Podría resurgir la "industria" del juicio laboral
Los pronunciamientos en materia laboral que resolvió la Corte Suprema durante el último mes inquietaron a los empresarios por la vuelta de los excesos de los juicios laborales que, en la década pasada, desembocaron en el colapso del fuero del trabajo e inspiraron gran parte de la legislación flexibilizadora de los años noventa.
Según datos del Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia (Fores), en el año 1991 el fuero laboral recibió 162.000 causas, de las cuales algo así como una de cada tres eran por accidentes de trabajo o enfermedades profesionales. La cifra bajó abruptamente al año siguiente cuando ingresaron algo más de 45.000 expedientes.
Ese número fue decreciendo hasta que en 1998, a dos años de la vigencia la ley de riesgos de trabajo, la justicia laboral tramitó 16.752 causas, lo que significó el período con menos demandas laborales.
Según un informe de la Unión de Aseguradoras de Riesgos de Trabajo (UART), antes del sistema habían llegado a ingresar 50.000 causas por año por estas razones. Además, señala el informe, una vez dictada la sentencia, el monto que llegaba a manos del trabajador resultaba, en promedio, el 53% del total que debía pagar el empleador. El resto correspondía a honorarios de abogados, peritos y gastos judiciales. Además, el tiempo de tramitación del juicio se ubicaba entre los cuatro y cinco años.
El informe de la UART da cuenta de que antes de la ley, la empresa Swift Armour había recibido 10.000 reclamos por hipoacusia en Santa Fe. Además, la ciudad de Las Parejas ostenta el récord mundial de proporción de la población con hipoacusia. Sólo en 1990, el Instituto Nacional de Reaseguro abonó por 1273 de esos juicios la suma de US$ 8,5 millones, ajustados a fines de 2003.