Vivía en Miami, tuvo un ACV y su enfermedad la condujo al negocio de su vida
Es la creadora de la primera marca de ropa para personas con movilidad reducida, de la tercera edad y en rehabilitación.

CORDOBA.- Handy Ropa Inclusiva nació hace 10 años. Es un emprendimiento que fabrica y vende por redes en su tienda online indumentaria adaptada para personas con movilidad reducida, de la tercera edad y en rehabilitación. Es la primera marca de este tipo en la Argentina y fue creciendo con el tiempo.
“Es ropa para todos, es aumentar la autoestima, la independencia y la libertad para vestirse –dice su fundadora, Miriam Nujimovich-. Son prendas fáciles de ponerse y también permiten estar a la moda. Es inclusión e integración”.

Hace 11 años, cuando vivía con su hijo, que entonces tenía nueve años, en Miami, Nujimovich lo despidió para que fuera a la escuela y, cuando cerró la puerta perdió sus fuerzas y se quedó sin voz. No entendía lo que le pasaba. Intentó abrir la puerta de salida, pero no llegó y quedó cinco horas tirada en el piso.
Había sufrido un ACV; estuvo un mes en terapia intensiva sin poder hablar ni moverse, con un diagnóstico “nada alentador”. Pasó a terapia intermedia y comenzó la rehabilitación. Regresó a Buenos Aires, donde durante cuatro meses la siguió en un instituto y en su casa. Un año después, en un viaje con su hijo, le surgió la idea de generar un proyecto de ropa para personas con discapacidad.
“Comencé arreglando ropa para mí con una modista, porque no podía vestirme sola –cuenta a LA NACION-. Entonces pensé en que podía hacerlo también para otras personas que sufrían problemas similares. Había pasado un año desde mi ACV cuando comencé, pero claro que no de esta manera, era mucho más chico”.
Repasa que al comienzo las ventas eran por Facebook: “Nadie tenía Instagram entonces, fuimos evolucionando, vendiendo más, los pedidos fueron creciendo. Teníamos muchos más encargos que los que podía atender la modista con la que empecé y hubo que buscar talleres”.
De aquellos pocas prendas hoy están en unas 2000 unidades al año y se preparan para relanzar el emprendimiento: “Hay gente que todavía se sorprende al encontrarnos. Nuestros clientes hallaron todas las prendas adaptadas, en las piernas, en los brazos, en lo que pueden necesitar. Pensamos en las diversas necesidades”.
La encargada del diseño es Nujimovich, aunque trabaja con una diseñadora textil detrás porque ella aporta su “entendimiento de lo que necesitamos, de qué habría que resolver”. Para el relanzamiento promete que habrá “sorpresas, seremos todavía más inclusivos, vamos a incorporar a toda la gente que no está en los negocios, hay muchos que son discriminados”.

Los 18 modelos de prendas que ofrecen vienen en talles plus size. “Hay que abrir más la cabeza. Por ejemplo, la gente de la tercera edad no tiene la misma movilidad que una joven, ponemos otro tipo de cierre, nada es igual”, grafica Nujimovich.
Cuenta que hay quienes la llaman para hacerles sugerencias y pedirles algunos ajustes. “Hay enfermedades y problemas que no conocemos, tenemos médicos que nos asesoran –agrega-. Tratamos de dejar a todos conformes”. Subraya que toda la línea está hecha con materiales de primera calidad, pero “los precios son inclusivos”.
Como uno de los valores de la marca es la “transparencia” trabajan con talleres de costura “dignos” como La Alameda o Cosiendo Redes. “Fue una tarea difícil la de formar una equipo, sumar gente, armar la logística. Nos ayudó participar en programas que apoyan a emprendedores”, sintetiza.
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