En la era del FMI, el país se enfrenta con varios desafíos

En el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía argentina se encuentra inmersa en desafíos cambiarios, inflacionarios y fiscales, donde la recesión económica toma forma de "L".

Lo acordado en junio con el organismo multilateral implica metas monetarias y cambiarias exigentes e inconsistentes entre sí que urge renegociar. En este contexto, la tasa de interés sube lo necesario para generar atractivo a quedarse en pesos, mientras el dólar advierte un rally alcista.

Respecto a los desafíos inflacionarios, el traspaso de la devaluación a precios implica una presión latente. El pass through (lo que se conoce en la jerga como traslado a precios) al índice mayorista será en torno a la mitad, mientras el traslado al consumidor será menor, producto de la recesión económica.

En materia fiscal, la renegociación del acuerdo con el FMI se traduce en un mayor ajuste. Los gastos de capital, relacionados con la infraestructura, ya presentan un desplome del 19,8% interanual y las transferencias a provincias registran un retroceso del 4,5% interanual. No obstante, los subsidios económicos afectados por el costo de la energía importada operan en contrario. De este modo, es necesario un acuerdo fiscal con los gobernadores que marque el sendero presupuestario.

Caída en la actividad

En este contexto, lo que se observa es una caída generalizada en la actividad económica. El último dato oficial indica un desplome del 6,7% interanual en junio, mientras que datos adelantados de julio exhiben retrocesos tanto en construcción, como en industria y consumo. Por su parte, el consumo público ya no traccionará la actividad económica. Salir de la recesión llevará más tiempo, donde el agro y el sector externo serán los únicos motores.

En un mundo más volátil, donde las miradas se centran en cada vencimiento de Lete en dólares, el Gobierno debe explicitar el programa financiero y sus fuentes. Además, sería importante alcanzar un acuerdo político con los principales referentes de la oposición para mostrar un horizonte que vaya más allá de 2019.

En definitiva, impera la necesidad de alcanzar una estabilización de la volatilidad del dólar, renegociar las pautas monetarias y cambiarias con el FMI, otorgar claridad al programa financiero, negociar líneas de financiamiento contingentes con diversos Bancos Centrales y alcanzar un acuerdo con los gobernadores. Los próximos diez días serán claves para la redefinición del camino. Los desafíos son múltiples y es necesario saber manejarlos en una Argentina donde lo que reina es la incertidumbre.

Economista Jefe de Fundación Capital