En medio de la crisis energética global y su impacto en la Argentina, Martín Guzmán viaja a Houston

En medio de la escalada de los precios de la energía por el conflicto bélico en Europa, y cuando en la Argentina se negocia cuál será el aumento de tarifas de luz y gas en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) -y si alcanzará o no la provisión de energía para las empresas y los hogares en el invierno-, en las próximas horas el ministro de Economía, Martín Guzmán, se embarcará rumbo a Houston para mantener una intensa agenda con petroleras globales.

El Ministerio de Economía informó que, con aval presidencial, Guzmán participará del CERA Week 2022, “el evento anual de energía de mayor prestigio mundial”, donde mantendrá encuentros bilaterales con los presidentes y CEO de algunas de las empresas energéticas de mayor envergadura mundial y con inversiones en la Argentina, incluyendo a Total, Chevron, Shell y Equinor, entre otras. “Este año este evento es de singular importancia debido a la situación de crisis energética global”, explicó el Palacio de Hacienda en un comunicado.

Guzmán tiene previsto reunirse con el subsecretario del Departamento de Energía de Estados Unidos, Andrew Light, y posteriormente, participará de un almuerzo con la secretaria de Energía de ese país, Jennifer Granholm. El ministro disertará en el panel ministerial “Acceso a la energía, transformación energética: estrategias latinoamericanas”.

Formarán parte de la comitiva el secretario de Energía, Darío Martínez; el subsecretario de Planeamiento Energético, Santiago López Osornio; el ministro de Economía de Santa Cruz, Ignacio Perincioli; su par de Energía de Neuquén, Alejandro Monteiro; la secretaria de Asuntos Económicos y Financieros Internacionales, Maia Colodenco, y la subgerenta general de Regulación Financiera del BCRA, Daniela Bossio.

El contexto global

La invasión de Rusia a Ucrania, y las sanciones occidentales al país que conduce Vladimir Putin -uno de los principales productores de petróleo y gas del mundo- impulsaron fuertemente los precios de la energía a nivel global. Incluso hoy, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, prohibió la compra estadounidense de petróleo ruso.

En invierno, la Argentina importa gas natural licuado (GNL). Hasta fines del año pasado, pagaba US$8 el millón de BTU (medida británica). Hoy ese precio ya oscila por encima de los US$50 (anteayer llegó a cotizar a US$76). Además, la Argentina no cerró el contrato de importación de gas de Bolivia y, dada la todavía baja capacidad hidráulica, para este año se requerirán 70 buques de GNL importado, 15 más que el año pasado. Con los precios internacionales actuales, los analistas creen que el Gobierno terminará importando menos gas del necesario y que eso repercutirá en una menor generación eléctrica.

De esta manera, los analistas creen que es posible que haya cortes de gas y electricidad en la Argentina; es que la factura se hará cuesta arriba para una economía con pocos dólares: puede pasar de US$1300 millones a US$8500 millones.

La Argentina está licitando un nuevo gasoducto desde Vaca Muerta para ampliar el transporte de gas. Hoy ese cuello de botella es uno de los principales obstáculos para poder mejorar el desarrollo de esa zona. A eso se suma el problema del financiamiento internacional de grandes proyectos sin tener todavía un nuevo acuerdo con el FMI.

El viaje del ministro se da en momentos en que la Cámara de Diputados está debatiendo la aprobación del proyecto de ley que incluye los memorandos de entendimiento sellados con el staff técnico del organismo que conduce Kristalina Georgieva. Uno de los puntos cruciales a debatir es la baja de los subsidios en la luz y el gas (y el aumento de tarifas) para poder alcanzar un sendero de reducción del déficit fiscal y de la emisión monetaria. Sin embargo, la disparada del precio internacional de la energía puede haber desdibujado los objetivos trazados por el ministro y el Fondo.

De hecho, el memorando de entendimiento cerrado entre el Fondo y Economía ya daba cuenta en sus primeros puntos de que el escenario base está sujeto “a importantes incertidumbres, lo que implica que es posible que las políticas tengas que recalibrarse”. Entre esas incertidumbres cita las tensiones geopolíticas y el conflicto en Europa del Este.