
La pasión futbolera también se instala en el trabajo
Con torneos que parecen más para profesionales que para amateurs, las empresas favorecen la integración
El Campus Tecnológico de IBM en Martínez es la sede de una experiencia distinta en torno del deporte más popular del mundo. Un grupo de colaboradores voluntarios se tomó el trabajo de remodelar el campo de fútbol del predio. La cancha, que fue reabierta este año y que cuenta, entre otras comodidades, con vestuarios modernos acondicionados, es manejada por los propios empleados que se pusieron al hombro el proyecto. Ellos tomaron la iniciativa de crear una cuenta de correo para gestionar las reservas de la cancha, que está disponible de lunes a viernes, de 18 a 20.
"Muchos de nuestros empleados tenían sus equipos y alquilaban canchas cercanas, ahora tienen su propio lugar, no tienen que pagar un peso de sus bolsillos, y lo aprovechan después del trabajo sin perder tiempo", resalta Ignacio Vaca de Osma, director de Marketing, Comunicaciones y Ciudadanía Corporativa de IBM. Martín Garone, analista de Contabilidad Fiscal y usuario de la cancha, le devuelve la pared: "Con mis compañeros de vez en cuando nos juntábamos a jugar en una cancha próxima, pero ahora es mucho más fácil organizar. Está bueno, le da un plus al venir a trabajar".
Formar un equipo, salir a la cancha y transpirar la camiseta es una experiencia que empieza a trascender al picado entre amigos en el club o en la canchita del barrio. El combo comienza a ser ofrecido por las empresas a sus colaboradores a través de torneos internos o partidos amistosos. ¿Los motivos? Estimular la sana competencia, la integración y el bienestar físico.
En HSBC Argentina son conscientes desde el minuto cero que cuando el silbato da rienda suelta al fútbol, se activan una serie de procesos positivos que abrevan en lo que su director de RR.HH. Nicolás Brodtkorb define como Team Bulding o formación de grupo. Por eso se busca que los equipos se conformen con empleados de distintas áreas. "Un equipo interdisciplinario dentro de una cancha traslada ese compañerismo a la oficina. El día a día laboral tiende a mejorar, ya que se pulen rispideces que puede haber entre los sectores", afirma.
Otro de los efectos buscados por las compañías es propiciar espacios donde las barreras jerárquicas queden suspendidas de hecho. Aunque en el retorno a la oficina vuelvan a reponerse los vínculos clásicos jefe-empleado, no deja de ser interesante el hecho de que, aunque sea en el plano lúdico y deportivo, esas diferencias se hagan a un lado. "Gracias a la interacción en un ambiente informal se generan mejores vínculos y mejora la comunicación", dice Alexandra López, directora de RR.HH. de Sony Argentina.
Carolina Sarquis, directora de Recursos Humanos de Turner Internacional Argentina, concuerda en que un valor fundamental es "la posibilidad de diálogo entre personas que quizá nunca se habían visto en la oficina", pero que coinciden en un vestuario y en una cancha de fútbol para tirar todos juntos de la misma cuerda. "No sé si estas competiciones suman a la hora de ponerse la camiseta de la compañía, pero lo que sí puedo asegurar es que para la empresa es muy valioso que los empleados puedan conocerse desde otro lugar", opina Matías Horbal, analista de Finanzas Senior de la empresa.
El marco para que suceda este intercambio es la Copa Turner, que se desarrolla desde agosto en el Club Vilas y culminará este mes con un equipo campeón para el torneo masculino y otro para el femenino. Pero como cualquier espectáculo deportivo que se precie de tal, no está completo sin público: "Más de una vez notamos que asisten personas del equipo de trabajo que van para hacer de hinchada", comenta Sarquis inflando pecho.
