Perkins pidió el concurso de acreedores
CORDOBA.- Quedó virtualmente sellada la suerte de una de las últimas fábricas de motores diesel en la Argentina: Perkins, de la ciudad de Córdoba, cuyo directorio resolvió solicitar la apertura del concurso preventivo de acreedores. En una comunicación a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires -donde la acción dejó de cotizar en marzo último-, la empresa todavía abriga "expectativas positivas de superar la actual crisis". Sin embargo, en medios empresariales y sindicales predominó el escepticismo. En general, se escucharon opiniones descreídas de la viabilidad futura del establecimiento.
Perkins fue durante muchos años una de las marcas emblema de motores diesel. Se estableció en la Argentina en los años 60, cuando comenzó el despegue de la fabricación de automóviles. Hubo épocas en que ocupó más de un millar de operarios. La decisión del concurso fue adoptada el viernes último por el directorio y la medida se precipitó a raíz de la determinación de Fiat Argentina de finalizar un contrato de provisión de motores que en los últimos tiempos se había constituido en una suerte de "tabla de salvación" de la empresa, cuyas instalaciones están situadas en el barrio industrial de Ferreyra.
El cese de esa relación provocó "un punto de inflexión dentro de un proceso de crisis económica y financiera", informó el presidente de Perkins, Alberto Oscar Gentile, en la comunicación a la Bolsa. Un par de años atrás, Fiat resolvió cancelar la fabricación de motores. Ahora, la marca italiana produce las plantas motrices en una fábrica que inauguró en Brasil y que responde a los estándares exigidos por la Comunidad Europea, de menor contaminación. La empresa peninsular, al cerrar su línea en Córdoba, transfirió la demanda de motores diesel para sus modelos Siena y Palio a Perkins.
Las cantidades fueron fluctuando conforme los vaivenes del mercado, progresivamente recesivos. Ultimamente se operaban no más de una veintena de unidades diarias, confió anoche a LA NACION una fuente empresarial. Fiat está trabajando a un cuarta parte de su capacidad.
Pero, además, el tipo de motores que se adquirían en Perkins se dejaran de emplear en los modelos de la casa italiana, por lo cual ésta comunicó que concluiría el contrato a fines de este año, aunque luego acordó recibir anticipadamente las partidas que estaban pendientes de entrega.
Por tanto, la firma turinesa tiene un stock que cubre sus necesidades por varios meses y, según informaciones obtenidas por LA NACION, no existe ninguna posibilidad de que el contrato pueda renovarse más adelante, pues se trata de un motor que "ha salido de la gestión industrial", apuntó un entendido en la materia.
No ha sido el único dato negativo que recibió Perkins en los últimos tiempos. También la planta de El Palmora de Peugeot fue dando por finalizadas sus órdenes de trabajo, ya que se está proveyendo del exterior.