En Francia, jubilación no es sinónimo de vejez
En la Argentina, así como en muchos otros países donde la tercera edad es para la mayoría sinónimo de problemas ecónomicos, la jubilación es vista con temor.
Tanto es así que, cuando se acerca el momento, muchos empiezan a pensar en cómo hacer para mantener algún tipo de vínculo laboral dentro de la misma empresa en la que estaban o buscar alguna otra alternativa que les permita redondear un ingreso digno.
Pero no en todos lados es igual. Según una encuesta realizada por Ipsos-Seniors Association en Francia a fines del año último, el 82% de la población defiende con entusiamo la jubilación a los 60 años, o antes incluso.
Sólo el 11% de los consultados elige, si esto es posible, seguir trabajado después de los 60. Sólo aquellos que ocupan posiciones altas están menos dispuestos a retirarse y soportan mal ser rechazados después de los 50 años.
Si el 33% pretendiera jubilarse entre los 55 y 59 años, la cifra cae a 23,7 en las posiciones altas, pero sube a 46,6 entre los empleados y 45,5, entre los obreros.
Es así como para la mayoría de los franceses la jubilación no es un síntoma de vejez y, si bien el temor por el futuro económico existe, los consultados están llenos de proyectos y piensan repartir su tiempo libre entre la familia, los viajes y los entretenimientos.
Sin embargo, siempre hay motivos de preocupación: los expertos franceses sostienen que en poco tiempo más va a ser necesario extender el tiempo de vida laboralmente activa de la población, para evitar el colapso de los fondos de jubilación.