Massa, sobre el acceso a divisas: “Sería mentir plantear que en el corto plazo se puedan resolver esas condiciones”

La falta de dólares para importar es la preocupación número uno del empresariado. Fue uno de los temas que se tocó a lo largo del 21° seminario Propymes 2022 y los ejecutivos no dudaron en preguntarle sobre la situación al ministro de Economía, Sergio Massa. El funcionario dio detalles de cómo funcionará el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) en 2023 y cuándo podrá finalizar el cepo.

“Cambiamos el sistema de SIMI a SIRA porque muchas empresas tenían reiteradas hasta siete veces la misma SIMI. Se acumulaban porque tiraban a ver cuándo salía. Y en términos de proyección de cierre de año, en teoría, al Estado le faltaban autorizar US$39.500 millones entre septiembre, octubre, noviembre y diciembre. Eso representaba una situación inabordable. Ahora, el cambio de sistema compara año contra año, el precio FOB, y otros indicadores. Muchos transformaron la competitividad cambiaria de la Argentina en la picardía para el enriquecimiento personal”, señaló Massa.

El minstro compartió escenario con Paolo Rocca, presidente del Grupo Techint, quien aprovechó la oportunidad para hacerle un reclamo al ministro. Para el empresario, a largo plazo la Argentina tiene que dejar atrás un sistema administrado por el Estado y darle “libertad a las empresas privadas”.

En respuesta, el ministro de Economía admitió que la administración de restricciones “siempre es muy difícil”, porque se condiciona el crecimiento de la economía y la generación de empleo formal. En ese marco, agregó que el gran desafío a enfrentar es que el cepo no termine generando más “daños” macroeconómicos.

“Está claro que el gran desafío es que la Argentina tenga una fortaleza en su Banco Central (BCRA) que le permita que el flujo de capitales tenga la naturalidad de todo el mundo. Hoy no tenemos esas condiciones. Y sería mentir plantear que en el corto plazo se puedan resolver esas condiciones. Uno mira retrospectivamente y dice ‘los controles los puso tal’. Pero, por las reiteradas crisis, el cepo lo tuvieron que poner gobiernos de distinto color político. Lo mismo sucedió con las restricciones sobre el mercado de cambios y la baja o suba de retenciones”, afirmó.

Siguiendo esa misma línea, dijo que el problema se acabará cuando se resuelvan dos bases fundamentales. En primer lugar, cuando el país deje de importar más de lo que exporta. Algo que se podría solucionar si las empresas se enfocan en sumar valor agregado a las materias primas, agregó. Y un segundo punto pasa por la responsabilidad de los políticos.

“Si no se puede financiar el Estado sin emisión, nuestra moneda nunca va a tener credibilidad. Y lo digo con la tranquilidad de que asumí y dije que no iba a usar los adelantos transitorios del Tesoro. Y cerramos el año sin recurrir al Central, porque cumplimos con el compromiso. La Argentina tiene un problema de credibilidad de la moneda, que se notó tal vez de manera más palmaria en la crisis de 2001. Los argentinos, si pueden juntar para ahorrar, sienten que no lo tienen bien cuidado salvo en una caja de seguridad. En 2023 vamos a construir instrumentos de ahorro asociados a bienes”, hizo hincapié.

Para llevar tranquilidad sobre las exportaciones en 2023, el ministro de Economía señaló que el esquema actual del Sistema de Importaciones Argentinas tiene el historial de cada empresa, y que el Gobierno está trabajando para poder rastrear aquellas firmas que exportan más de lo que importan. “Para que aquel que produce sus propios dólares no tenga que esperar”, añadió.

También, señaló que “la cuenta es simple”. Con respecto a los volúmenes importados en el corriente año, las compañías podrán demandar hasta un 10% más en 2023. “Así, no van a tener problemas con las importaciones. Queremos que los dólares los tengan quienes generan valor y trabajo, no para que se los lleven las máquinas tragamonedas, las que minan criptomonedas o las toallas”, aseveró.

El Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) también fue parte del debate. Sobre ello, Massa afirmó que se tiene que construir un modelo económico que permita el “normal funcionamiento” de las divisas, del mercado de capitales y de que la Argentina tenga un único dólar.

“Pero eso se construye paso a paso. Los que vienen y plantean que eso mágicamente se resuelve, lo miran desde un Excel y lo único que generan es un desastre. Sin estabilidad macroeconómica, no hay paz social. Pero sin paz social, tampoco hay estabilidad macroeconómica. Ambas van de la mano”, resaltó.

Déficit fiscal y reservas

Para el ministro de Economía, hay un cambio en el funcionamiento global, que en el mundo se está denominando “fragmentación”. Se trata de la disputa a nivel internacional por la revolución de la tecnología y la economía del conocimiento, de la seguridad alimentaria, los nuevos procesos de industrialización y minerales, y la energía. Cuatro puntos donde la Argentina tiene fuertes oportunidades.

“En economía del conocimiento, todos sabemos que el valor del capital humano es absolutamente reconocido a nivel global y, hoy, junto con Colombia, somos el principal proveedor de la región de capital humano. Tenemos que lograr que ese capital humano se quede en la Argentina y sirva para seguir generando mayor volumen de exportación del conocimiento, que es el principal valor económico del país”, ejemplifcó.

En ese marco, hizo referencia a la necesidad de sentar algunas bases macroeconómicas fundamentales. Sobre todo en lo que respecta al déficit fiscal, que aseguró que este año la Argentina cumplirá con las metas pactadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y cerrará en un 2,5% de déficit. Y también en la acumulación de reservas.

“La semana que asumimos planteaba que estábamos US$426 millones negativos de reservas, que se dio por el aumento de importaciones de energía. Fue una decisión que pretendió que la Argentina no sintiera lo que el mundo sentía. Nos costó más de US$5200 millones, y eso también es parte de la discusión política y global, porque los países centrales estaban disputándose el tablero cuando en el sur fue el primer invierno con una guerra. Pero vamos a seguir con la acumulación de reservas y cerraremos el año con más de US$7000 millones, con un swap con China de US$5000 millones, para dar tranquilidad”, cerró.

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