
Construir a partir de la memoria creativa
Estudiantes participaron del concurso Desafía tu imaginación con Rasti y utilizaron los ladrillos para armar las maquetas
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Apenas unos minutos después de la inauguración de Consortium los estudiantes abrieron las cajas con 3000 ladrillos Rasti. Jugaron como cuando eran más chicos, pero esta vez con el reto de crear un objeto innovador.
Este año la competencia, auspiciada por Organización Techint, tuvo más dificultad: además de las tradicionales cajas de encastre los jóvenes utilizaron la línea de motores, reductoras, engranajes y poleas. ¿El objetivo? Despertar en los participantes el concepto de dinámica.
En la mayoría de las mesas las galletitas, mates y gaseosas fueron también piezas fundamentales, que sirvieron para acompañar la creatividad. Algunos también animaron la tarde con música que se escuchó desde los teléfonos celulares.
El jurado estuvo integrado por Ariel Real, de Organización Techint; Ramiro Pico, de la Asociación Argentina de Estudiantes de Ingeniería Industrial y carreras afines (Aareii); Juan Casalins y Javier Rodríguez, de Rasti, y Alvaro Feuerman en representación de LA NACION.
Cuenta regresiva
Los equipos tuvieron dos jornadas para idear, construir y finalizar los proyectos. Cerca de las 19 del jueves último, el jurado comenzó a recorrer las catorce maquetas y realizó preguntas sobre los prototipos.
Evaluaron la presentación, la creatividad, el funcionamiento, la aplicación a la realidad, el correcto uso de las piezas mecánicas y la estructura y solidez del modelo.
"Hacer que las cosas funcionen de una manera más eficiente y que las ideas se puedan llevar a la realidad son dos aspectos muy importantes", explicó Pico, presidente de Aareii.
Los concursantes recibieron cinco días antes de la competencia un kit, integrado por 1500 piezas y accesorios, para practicar. Y el día del desafío recibieron igual cantidad de ladrillos.
Algunos se reunieron previamente para darle forma al modelo, pero en medio del concurso tuvieron que cambiar de proyecto. Tal fue el caso del equipo Rasti Man.
"Habíamos pensado hacer una montaña rusa, pero tuvimos que modificar la idea a último momento. Igual nos divertimos mucho. Me había olvidado que me gustaba tanto hacer esto", dijo Daniel Salvatori, uno de los miembros del grupo.
Ideas brillantes
"Todos los trabajos son muy interesantes. La verdad fueron ideas brillantes y se desarrollaron en muy poco tiempo", dijo Feuerman, antes de dar a conocer los nombres de los ganadores.
Los jóvenes de Deep Blue y Somos DP fueron los que subieron al podio.
"Buscamos representar la forma en que el hombre fue utilizando la energía. Se trata de un efecto dominó que comienza con la caída de unos palitos, que a su vez activa a un martillo, luego la fuerza pasa a un subibaja. También hay una palanca y una tirolesa", explicó Miguel Angel Morkin, de Deep Blue.
Los jóvenes construyeron una torre llamada, Monumento a la Energía, donde en cada piso se pudo observar la utilización de un mecanismo diferente. En el extremo superior una cadena de ADN giraba gracias a un motor independiente. "Esto representa la evolución del hombre", agregó Morkin.
El equipo estuvo integrado por Guido Santa Cruz (22), Alejandro Muther (22), Gabriel Früm (21), Miguel Angel Morkin (21), todos ellos estudiantes de ingeniería del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).
También fueron reconocidos los jóvenes de Somos DP: Lucía Galli (25 años, ITBA), Pablo Groglopo (26, UBA), Ariel Mesch (28, UBA), Lucía Capristo (24, UBA).
"Nos inspiramos en una frase del escritor Gabriel García Márquez, Las ideas están en el aire. Creamos un captador de ideas que las transforma en innovaciones", detalló Galli.
Todo comienza con una persona que se divierte porque, para los estudiantes, el juego llama a la inspiración. Las ideas flotan en el aire, una persona las capta y son dirigidas por un conducto, que le imprime velocidad a un tamiz, que filtra las mejores. Luego unas manos que frotan el fuego representan la dedicación y el esfuerzo requerido para que una idea se convierta en innovación. ¿El resultado? Figuras de cocodrilos formados por Rasti, una innovación en la manera de usar los ladrillos.
Premios
Cada ganador recibió un reproductor de MP3 Sanyo y una orden de compra de $ 200, en Cristian Lacroix. Además los equipos ganadores podrán acceder a cursos regulares y de verano de inglés. También talleres de conversación, que se dictarán, de diciembre a febrero, en el Instituto Cultural Argentino Norteamericano (Icana). A último momento, la institución, sumó un premio especial: la preparación para el examen Toeic, herramienta que otorga una certificación internacional de inglés.
Mientras los chicos armaron los modelos, se podían observar reproducciones e inventos de Leonardo Da Vinci: el Hombre de Vitruvio y la Gioconda. También se exhibieron algunos de sus famosas creaciones, la máquina de vuelo, el puente giratorio, el sistema de propulsión para barcos, entre otros.
Antes de finalizar la jornada, los representantes de Rasti dieron el visto bueno para que los concursantes se llevaran las maquetas a casa. De esta manera, los catorce equipos participaron de un entretenimiento que los llevó a la niñez, pero esta vez plasmaron los conocimientos adquiridos en la universidad.





