
Obtuvo Brasil la calificación de grado de inversión de S&P
La agencia destacó sus perspectivas de crecimiento y su madurez institucional
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BRASILIA.- El gobierno de Brasil obtuvo anteayer la calificación de "grado de inversión" (investment grade) de la agencia de riesgo Standard and Poor s, una noticia que generó euforia en los mercados. Para el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, la novedad refleja que el país pasó a "ser considerado un país serio". "No sé pronunciar en inglés la expresión investment grade . Pero si queremos traducir eso a un idioma que todos entiendan, puedo decir que Brasil pasó a ser considerado un país serio, que tiene políticas serias", dijo el mandatario, para quien se trata de "una conquista del pueblo brasileño".
Al hablar ante gobernadores de los estados brasileños, Lula dijo sobre su país: "Recibió el aval de que pasamos a ser los dueños de nuestra propia nariz, y a determinar la política que creamos conveniente para el país".
La Argentina vive una realidad opuesta. El viernes pasado, luego de la renuncia de Martín Lousteau al frente del Ministerio de Economía y ante el deterioro del clima financiero y político, Standard and Poor s redujo de "estable" a "negativa" la perspectiva asignada a sus calificaciones sobre la deuda emitida por la Argentina. El riesgo país argentino, más allá de la baja de anteayer, mantiene una tendencia alcista.
Los títulos brasileños en reales pasan a tener la clasificación "BBB-", el primer paso del grado de inversión en la escala de las calificadoras.
"La elevación refleja la madurez de las instituciones de Brasil y el ambiente político, como evidencian el alivio del peso fiscal y de la deuda externa, y mejores tendencias de las perspectivas de crecimiento", dijo en un comunicado Lisa Schineller, analista de deuda soberana de S&P.
"Aunque la deuda neta general del gobierno permanece más alta que en muchos pares «BBB», un historial claramente predecible del pragmatismo fiscal y políticas de manejo de la deuda mitigan este riesgo", sostuvo la firma. El país está clasificado "BB+" por la agencia Fitch Ratings y "Ba1" por Moody s, ambas un escalón por debajo del grado de inversión.
"Brasil entra en el club de los países más respetados, los que son considerados serios, que tienen una economía sólida y atractiva para los inversionistas. Ese grado de inversión fue conquistado a partir de la solidez de la economía brasileña", expresó el ministro de Hacienda, Guido Mantega.
Para Mantega, el reconocimiento de Brasil como un país seguro para inversiones "tiene un valor mayor" porque ocurre en un momento de incertidumbre de la economía internacional. "Brasil aparece como un país fortalecido, que reúne condiciones de solidez y sustentabilidad", dijo.
Con ese grado de inversión, "los intereses deben caer para los que suscriben créditos. El costo del dinero debe bajar [...]; hará que haya atracción de inversión; es favorable porque aumentará la producción, la oferta, la recaudación, los empleos", auguró.
El presidente del Banco Central, Henrique Meirelles, considerado el artífice de la rigurosa política monetaria, aseguró que "el desempeño de la economía, en lo que se refiere a la inversión, empleo y renta, es una demostración clara de que el grado de inversión refleja de hecho la mejora decisiva de los fundamentos económicos".
Schineller, de S&P, expresó que las políticas macroeconómicas pragmáticas fortalecieron el crecimiento sostenido del PBI de Brasil de un 4 a un 5 por ciento. "A pesar de la tirantez de las condiciones globales de crédito, la perspectiva de crecimiento maduro de Brasil continúa atrayendo inversiones extranjeras directas, diversas en términos de tamaño y destino", agregó.
Según S&P, esas inversiones acumuladas durante abril alcanzaron aproximadamente US$ 12.400 millones, en camino de igualar el récord de 34.600 millones del año pasado. "En una forma muy material, Brasil mostró desde agosto que puede navegar por esta turbulencia internacional muy bien. Se lo merece. Ciertamente, tiene una calidad de crédito y ha mejorado mucho en los últimos dos, tres años", dijo Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs en Nueva York.
S&P, sin embargo, subrayó áreas de debilidad en la estructura de crédito de Brasil. "La política fiscal e indicadores fiscales constituyen las principales debilidades de Brasil. La deuda general neta del gobierno se mantuvo en un 47% del PBI (incluido un 7 % en las operaciones de recompra del Banco Central) a fines de 2007, más alto que en los créditos de similares calificaciones y un 20 por ciento encima para la mediana «BBB»", dijo S&P.
La noticia generó euforia en el mercado brasileño anteayer: el índice Bovespa de la Bolsa de San Pablo cerró con un alza del 6,33 por ciento.





