Los mercados esperan definiciones sobre el futuro de la deuda pública
La brecha entre los diferentes valores del dólar, la variación del saldo de reservas (vinculada a la salidade depósitos bancarios) y las expectativas por lo que ocurrirá con la deuda, son los principales factores sobre los que los inversores tienen puesta su mirada; qué se espera para los próximos días en los mercados
Los inversores no logran bajar la guardia. Y eso es algo que resulta lógico. Las expectativas y la incertidumbre llevan a hacer un monitoreo diario de las principales variables financieras. Y surge, como reacción, una volatilidad que va nuevamente en ascenso a medida que se acercan las elecciones presidenciales, que se celebrarán el 27 de octubre. El décimo mes del año heredará así, de este septiembre los mismos temas a seguir.
1 La brecha del dólar, en la mira
Como un efecto del control implementado, el valor del dólar se mantiene en niveles de $56/$57 en la cotización mayorista. Con pocos negocios, la volatilidad cayó, mientras que la presión alcista que hubo por momentos se ha manejado en las últimas ruedas con intervenciones del Banco Central y/o de bancos oficiales.
La brecha del dólar BCRA 3500 -tomado como referencia- con el dólar que surge de las operaciones hechas con bonos, se mantuvo en un nivel estable con leves movimientos a la baja. No obstante, está por arriba de 20%. Una prueba importante para el comportamiento de esta brecha (que resulta clave para si se busca limitar las expectativas de inflación y el deterioro de las variables económicas) llegará en los próximos días, cuando se pague deuda en pesos. La razón: esos pesos podrían presionen sobre la brecha. Las expectativas apuntan principalmente a los pagos del Bopomo 2020 por unos $24.500 millones, y de Lecaps y Lecer. También hay otras razones que podrían llevar a mayor dolarización y aquí pueden mencionarse los saldos en fondos de money markets -unos $239.000 millones- y los plazos fijos que vienen cayendo (eso enciende una luz amarilla).
2 El goteo de reservas es aún constante
Dólares que faltan, dólares que se van y dólares que vendrían. En otras palabras, la persistente dependencia de los dólares en la Argentina. Ante un saldo de reservas que quebró la barrera de los US$50.000 millones (cayeron US$17.000 millones desde las PASO), la atención se centra en tres cuestiones: cuánto se necesita para pagar la deuda de los próximos meses; cuál será el comportamiento de los depósitos (y créditos) en dólares, y en si llegará o no llegarán los fondos del FMI.
El goteo de reservas, explicado principalmente por la caída en los depósitos en dólares, continúa. Lo importante será ver si siguen también las señales de desaceleración de esas salidas que se observó en los últimos días. En la semana que termina y si se considera el último dato oficial, salieron del sistema de depósitos unos US$90 millones, mientras que en la semana previa la cifra había llegado a US$3000 millones. También se frenó la pérdida de dólares explicada por la intervención en el mercado de cambios, pero esa acción no ha desaparecido y muy posiblemente ello no ocurra en las próximas semanas. De estos factores se desprende la relevancia de lo que ocurra con el Fondo Monetario.
3 A la espera de definiciones sobre la deuda
Con una volatilidad por momentos importante, la curva de deuda soberana transita a la espera de definiciones referidas a una propuesta de reestructuración o de reperfilamiento. El movimiento de la curva parece apuntar más a lo primero que a lo segundo. Los precios incorporan una importante chance de una reestructuración bastante agresiva. Esto es claro ante la probabilidad implícita de un default en el movimiento del CDS a 5 años, que se ubica en 95% (antes de la PASO era menor a 55%).
Las paridades de los bonos en dólares se mantienen, en promedio, en un rango de entre 35%/38% y 45%/47%. Y no se espera que salgan de allí en forma sostenida hasta tanto exista una propuesta. No hay, para ese hecho esperado, una fecha concreta, sobre todo por el escenario político. Los inversores seguirán moviéndose según rumores y/o expectativas. Sí se conoció el proyecto de ley para modificar los términos y condiciones de la deuda: el texto busca incorporar a los bonos de ley nacional cláusulas de acción colectiva, como tienen los de legislación extranjera. Eso le permite al emisor proponer cambios a las condiciones de los títulos que, de ser aceptados por una mayoría especial, se aplican a todos.
4 Qué se observa en el plano global
En Estados Unidos, la Fed cumplió en lo que se refiere a un recorte de la tasa, pero no dejó muchas precisiones sobre qué tan laxa podrá ser a futuro. De forma previsible, eso llevó a una reacción de Donald Trump y a cierto nerviosismo por parte del mercado.
En el comportamiento futuro de la entidad entran en juego los datos macroeconómicos, que permitirán ver qué tan fuerte es la desaceleración de la actividad, y el avance de las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China (algo previsto para la semana que se inicia). Son temas importantes para proyectar cuán probable es una recesión. La próxima reunión de la Fed será el 30 de octubre y las expectativas del mercado apuntan a una nueva baja, de 25 puntos. Otro tema de interés para los mercados es la liquidez del sistema norteamericano, que la semana pasada necesitó de una inyección de dólares por primera vez desde 2008. Se argumenta, de todas formas, que fue una necesidad puntual. Los índices americanos están en zona de máximos y se necesitarán catalizadores fuertes y concretos para superarla. Mientras tanto, no se descarta la posibilidad de una lateralización en la zona actual.
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