Pemex explorará fuera de México para revertir su alicaída producción
CIUDAD DE MÉXICO—Petróleos Mexicanos, el monopolio estatal de México, creará una compañía para explorar y explotar gas de esquisto y crudo en aguas profundas de Estados Unidos, como parte de un ambicioso plan de su director general, Emilio Lozoya, para revertir años de caída en su producción.
La propuesta, explicada por Lozoya durante una entrevista con The Wall Street Journal, consiste en que Pemex adopte com-plicadas técnicas de perforación en las que no tiene ninguna clase de experiencia. Se trata de una atrevida iniciativa internacional para la empresa considerando que, a pesar de ser el quinto mayor productor de crudo del mundo, nunca ha afrontado competencia ni ha salido muy lejos de sus fronteras.
"Pemex lanzará una nueva compañía que trabajará en los campos de gas y crudo de esquisto en EE.UU. y en el sector de aguas profundas también de EE.UU.", dijo en una entrevista el viernes Lozoya, un ex banquero de inversión de 38 años que fue elegido el año pasado por el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, para dirigir el gigante petrolero. "La geología es similar y podemos beneficiarnos de numerosas áreas de colaboración con petroleras internacionales".
La decisión de explorar en el extranjero se complementa con la amplia propuesta de reforma energética presentada la semana pasada por Peña Nieto, que permitirá que las compañías privadas compartan ganancias petroleras por primera vez en 75 años. El proyecto de ley apunta a revertir una década de declive en la producción energética de México y abrir el acceso a pozos que apenas se han explotado en las aguas profundas del Golfo de México y en las formaciones de roca de esquisto, áreas en las que las grandes petroleras han protagonizado un auge mientras que Pemex se ha mantenido al margen.
Los analistas aseguran que Lozoya enfrenta un desafío muy complejo en su intento de transformar a Pemex. Los expertos consideran que la petrolera es ineficiente y su único proyecto fuera de México es una refinería que tiene en asociación con Shell Oil Co., en Texas.
"¿Recuerda el mito de Sísifo?", pregunta George Grayson, experto en México del College of William and Mary, en Virginia. "Pemex es una gran roca que los directores de la compañía siguen empujando cuesta arriba".
Sin embargo, tiene sentido que trate de forjar una "empresa conjunta creativa" con un socio internacional, especialmente en la exploración y producción en aguas profundas, sectores en los que no tiene experiencia, apunta Grayson.
Lozoya dijo que la nueva compañía quedaría formada para finales del año y representará el primer paso de Pemex en su misión de convertirse en una petrolera internacional. "Ya estamos explorando numerosos proyectos", afirmó Lozoya, en su oficina.
Pemex también creará una división de fertilizantes que comenzará a operar a finales de año, aprovechando los bajos precios de los suministros de gas natural, dijo el funcionario. El gobierno estadounidense y muchos expertos calculan que los posibles recursos de gas de esquisto de México sean los cuartos más grandes del mundo.
Pemex ha sido la personificación del nacionalismo mexicano desde que el país estatizó las petroleras en 1938. Pero durante años, la compañía se ha visto afligida por escándalos de corrupción, accidentes industriales mortales, una caída en la producción y crecientes costos. Su sindicato, controlado por jefes multimillonarios, ha jugado un papel clave en la política mexicana, financiando campañas principalmente para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), al cual pertenece Peña Nieto y que ha gobernado México durante 71 de los últimos 83 años.
En la última década, la producción petrolera de México ha caído de 3,4 millones de barriles al día a 2,5 millones, pese a que México ha quintuplicado sus inversiones en Pemex a US$20.000 millones. A pesar de que la producción ha caído, la nómina de la estatal se ha expandido, de cerca de 110.000 empleados a 160.000, una cifra que subraya las dificultades que enfrenta Lozoya en su intento de reformar las operaciones.
"Hay una contradicción en eso", reconoce Lozoya, refiriéndose al crecimiento de la plantilla laboral.
Hijo de un ex secretario de Energía, Lozoya no tiene experiencia previa en el sector energético. Cuenta con una maestría en administración de empresas de Harvard. Antes de su nombramiento como director general de Pemex, Lozoya manejó fondos de inversión en Nueva York. Previamente, se desempeñó como un director regional para América Latina en el Foro Económico Mundial.
Oportunidades de negocio
Para Lozoya, la ineficiencia que aflige a Pemex tiene un lado positivo en el sentido de que provee muchas oportunidades para implementar prácticas más eficientes que, según él, generarán miles de millones de dólares en ahorros y oportunidades de negocio para Pemex, empresas privadas mexicanas y los consumidores.
"Pemex está tan atrasada en tantas áreas de gestión eficiente que las áreas con oportunidades para crear valor a partir de una mayor eficiencia son enormes", señaló.
Por ejemplo, señaló, el país solo tiene un aeropuerto —el aeropuerto internacional de Ciudad de México— que reciba combustible para aviones vía un ducto. Los demás aeropuertos del país lo reciben por camión, un proceso que según Lozoya es 13 veces más caro. La compañía, el mayor consumidor de electricidad del país, podría llegar a utilizar gas natural barato para autoabastecerse energéticamente. Pemex ya ahorra entre US$60 millones y US$70 millones al año empleando camiones cisterna modernos, dijo.
Además de recortar costos, también hay oportunidades de negocio. Terminar un ducto de petróleo desde el Golfo de México hasta el Océano Pacífico le brindaría a México la oportunidad de vender gas natural a Asia con una gran ganancia a la vez que suministraría energía barata a la industria mexicana en el todavía económicamente atrasado sudoeste del país. Actualmente, México es un importador neto de gas natural y Pemex ha sufrido períodos críticos de escasez de crudo, lo que obligó a la industria a reducir su consumo.
Esa es una de las razones por las que los analistas dicen que México debe implementar una reforma de su industria petrolera que sea atractiva para las grandes empresas, o se convertirá en un importador neto de hidrocarburos en los próximos años.
"La reforma energética ya no tiene que ver únicamente con extraer petróleo barato y venderlo caro", dijo Lozoya. "Ofrece a nuestro país una oportunidad única para producir energía abundante y de manera competitiva". La energía barata ayudaría a dar un impulso a la manufactura e industria pesada mexicana.
Lozoya dijo que está decidido a transformar a Pemex en una compañía más competitiva y transparente, un proceso que si toma como referente la historia, podría incrementar drásticamente la producción petrolera de México. La reforma de las petroleras estatales de Colombia y Brasil, por ejemplo, duplicó y triplicó, respectivamente, la producción de crudo de los dos países, dijo. México puede aprovechar las experiencias de otros países. "Ser el último país del mundo en modernizar su sector energético tiene sus ventajas", afirmó.
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