Un hecho da testimonio de que la pasión futbolera, año tras año, gana terreno en Turner. Un combinado con los mejores integrantes de cada equipo de la compañía se presentó en un torneo interempresarial que tiene como premisa conseguir fondos para la remodelación de la Sala de Guardia del hospital Gutiérrez. El equipo demostró una dinámica de juego imbatible y obtuvo el primer lugar. Próximamente, los campeones se verán las caras en un terreno de juego contra los jugadores de Atlas, un club que milita en la Primera D profesional y que se hiciera de un nombre en el mundo del fútbol a partir de un recordado ciclo televisivo.
El fútbol no sólo se escribe a fuerza de goles, sangre y sudor, sino que se alimenta de algo que si tuviera que resumirse en una palabra sería la mística. Banco Galicia no escatima en recursos para dotar de este elemento a los partidos decisivos. En las finales de los torneos metropolitanos y los nacionales (que van rotando de ciudad todos los años), los jugadores salen a la cancha como futbolistas de primera división, a través de mangas inflables, en medio de fuegos artificiales y sonido de cancha. Todo un ambiente de cotillón, pero que suma y mucho como inyección de ánimo a los protagonistas del juego.
Fernando Serra, oficial de atención Fonobanco del Galicia y participante habitual de los torneos, explica que el entusiasmo que se genera es tan grande que se preparan para los partidos como si fueran auténticos profesionales, cuidando cada detalle. "Entrenamos, concentramos y hasta nos cuidamos con las comidas en los días previos", sonríe, como admitiendo el exceso de fanatismo.
La mayoría de las empresas cuenta con herramientas de intranet donde los colaboradores pueden hacer comentarios, subir fotos, enterarse de los resultados, acceder a crónicas de los partidos y revisar el fixture de fechas.
La inclusión de las mujeres a un deporte que en la Argentina pertenece tradicionalmente a los varones es un desafío que a algunas compañías se les hace cuesta arriba remontar, aunque ellas se están afianzando en el deporte. En el último torneo Metropolitano de Banco Galicia se anotaron ocho equipos femeninos, mientras que la cantidad de equipos masculinos fue superior a treinta.
"Algunas de las chicas todavía lo ven como un deporte rudo y optan por otras disciplinas más light", explica Rafael Bergés, gerente de Desarrollo Organizacional y de Recursos Humanos de la entidad financiera. De todos modos, la realidad le da razones suficientes para mantener el optimismo en alto y no agachar la cabeza. "Empezamos con tres equipos. Haber llegado a ocho ya es un logro en sí mismo", declara Bergás.
Pocas lesiones
Los resultados y las vicisitudes de los partidos se convierten en fuente inevitable de charlas de pasillo y de comedor. Las apuestas o las especulaciones de resultados también forman parte del repertorio. Total, como predicaba un eximio número 10 de rulos que pateaba con la zurda, la pelota no se mancha.
Las anécdotas dan para todo, desde foules bestiales, festejos que rayan lo ridículo hasta reprimendas a jugadores que llegan tarde al comienzo de los encuentros. "En los torneos de Sony se generan momentos de mucha adrenalina, como por ejemplo discusiones con los árbitros, expulsiones, goleadas épicas", enumera Alexandra. Brodtkorb, por su parte, evoca un highlight glorioso que quedó definitivamente grabado en la historia de HSBC: "En una entrega de premios, una colaboradora se llevó todos los aplausos por cantar en vivo en el evento".
No todo lo que brilla es oro. También pueden surgir contratiempos o situaciones ingratas. Una eventual lesión, por ejemplo, puede empañar el esfuerzo que hace la compañía para incentivar un estilo de vida saludable. El remedio, en casos excepcionales, puede ser peor que la enfermedad. El riesgo siempre está presente, no obstante las lesiones se cuentan con los dedos de las manos, ya que si bien en los torneos se juega por los porotos, el espíritu de amateurismo y la buena fe predominan entre los jugadores. Sin embargo, como dice el refrán, mejor prevenir que curar. Tanto HSBC, como Galicia y Turner disponen de médicos y una ambulancia en la cancha ante cualquier emergencia. "Además de eso, nosotros sacamos un seguro especial para todos los jugadores durante el período que dura el torneo", amplía Sarquis.