El triunfo de Chávez le permite expandir el Estado benefactor
CARACAS—La contundente victoria de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales ha convencido a muchos venezolanos de la oposición de que sólo una grave recaída en su enfermedad o un desplome de los precios del petróleo podrán apartar del poder al carismático líder.
Chávez, de 58 años, obtuvo su tercera reelección con un margen de 9 puntos porcentuales sobre el candidato opositor Henrique Capriles, el joven gobernador del estado de Miranda que dirigió una campaña dinámica que por un momento generó expectativas en la oposición de que podría derrotar al presidente.
Chávez, que ha combatido un cáncer de naturaleza no revelada durante buena parte de los últimos dos años, triunfó en todos menos dos de los 24 estados del país, incluyendo el de Miranda, en unos comicios en los que votaron 81% de los electores inscritos, un récord de participación.
La victoria permite que Chávez siga adelante con su revolución socialista, profundizando la intervención del gobierno en la economía, incluyendo los controles de precios y las nacionalizaciones. También se espera que prolongue su papel como uno de los principales voceros contra los intereses estadounidenses en la región, lo que estrecharía sus alianzas con países que van desde Irán a China.
"Ha sido una batalla perfecta, una batalla democrática", exclamó Chávez ante miles de seguidores con camisas rojas que celebraban su victoria.
Venezuela cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo y es probable que Chávez siga exportando cantidades cada vez mayores de crudo a China en vez de Estados Unidos y recurriendo al petróleo como un arma para conseguir sus fines políticos y estratégicos, como financiar el gobierno comunista de Cuba.
Desde que fue elegido presidente en 1998, Chávez ha dominado la política venezolana al inyectar miles de millones de dólares provenientes de los ingresos petroleros a ambiciosos programas sociales que proveen desde alimentos subsidiados a vivienda gratuita para la mayoría pobre del país. Su victoria prueba, por si existía alguna duda, de que sigue contando con una amplia base de partidarios, especialmente entre los más desposeídos.
"Me siento muy contenta de que ganó Chávez", dijo Yamely Duarte, una empleada doméstica de 28 años, con tres hijos, que se quedó viuda hace tres años cuando su esposo murió en un asalto. "Él da muchos apoyos a la gente de bajos recursos". Duarte está en una lista para conseguir un nuevo apartamento porque su casa fue construida sobre un arroyo, en una zona inestable.
Gracias en parte a una línea de crédito renovable de US$40.000 millones de China pagada por el petróleo venezolano, Chávez ha acelerado el gasto fiscal, especialmente en vivienda. Los trabajadores de la construcción levantan bloques de apartamentos a lo largo de Caracas cubiertos con enormes pancartas de Chávez promocionando las ventajas de su revolución.
El mandatario también contó con algunas enormes ventajas durante la campaña. El gobierno tiene un amplio control sobre la televisión y utilizó su alcance para contarles a los pobres que sus programas sociales serían eliminados si ganaba la oposición, pese a que Capriles aseguró que los dejaría intactos y que añadiría otros nuevos. "Ganaron los pobres y sus te-mores. Quedarse sin las limosnas del Estado Benefactor bolivariano fue sin duda un factor decisivo", escribió Raúl Benítez, un analista político mexicano, en un sitio web dedicado a la región.
Moisés Naím, analista del Carnegie Endowment for International Peace, un centro de estudios de Washington, atribuyó la victoria de Chávez a la "maldición" de la riqueza petrolera del país. "Tenemos al líder de un petroestado con inclinaciones autoritarias que controla el poder legislativo, la Corte Suprema, el tribunal electoral y la industria petrolera que genera 98% de la riqueza del país, sin ningún peso ni contrapeso", observó. "¿Cuándo fue la última vez que un presidente de un petroestado fue derrotado?", pregunta.
Chávez, en todo caso, necesita concentrarse más en los crecientes problemas del país, incluyendo desequilibrios económicos como una inflación alta, el deterioro de infraestructura clave como la red eléctrica y una de las tasas de criminalidad más altas del mundo.
Ante la falta de inversión privada externa, la producción de crudo de Venezuela podría caer a 2,52 millones de barriles diarios para 2015, en comparación con los 2,62 millones actuales, indicó el lunes el banco de inversión J.P. Morgan Chase & Co .
Los inversionistas vendieron deuda soberana de Venezuela el lunes, si bien analistas aseguraron que hubo escaso volumen de transacciones debido a que el mercado de bonos no operó en Nueva York. Ben Ramsey, analista de América Latina de J.P. Morgan, dijo que los inversionistas se animaron con el discurso moderado de Chávez y la posibilidad de un cambio de régimen si su salud empeora. Con todo, están preocupados de que instale a un sucesor proveniente de las filas de su partido. Ese escenario "querría decir chavismo para los próximos seis años", dijo Ramsey.
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