La diferencia entre las variaciones de precios por única vez y la tasa de inflación
La rebaja de la alícuota del impuesto PAIS produjo una disminución de los valores de determinados productos importados; cuál es el efecto inmediato y cuál la consecuencia de mediano plazo que se derivan de una política de ese tipo
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Según un informe oficial, la reducción de 10 puntos porcentuales de la alícuota del impuesto PAIS produjo, en promedio, una disminución de 2,4% de los precios de determinados productos importados. En economía distinguimos entre las variaciones únicas de los precios y la tasa de inflación. El impacto de la reducción de la alícuota del impuesto PAIS sobre los precios pertenece a la primera categoría. Claro que, en el mes que se efectiviza, esto tira para abajo la tasa de inflación, medida estadísticamente, pero no debería sorprender si, en ausencia de otros eventos, al mes siguiente la tasa de inflación vuelve a aumentar.
Sobre el particular conversé con el indio Palahalli Ramaiah Brahmananda (1926 - 2003), quien estudió en la Universidad de Bombay, institución con la que estuvo relacionado por más de cinco décadas, enseñando a miles de alumnos y dirigiendo 40 tesis doctorales.
Según J. C. Sandesara, “con su fallecimiento, el departamento de economía de la Universidad de Bombay perdió a uno de sus talentosos profesores, la Asociación Económica de la India a su espíritu inspirador, y el ámbito profesional mundial a un académico devoto y a un autor prolífico”. A partir de 2004 el Reserve Bank of India realiza una conferencia en su honor.
–En 1957, en colaboración con Chandulal Nagindas Vakil, usted criticó el Segundo Plan Quinquenal.
–Así es. En Planeamiento para una economía en expansión: acumulación, empleo y progreso técnico, criticamos el plan, basado en el modelo planteado por Grigorii Alexandrovich Feldman y Prasanta Chandra Mahalanobis. El cual les asignó máxima prioridad a las industrias pesadas, que debían estar en manos del sector público, y el resto, en manos del sector privado. Aquellas debían ser promovidas vía protección e incentivos fiscales y financieros.
–¿En qué consistió su disenso?
–En que esta estrategia dejaba pocos recursos libres para la inversión. Además de eso, priorizar las industrias pesadas, al no poder generar producción para satisfacer la demanda por bienes de consumo, provocaría inflación. Una mejor alternativa consistía en impulsar la producción de cereales, vestimenta, calzado y combustibles de uso doméstico. En 1974 preparé un memorando titulado “Una política para contener la inflación”, en el que recomendé inmovilizar 30% del stock de dinero, limitar a 5% el crecimiento anual de la oferta monetaria, y que las reservas de divisas equivalieran a seis meses de importaciones.
–¿Por qué fue ignorado?
–Por varias razones. Porque fui un crítico de las políticas económicas de la India; porque publiqué mucho en el Indian Economic Journal, revista técnica que editaba; porque mi estilo de escritura no era atractivo, y porque el exceso (por ejemplo, en la escritura) transforma bienes en males. La moderación y la selectividad no eran precisamente mis fuertes, pero mis escritos perdurarán, como crítico de la industrialización basada en las industrias pesadas y cruzado a favor de la lucha contra la inflación.
–¿Para qué es importante la distinción entre variaciones únicas de los precios y tasa de inflación?
–Para entender lo que está ocurriendo y para no desilusionar.
–Explíquese, por favor.
–Un país disminuye el derecho de importación que les aplica a ciertos bienes o elimina una traba que existía para comprar productos en el exterior y venderlos localmente. Esto provocará cierta disminución en el precio interno de los bienes en cuestión, si se comercializan tanto en condiciones competitivas como monopólicas.
–¿Seguro que a ningún monopolista le conviene mantener el precio y aumentar su margen de beneficio?
–Si el monopolista pretende ganar lo más posible, como regla general no le conviene mantener el precio, porque, a raíz de la reducción de los costos de importación, si la demanda se comporta normalmente, le conviene importar más cantidad, sacrificando parte del precio. Pero en esta conversación el punto de otro.
–¿Cuál es?
–Que la reducción del precio es por única vez; por ejemplo, al 80% de lo que Fera. En el mes en el cual esto ocurre, la tasa de inflación, en el sentido de medición estadística, registrará una caída; pero esto es aritmética, no economía. El punto central es que, reajustado el precio para abajo, su evolución seguirá la dinámica inflacionaria. Que para los monetaristas está dominada por la evolución de la oferta monetaria por encima de la demanda de dinero, y para otros, por la evolución del tipo de cambio.
–Esto quiere decir, por ejemplo, que en la Argentina de 2024, una vez producido el efecto de la reducción de la alícuota del impuesto PAIS, la tasa de inflación podría volver a aumentar.
–Sí, pero como digo, en el sentido estadístico. Por eso, como consumidores tenemos que aprovechar la reducción de los precios de los productos importados. Al tiempo que, como analistas, no tenemos que preocuparnos si la inflación vuelve a subir. Mejor dicho, la preocupación por el futuro de la tasa de inflación se tiene que seguir centrando en la política fiscal y en sus subproductos.
–Pero si la eliminación de las trabas a la importación no disminuye la tasa de inflación, ¿para qué sirve?
–Para otras cosas. La cuestión tiene que ser analizada en sí misma, no pensando solo en la tasa de inflación.
–Siga, por favor.
–Considerar la reasignación sectorial y regional de los recursos, o la relación entre la protección a los bienes finales y los insumos, que en la literatura especializada se denomina protección efectiva, etcétera. Sin olvidar el principio del segundo mejor, que en 1957 modelaron Kelvin John Lancaster y Richard George Lipsey, principio que el Poder Ejecutivo Nacional conoce, pero en política económica la cuestión no es simplemente conocer, sino aplicar, para evitar males mayores.
–¿Qué sentido tiene desagregar la tasa de inflación observada?
–Mejorar el análisis, sin pretender vender buzones. Ejemplo: la estimación oficial de la suba de los precios al consumidor desagrega la suba total en términos de los aumentos de los precios de los productos cuya demanda tiene componente estacional, la denominada inflación núcleo, y la modificación de los precios regulados. Como consumidores, lo único que nos interesa es el resultado final, de la misma manera que al asalariado solo le interesa el denominado salario de bolsillo, y al empleador, el costo laboral. Pero desde el punto de vista del análisis la desagregación es relevante, por ejemplo, para conjeturar qué puede ocurrir en adelante con la tasa de inflación. Si la tasa de inflación de octubre aumentó muchísimo, porque en 2024 los hijos quisieron quedar muy bien con sus madres en su día, es probable que durante noviembre el Gobierno no tenga que adoptar ninguna medida destinada a reencauzar la tasa de inflación.
–Don Palahalli, muchas gracias.
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