Cómo es el portafolio de Juan Pablo Vera
Este año aparece como más desafiante que 2018
El año que se fue no requiere demasiada revisión. Prácticamente todos los activos de referencia globales finalizaron con saldo negativo en el año más complicado para los mercados desde la crisis subprime en 2008. A nivel local el efecto se magnificó dado nuestro clásico "alto beta", liderando los descensos. Factores endógenos y exógenos los conocemos todos. El 2019 promete ser tanto o más desafiante que el 2018, con el factor extra de incertidumbre que significa un año eleccionario en una economía que busca salir del pozo recesivo en el cual se encuentra.
La recuperación llegará en el primer trimestre
El año empezó con mejor tono para los activos locales y emergentes en general. Veremos si el brutal sell-off que sufrimos durante todo el 2018 actúa de soporte relativo frente a inestabilidad de un mercado americano que pareciera haber puesto fin a su largo ciclo alcista.
Estimamos que la economía comenzará su recuperación en algún punto del primer trimestre, llegando en mejor forma al inicio del calendario electoral. El paraguas del FMI para este año supone un alivio a fin de destinar fuerzas para que la mejoría macro comience a sentirse en la calle. Brasil pareciera también aportar su clásico porcentaje de tracción.
Una cartera que le da prioridad a la moneda dura
Pensamos una cartera con prioridad en moneda dura. Tipo de cambio operando muy cerca de la zona inferior de no intervención nos otorga cierto margen de maniobra. Destinamos 70% a bonos cortos y medios de la curva dólar local. Letes, AO20, AY24 y DICA en carteras conservadoras. Para escépticos, armamos una posición barbell agregando PARA y suprimiendo la panza de la curva. 30% en pesos lo destinamos a LETES ARS o FCI de baja duration.
Las tasas reales seguirán altas un tiempo más
Creemos que las tasas reales seguirán altas por un tiempo considerable. Las alternativas aquí son GATO y DUAL 20. Para posiciones más agresivas, este 30% lo destinamos a renta variable, con eje en sector energético y construcción, monitoreando rubros más sensibles al ciclo (bancos y TXAR, por ejemplo).