 clientes y espera cerrar el año con un crecimiento de un 40% con respecto a 2016.
De acuerdo con Juan Pablo Bozzo, gerente general de Bullet Proof, América latina es el mercado más grande de blindaje antivandálico: uno de cada cinco autos lo tiene. El continente también lidera a nivel global en la modalidad antibalas: Brasil es puntero con 15.000 autos por año; le siguen Venezuela y Colombia, con 3500, y México, con 3000. Los autos con blindaje antibalas de la Argentina son entre 400 y 600 al año, según los datos de Bozzo.
En el mundo hay cinco niveles de protección contra armas de fuego, que van desde RB1 hasta RB5. En la Argentina, el más demandado es el RB3, subraya Rubén Estremero, presidente de Brista, que asegura contra el impacto de balas .44 Magnum de alta calidad y calibre 9 mm de alta velocidad además de cubrir los niveles RB1 y RB2, que protegen, entre otros, de los proyectiles de calibre 357 Magnum.
Walter Fontenla es socio de la firma Autoseguro, que desde hace 18 años opera en el país. "Hace cinco años, la demanda comenzó a crecer y avanzó hasta hoy en un 1000%, porque hoy roban más autos de gama media que de alta gama. El blindaje perforó todos los niveles de la sociedad, porque antes los que se protegían eran aquellos que tenían más por perder, y hoy no es así", resalta.
Los "blindadores" coinciden en que la demanda responde a los crímenes mediáticos. González Ramírez marca un punto de inflexión para el blindaje antibalas en el asalto al futbolista Fernando Cáceres en 2009, por el que el deportista sufrió varias secuelas. Otro driver de la demanda del producto es un hecho violento vivido por un amigo cercano o un familiar, explican los empresarios del sector.
Fontenla asegura que mucha gente prefiere "bajar el nivel del auto, pero tenerlo blindado", es decir, gastar menos en el vehículo y con la plata que sobra "invertir en su tranquilidad".
La mayor parte de la demanda de los blindajes, concuerdan las fuentes consultadas, la constituyen los hombres desde los 35 hasta los 60 años. Para González Ramírez, de Strong, los clientes se separan en segmentos: uno A/B para el blindaje total y un poco más bajos para el antivandálico. "El 70% de los que nos compran son hombres, que es lo contrario de lo que sucede a la hora de comprar el auto en una familia tipo, donde la mujer tiene mucha incurrencia en la decisión", explica.
Sobre la edad, González Ramírez afirma que coincide con el momento en el que la gente comienza a tener hijos y que esa paternidad o maternidad hace que los clientes busquen más seguridad. Los millennials se quedan afuera: "No tenemos personas de menos de 30 años porque no tienen el poder adquisitivo suficiente o no son conscientes del riesgo que hay en la calle", apunta. Estremero añade que generalmente se trata de personas que trabajan o realizan sus actividades diarias fuera de la Capital Federal, y que ese perfil se da sobre todo en dueños de pymes o comerciantes.
10.500
Piso
Es el costo en pesos del que parte un blindaje antivandálico, que puede superar los 50.000 de acuerdo con el grosor y la resistencia del servicio contratado