
El rol de la persona y la circunstancia a lo largo de la historia
El alemán Ludwig Erhard dice que el individuo pesa, pero no siempre es el único determinante
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El caso de Nelson Mandela vuelve a plantear la cuestión de la importancia relativa que las personas y las circunstancias tienen en algunos momentos cruciales de la vida de los países. ¿Qué enseña la historia sobre el particular?
Al respecto entrevisté al alemán Ludwig Erhard (1897-1977), protagonista del "milagro alemán" que ocurrió luego de la Segunda Guerra Mundial. Hombre de valor, convicción y tenacidad, el domingo 20 de junio de 1948, día en que se puso en práctica el decreto que liberó todos los precios y cambió la moneda, el general Lucius Dubignon Clay, comandante de las Fuerzas de Ocupación, lo llamó por teléfono para decirle: "Profesor Erhard, mis asesores me dicen que usted está por cometer un serio error". "Mis asesores me dicen exactamente lo mismo", respondió él, y actuó. Lo cual implica que el primer milagro alemán fue que la reforma se pusiera en práctica. Erhard fue ministro de economía entre 1949 y 1963 y canciller entre 1963 y 1966.
-¿Cuál fue el mérito principal de Mandela?
-Llevar a la práctica la postura de integración racial, sostenida por el Congreso Nacional Africano, el partido político en el que militó, y presidir una transición política sin resentimientos, a pesar de haber vivido preso durante 27 años de su vida, muchos de ellos en Robben Island. Su autobiografía, El largo camino hacia la libertad , publicada en 1994, describe de manera elocuente la agitada vida de este hombre.
-China, España y Sudáfrica son ejemplos de la importancia que tienen las personas cuando cambian los regímenes político y económico.
-Así es, Deng Xiao Ping, Adolfo Suárez y Nelson Mandela jugaron papeles cruciales, luego del fallecimiento de Mao Zedong y Francisco Franco, y la terminación del apartheid , respectivamente, y merecen por ello máximo reconocimiento. Como en Europa, durante la segunda mitad del siglo XIX, Otto von Bismarck, o durante la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill y Charles de Gaulle. En el plano económico, Arnold Carl Harberger no sólo destaca la importancia de las personas, para liderar los cambios exitosos, sino el coraje y no la brillantez, como la principal característica personal de quien los lleva a cabo.
-Chile, luego de Augusto Pinochet, es un contraejemplo.
-Porque modificaron el régimen político, pero no el económico. Por qué el régimen económico se mantuvo en Chile, pero hubo que modificarlo en España y en China es lo que deberían preguntarse aquellos que buscan el mejor modelo para un país.
-Pero, entonces, según la historia, la persona es todo.
-No siempre. La Primera Guerra Mundial estalló el 28 de junio de 1914, cuando Francisco Fernando, archiduque de Austria, fue asesinado en Sarajevo. ¿Alguien puede creer que el conflicto se hubiera evitado, si ese día el archiduque se hubiera quedado en su castillo, o lo hubieran protegido mejor, dado que el primer intento de asesinato falló? Otro ejemplo: explicar la tensión que existió entre la Argentina y Estados Unidos, luego de la Segunda Guerra Mundial, por las personalidades de Juan Domingo Perón y Spruille Braden, implica ignorar el medio siglo anterior de desencuentros entre ambos países. Si en 1946 hubiera triunfado la Unión Democrática, igual hubiera habido roces. En una palabra, sobre la cuestión de personas versus circunstancias la historia presenta ejemplos para un lado y para el otro.
-En su reciente visita a nuestro país el economista turco Kamer Daron Acemoglu afirmó que "la Argentina necesita un liderazgo débil, con un líder que escuche a las instituciones".
-Dando consejos yo sería más prudente, para lo cual comenzaría por analizar en detalle la historia, buscando características idiosincrásicas. Por diseño, el régimen político-institucional argentino está basado en un Poder Ejecutivo fuerte. José María Guido, María Estela Martínez de Perón y Fernando de la Rúa, los tres presidentes débiles que tuvo la Argentina durante la segunda mitad del siglo XX, no obtuvieron buenos resultados económicos, y no fue porque no escucharan a las instituciones.
-Don Ludwig, muchas gracias.





