Presupuesto 2013: fútbol sí, libros no
Cómo se califica a un gobierno o a una política que gasta más de cinco veces más en subsidios a una aerolínea que a los desempleados? ¿O que dedica 3,24 millones de pesos diarios a pasar partidos de fútbol por TV y sólo 290.000 para mejorar la calidad educativa? ¿O que gasta el triple que en el PAMI en una empresa estatal que se maneja como si fuera privada, sólo importa combustibles y encima cobra comisiones? ¿Que dedica casi cinco millones y medio de pesos por día en otra oscura compañía estatal para expandir una red de propaganda con televisión digital y sólo 4,1 millones en infraestructura y equipamiento para educación?
Eso es lo que hace y lo que piensa seguir haciendo el gobierno de Cristina Kirchner, según los números del presupuesto 2012 y sus modificaciones y el proyecto de presupuesto 2013.
Sólo en Aerolíneas, Enarsa, AR-SAT y el Fútbol para Todos el Gobierno habrá gastado al final del presente año casi 59 millones de pesos por día. Un total de 21.521,2 millones, si no se hacen modificaciones para aumentar todavía más las erogaciones antes del fin del ejercicio.
Es un poco más de lo que piensa gastar en 2013 por medio de la Anses por todo concepto, desde las jubilaciones hasta la Asignación Universal por Hijo y Embarazo, desde la entrega de netbooks gratuitas hasta el seguro de desempleo.
Sin contar con que, encima, en el proyecto que el oficialismo exige aprobar sin que se cambie una coma hay importantes ajustes en las partidas para apoyo de la infraestructura universitaria y acciones para "Más escuelas, mejor educación", que se reducirán cinco y cuatro por ciento, respectivamente. Con una inflación calculada en más del 20% anual, la reducción real es brutal.
La comparación de estos más que discutibles gastos ejecutados además de manera poco transparente es interesante, porque mientras aplica en ellos tanto dinero como para todos los gastos de la Anses, afirma no tener dinero para pagar las sentencias de la Corte en favor del pago de deudas y actualización de haberes de los jubilados.
Cristina Kirchner no pierde oportunidad de autoelogiarse por la Asignación Universal por Hijo y Embarazo. Podría aumentarla casi 10% o ampliar su cobertura con sólo dejar de financiar el Fútbol para Todos. O aumentar casi 74% todo el gasto de la Anses, incluida la asignación, las jubilaciones, el pago de sentencias y el seguro de desempleo, si abandonara la ineficiente política energética que llevó a tener que realizar multimillonarias importaciones .
El gasto muestra cuáles son las prioridades del Gobierno. Con lo que destinará este año en un solo día al Fútbol para Todos se cubrirían en 2013 más de 11 días en mejoras de la calidad educativa. La emisión de partidos de fútbol se llevará este año $ 3,24 millones diarios, contra los $ 4,07 millones previstos para 2013 para infraestructura y equipamiento en educación.
AR-SAT se llevará este año casi 5,5 millones diarios, suficientes para aumentar casi 10% las partidas de la Anses. O para triplicar los montos pagados o la cobertura del seguro de desempleo. ¿Qué preferirán los desocupados? ¿Que les aumenten las ayudas o que les financien el consumo de fútbol y les regalen un decodificador para verlo en alta definición, si es que pueden comprarse un televisor adecuado? Las madres y embarazadas pobres, ¿prefieren un aumento del 25% de las asignaciones o que el Gobierno gaste el equivalente de ese aumento en subsidiar una aerolínea groseramente deficitaria y sus viajes a Europa y los Estados Unidos?
Las diferencias reales son peores, pues los gastos previstos en estos subsidios son de este año y ya están consumidos en su mayoría. Las previsiones para el año próximo se harán hasta el 31 de diciembre de 2013 y estarán afectadas por un año más de inflación.
Con sólo terminar con el rojo de Aerolíneas, por ejemplo, se podrían aumentar 74% las transferencias al PAMI. ¿No hará falta? ¿Tan conformes están los jubilados con los servicios de la obra social que los atiende?
El proyecto de presupuesto, como "ley de leyes", desnuda cuáles son las prioridades de un gobierno. En democracias que funcionan correctamente, la ley que resulta es fruto de una negociación con la oposición, en la cual se introducen modificaciones. Así funcionó en la Argentina desde 1992. Sólo el kirchnerismo en el poder se ha arrogado el poder no sólo de no negociar nada en el tratamiento, sino además de modificar a su antojo la ley luego de sancionada.
Es claro por qué quieren la aprobación a libro cerrado y sin debate. El relato del supuesto progresismo es difícil de sostener.