El analista político Jorge Giacobbe estuvo en el programa Comunidad de Negocios, por LN+ y habló sobre la actualidad política y el actual Gobierno, al que describió como uno que tiene un "chivo expiatorio". En ese sentido, dijo que en los meses previos a las elecciones presidenciales, y antes de elegir a Alberto Fernández como candidato, Cristina Kirchner dijo que no iba a gobernar, pero "también dijo que no iba a ir presa".
"Alberto pone la cara a las cosas y comete todo el garrón, mientras nosotros por lo bajo hacemos lo que realmente vinimos a hacer. Se parece a un matrimonio que va en un auto donde el hombre tiene el volante y la mujer al lado le dice: 'Si no doblas a la izquierda vas a ver lo que te pasa cuando volvamos a casa", dijo y agregó que Cristina sólo quiere lograr la reforma judicial, y que "el resto es maquillaje".
"Lo que viene son más años de administrar miseria con un pueblo que está entrampado en la discusión de cómo hacemos para organizamos para ser cada vez más pobres y una dirigencia política que no tiene una idea de futuro", dijo.
Con respecto a la muerte de Diego Maradona , aseguró que el Gobierno tuvo una intención política detrás de la organización del velorio, pero que "salió tan mal como todo lo que está saliendo ahora y la política no lo puede capitalizar ni para bien ni para mal". "Estamos tan atorados, están las cartas tan jugadas que cualquier cosa que se discuta no mueve nada. En los últimos dos meses, todo lo que ha pasado no ha movido ningún número", explicó.
"Este es el nivel de incoherencia y la inteligencia de la dirigencia argentina que nos trajo hasta acá. No hay nada que pueda salir bien con este nivel de calidad humana", dijo haciendo referencia a la doble cara de la pandemia: un velorio lleno de gente en Plaza de Mayo y las aulas vacías durante más de ocho meses.
-¿Qué mostró esta semana Argentina?
-Con respecto a lo de Maradona, hay que entender cuál es la base del teatro. La historia de Maradona es la misma: la de las dos máscaras. La máscara de la comedia y la máscara de la tragedia. De su historia hay algo para reír y hay algo para llorar, pero por sobre todas las cosas hay algo para aprender. Los argentinos tenemos que pensar qué es lo que nos pasó a nosotros con Maradona, cuál es el nivel de idealización que cada ciudadano depositó sobre él y cuál es la carencia de la cual parte la necesidad de esa idealización.
-¿De quién fue responsabilidad de lo que pasó en esa muestra de civilización, pero también de barbarie?
-La seguridad dentro de la Casa Rosada es de la Casa Militar, que depende de Presidencia. Afuera, hay una discusión respecto a si había un operativo de tres fuerzas con fuerzas federales o solamente de la Ciudad. A pesar de eso y quién tiene la responsabilidad, Argentina siempre tiene eventos trágicos. La suma de toda la inteligencia política siempre lo que hace es generar tragedia. Podés encontrar un culpable, ¿pero a dónde nos lleva?.
-¿Qué pasa con la coalición de poder?
-Hay que partir de otro punto, hay que partir de romper la idea de que esto es una coalición o que es una alianza. En una coalición o en una alianza tenes dos partes que pueden no pensar igual, pero son dos partes que tienen un sustento propio y que aportan algo. Esto se parece más bien a un kirchnerismo que tiene un chivo expiatorio. El mismo plan de Cristina respecto de Scioli y Zannini, que es que alguien le ponga la cara al garrón que viene con un kirchnerista soplándole la nuca atrás. Lo intentó con Scioli, no salió bien, y lo intenta con Alberto ahora, en un plan que estratégicamente es lo mismo. Se parece más a eso, al kirchnerismo utilizando a un chivo expiatorio. Alberto pone la cara a las cosas y comete todo el garrón, mientras nosotros por lo bajo hacemos lo que realmente vinimos a hacer. Se parece a un matrimonio que va en un auto, el hombre tiene el volante y la mujer al lado le dice: si no doblas a la izquierda vas a ver lo que te pasa cuando volvamos a casa.
-¿Cómo se capitaliza el velorio de Maradona desde la política? ¿Hubo una intencionalidad política?
