Rogelio Frigerio: “La moneda está mal, perdimos competitividad”
El presidente del Banco Ciudad dijo que la situación es desoladora en algunas economías y propuso salir del populismo y del ajuste
"La situación es desoladora en algunas economías." La frase pertenece al presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio, uno de los hombres fuertes de Mauricio Macri en su campaña hacia la presidencia. Y en temporada alta de anuncios sobre lo que vendrá, ya muy cerca de las elecciones en las que el futuro de la Argentina tomará un aspecto más nítido, uno de los referentes de asuntos económicos de Pro y potencial integrante de un gabinete nacional, lanzó definiciones sobre qué pasará en el futuro si le toca conducir la política económica del país luego del 10 de diciembre.
Frigerio recorre cada semana distintos puntos del país para explicar qué es lo que preocupa a los actores de cada región. Y luego ensaya soluciones a la catarata de problemas que recibe. De sus visitas a la Argentina profunda, rescata la desesperación en la que están sumidos pequeños y medianos productores, a su juicio "oprimidos" por un Estado "que se ocupa de lo que no debe y no se ocupa de lo que sí es su responsabilidad".
Para el economista de la UBA, especializado en Planificación y Desarrollo, las economías regionales pueden ser "la locomotora de la recuperación". Advirtió que muchas actividades perdieron terreno y mercados que serán difíciles de recuperar en algunos casos. "Son claro ejemplo de un potencial desaprovechado", definió con un dardo en mano hacia la política económica de los últimos 12 años.
"Los productores quieren llegar al 10 de diciembre, pero hay muchos que no podrán. El próximo gobierno tiene que tener un plan de salvataje para los que no lleguen", proclamó, y atrajo comentarios del auditorio convocado en la Redacción de LA NACION.
En consonancia con el Plan Belgrano, con el que Pro busca seducir al norte argentino, Frigerio propuso incentivar el interior profundo para detener el proceso migratorio y dotar de mano de obra calificada a esas tierras acostumbradas a expulsar gente. "Podemos alimentar a 400 millones de personas, pero tenemos cuatro millones que se van a dormir cada noche con hambre. Muchos no encuentran esperanza y creen encontrarla en los grandes centros urbanos, pero eso produce una aglomeración de pobreza que sea hace difícil combatir. Ahí el Estado no entra", advirtió.
Crear empleo de calidad
Desde su visión, la prioridad para las economías regionales es crear empleo de calidad y cuidar al que ya existe. "El desempleo no es mayor sólo porque muchos tienen la esperanza de que algo va a cambiar a partir del 10 de diciembre y hacen esfuerzos sobrehumanos para no desprenderse de sus empleados", dijo para graficar la situación del interior. "Tenemos que dar alivio a los productores y a la gente. Eliminar retenciones es algo que debemos hacer el 11 de diciembre, al igual que bajar las alícuotas a la soja y compensar a los que están lejos del puerto", añadió.
¿Hay que devaluar? Frigerio evitó que lo arrinconen en la ortodoxia y responde: "Este gobierno lo hizo todos los días". Enseguida agregó: "Nuestra moneda nacional está mal, perdimos competitividad y por eso la angustia de las economías regionales. Ellos nos enseñaron que ni el ajuste ni la devaluación son el camino. Tenemos que salir del populismo de la época de bonanza, que derrocha, y del ajuste neoliberal cuando hay vacas flacas".
En su visión, la "herencia" de este gobierno no pasa tanto por el estancamiento, el nivel de reservas o la falta de credibilidad para acceder a tasas razonables al crédito internacional. "Lo más grave es la sensación de que tenemos que conformarnos con esto", dijo. ¿Su receta para salir adelante? "Necesitamos confianza en quienes gobiernan, actuar con decisión y tener buenos equipos de gestión."
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