Temen que se use mal un fondo fiduciario
Es de $ 800 millones, para obras públicas
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El último mes se vendieron en el país 826 millones de litros de gasoil. Del precio libre de impuestos del combustible, es decir, sobre 50 centavos por litro, el Estado retiene un 18,5%, esto es, 9 centavos.
La cuenta es la siguiente: 826 millones por 0,09 da como resultado 74,3 millones. Esos son los pesos que ingresan cada mes en un fondo fiduciario que aumenta cada vez que sube el precio del combustible. Ese dato es el que lo hace hoy estar en el centro del debate y el que hace temer a los empresarios de la construcción que el dinero sea utilizado para fines que no estaban previstos. Si se prorratean esos 74,3 millones al año, el fondo engruesa $ 891 millones.
La razón de ser del fondo es clara como el agua. Creado durante la gestión del ex ministro de Infraestructura Carlos Bastos para poner en marcha un plan de obras públicas, el fondo se abastecía de una suma fija de cinco centavos sobre el precio del gasoil.
Sin embargo, devaluación mediante, y ante la incesante suba en el valor del combustible, en abril se dispuso, por iniciativa del secretario de Transporte, Guillermo López del Punta, deducir un 18,5% sobre el precio del gasoil libre de impuestos.
Del fondo fiduciario, el 40% se destina al Sistema de Transporte (Sistrans) que se reparte entre el transporte automotor y ferroviario, de carga y de pasajeros. El dinero se dispara desde una cuenta del Banco Nación, previa autorización de Transporte. Para ese fin, maneja cerca de $ 29 millones, según dijo a LA NACION López del Punta.
Dudas por el Sisvial
El 60% restante del dinero que ingresa en el fondo fiduciario se destina al Sistema Vial Integrado (Sisvial). ¿Qué es? Un fondo específico destinado exclusivamente al pago de compensaciones atrasadas a los concesionarios viales y de obras en ejecución, según lo recuerda el decreto 652, del 19 de abril último. Igual, el pago a los concesionarios viales no se realizó durante los últimos tres meses, pero lo que es aún más llamativo es que el Gobierno no conoce a ciencia cierta cuánto dinero hay acumulado allí ni si se usaron algunas partidas.
Así lo dijo a LA NACION un alto ejecutivo de una constructora, que a fines del mes último se reunió con el Presidente y otros funcionarios para analizar la situación de la construcción en el país. "Se tiraban la pelota entre Obras Públicas y Economía; la verdad es que no saben dónde están parados. Nosotros tampoco, porque con tanto cambio ni siquiera podemos saber cuánta plata hay ahí", señaló.
Otra fuente admitió que existe temor de que el dinero sea utilizado para fines políticos. "El fondo se está engrosando a medida que sube el gasoil. Con la poca transparencia que hay, en medio de una campaña electoral, el dinero podría ir a otros fines", sostuvo.
LA NACION intentó sin resultado comunicarse con Hugo Toledo, de Obras Públicas, y con Miguel Rego, del Ucofin, de quienes depende el fondo en cuestión.







