En un desierto de Catamarca, un oasis de aceite de oliva

Treinta años en el sector textil no le impidieron a la familia Cohen Sabban capacitarse en el arte de los cultivos y crear Monte de los Olivos, un emprendimiento que produce aceite de oliva, tiene 400 hectáreas plantadas en Catamarca y factura 1 millón de pesos al año con ventas a granel y la marca Oliva Ilustre.

El proyecto comenzó a gestarse en 1998 como "una especie de seguro contra la crisis", según lo recuerda Rafael Cohen Sabban, que junto con sus hijas Brenda y Julieta lleva adelante la empresa.

Hasta ese momento la familia había estado vinculada siempre con la empresa JB Textiles, por lo cual tuvo que zambullirse en la investigación para aprender sobre el trabajo de la tierra y el mercado del aceite de oliva.

"Elegimos el aceite porque vimos que era un producto muy demandado en el exterior y que estaba logrando un lugar en el circuito local. Además, el olivo es algo arraigado a nuestra cultura judeocristiana, y nos gusta estar vinculados con nuestras raíces", explicó Julieta, de 26 años.

"Yo estudié comunicación y me involucré con ese aspecto del proyecto, mientras que mi hermana, que es licenciada en administración, se dedicó a los números. Mi padre se hizo cargo de la parte comercial", agregó.

La familia buscó la experiencia de un ingeniero agrónomo y compró con capitales propios 1000 hectáreas en la localidad catamarqueña de Poman. Se realizaron los estudios de prospección correspondientes, se montó una estructura de riego por goteo en un "terreno desértico" y se implantaron 400 hectáreas con plantas clonadas de olivos europeos.

"Empezamos a plantar en septiembre de 2000, por etapas, las variedades arbequina, picual y coratina. En 2004 tuvimos por fin nuestra primera cosecha significativa y combinamos los tres tipos para hacer un aceite de oliva virgen extra único", recordó Rafael. Según explicó, el procesamiento de las aceitunas se debe realizar a las 24 o 48 horas de la cosecha para asegurar la calidad del producto. Esto empujó a la familia a montar su planta de procesamiento en 2005, luego de haber realizado los primeros aceites en una fábrica cercana.

Marca propia

Las primeras operaciones comerciales de Monte de los Olivos fueron exportaciones a granel a Estados Unidos e Israel, en 2004. Más adelante, la familia decidió avanzar con su marca propia, Oliva Ilustre, que comenzó a distribuir en restaurantes y hoteles reconocidos de Buenos Aires como el Faena, el Hilton, el Alvear y La Cabrera.

"Fuimos mi hermana y yo a los restaurantes a mostrar el producto y de a poco nos fuimos metiendo. Después conseguimos llegar a Falabella, y el desafío ahora son los supermercados, que nos permitirán promocionar más la marca Oliva Ilustre. Nuestro aceite es algo gourmet y ahora las cadenas tienen espacios para este tipo de alimentos", destacó Julieta.

Para cumplir con el objetivo, la familia relanzará la marca en septiembre con un envase importado especialmente de Italia, que es el primer consumidor y vendedor de aceite de oliva. A este último país llegará el producto de Monte de los Olivos en los próximos meses.

Con los últimos cambios implementados, la empresa elevará de 1 a 2 millones de pesos su facturación este año. Entre los planes a futuro se cuenta la llegada al mercado japonés.

"Hicimos varias pruebas y envíos. Allá registramos la marca Tangoliva y tenemos intenciones de desarrollar el mercado", concluyó la emprendedora.

Por Mercedes García Bartelt <br/>emprendedores@lanacion.com.ar

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