-Creo que hubo una intencionalidad. Me parece que salió tan mal como todo lo que está saliendo ahora y la política no lo puede capitalizar ni para bien ni para mal. Estamos tan atorados, están las cartas tan jugadas que cualquier cosa que se discuta no mueve nada. En los últimos dos meses, todo lo que ha pasado no ha movido ningún número. Las imágenes de todos los principales políticos por la oposición o por el oficialismo, más débiles o más fuertes, con más capacidad de opinión pública o menos capacidad de opinión pública no se mueven. Y en el medio han aparecido noticias que fueron terribles. El arreglo de la deuda no mueve ni a Alberto ni a Cristina. La aparición de las vacunas no mueve la imagen de Alberto ni de Cristina. Macri aparece y no se mueve. Lo suben al ring a Rodríguez Larreta, le meten la mano en el bolsillo para arreglar el problema de la policía con la coparticipación, y tampoco se mueve. En realidad sube un poquito y después vuelve a bajar. Está todo jugado, como si ya no hubiera nada para discutir.
-Con respecto al velorio de Maradona y que no hay clases, ¿cómo se interpreta la doble realidad?
-Este es el nivel de incoherencia y la inteligencia de la dirigencia argentina que nos trajo hasta acá. Este es un país que en 1972 tenía 6% de pobres y 4% de desocupados. La inteligencia sumada de todos los que vinieron después nos trajo hasta acá. Hay gente que se mete en la discusión de si hay buenos o malos en ese tránsito, o si hay peores o muy peores. Entre toda la dirigencia política que gobernó, civiles, militares, peronistas, radicales, por izquierda, por derecha, estatistas, liberales, entre todos nos trajeron hasta acá, es lo que tenemos. No hay nada que pueda salir bien con este nivel de calidad humana.
-¿Qué es lo que viene en esta coalición de Gobierno?
-Lo que viene es intentar sostener a Alberto en esta tarea que le han dado. Que es ponerle la cara a los cachetazos y el kirchnerismo intentando hacer la reforma judicial que vino a hacer. Cristina dijo muy claramente, antes de las elecciones y antes de elegir a Alberto como candidato, yo no quiero gobernar, tampoco quiero ir presa ni que mis hijos vayan presos. Esa es la tarea que vino a hacer. El resto es maquillaje, el resto para ellos son detalles. Lo que viene es más y más tiempos, más años de administrar miseria con un pueblo que está entrampado en la discusión de cómo hacemos para organizamos para ser cada vez más pobres y una dirigencia política que no tiene una idea de futuro.
-¿Cómo pega la elección de medio término? ¿Qué puede acontecer en ese escenario?
-Hoy hay un 35% de la población que dice que quiere que el Gobierno gane las elecciones. Frente a esta situación es un montón. Como las elecciones van a ser provinciales, va a asumir distintos valores en cada lugar. En Formosa va a tender a ser el 50% y en la Ciudad de Buenos Aires va a tender el 25 o 30%. Hay que ver que pasa en la provincia de Buenos Aires, se va a acercar más al 40%. En la otra esquina del ring, ya un 54% de argentinos que dicen que quieren que el Gobierno pierda las elecciones. Ahora ese 54%, ¿que va a querer hacer? ¿Se va a astillar o no? Dependiendo de la provincia, hay muchas provincias donde hay un tercer elemento que distorsiona la polarización, digamos la división de votos entre dos. En definitiva, podemos encontrar de vuelta una elección con doble lectura simbólica como la del 2009 y la de 2013. El kirchnerismo perdió en distritos muy grandes, como por ejemplo en la provincia de Buenos Aires por dos puntos o por cuatro, pero la suma de lo nacional cuenta porque nosotros presentamos la misma boleta en todo el país, sumamos 35% y somos la primera fuerza nacional. Hay dos formas de verlo.
-¿Hasta qué punto todos estos manejos políticos que hace el Gobierno, como lo de Maradona, pueden subsidiar la mala situación económica?
-Nada de lo que le está saliendo bien al gobierno ni nada lo que le está saliendo mal mueve los números. El nivel de desesperanza de la gente es enorme. El 60% de los argentinos cree que estamos frente a una gran devaluación. El 55% de los argentinos cree que la economía argentina va a tardar más de cuatro años en crecer. Estamos tan desahuciados que nada mueve la cosa.