Yo no fui
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En un mundo que clama por la igualdad entre el hombre y la mujer, escenario para movimientos reivindicatorios como el Me Too, Ni una Menos o Time’s Up, algunas mujeres argentinas compiten fuerte por la estelaridad con los hombres que las rodean.
Desde el expresidente Alberto Fernández, quien inculpó a su “querida Fabiola” por la fiesta de Olivos en plena pandemia, pasando por el exintendente de Lomas de Zamora Martín Insaurralde, que pretende documentar ante los tribunales que fue mantenido por su esposa durante el tiempo que duró la unión conyugal con Jesica Cirio, hasta llegar a Sofía Clerici, que asumió su condición de “acompañante de viajes” sin titubeos, el protagonismo de algunas argentinas sigue en alza gracias también a los hombres que han sabido correrse para dejarlas expuestas ante la mirada de todos.
La lista sigue extendiéndose. Se sumó la colaboradora del senador del Frente de Todos por Entre Ríos Edgardo Kueider –expulsado ayer de la Cámara alta–, apresados ambos luego de pretender ingresar más de 200.000 dólares, 646.000 pesos y casi 4 millones de guaraníes empaquetados y sin declarar a bordo de una camioneta que cruzó la frontera para entrar en Paraguay, un viaje que ambos habrían realizado ya seis veces a lo largo del año. Ella era la responsable del dinero, según daría a entender Kueider al ser interrogado. Iara Guinsel Costa, entrerriana también, al ser indagada habría dicho que el dinero era suyo y que se lo había entregado la empresa paraguaya para la que trabajaba. Ella ya estaba en la mira de la Justicia de su provincia en una causa por enriquecimiento ilícito. Con 34 años, es monotributista en una de las categorías más elevadas habiendo pasado por un solo trabajo registrado hasta su ingreso a la planta transitoria del Senado de la Nación con la categoría más alta, en febrero de este año; funciones que ahora desempeña su madre luego de que ella fuera separada del cargo por las acusaciones que la tienen rindiendo cuenta en los tribunales argentinos.
En estos días también se conoció la condena para quien fue la próspera cocinera del exministro de Planificación Federal Julio De Vido durante los gobiernos kirchneristas, Nélida Caballero. Dueña de campos, de siete vehículos de alta gama, inmuebles y dinero sin respaldo que lo justifique, fue condenada a tres años de prisión en suspenso por lavado de dinero. Tras su paso por el rincón de las hornallas de un próspero hogar de funcionario público, afirmó que su patrimonio fue fruto de su trabajo como empleada doméstica y trabajadora sexual, una categoría que ARCA no reconoce, como se hizo público a partir de la fortuna de Sofía Clerici. El Tribunal Oral Federal 7 ordenó el decomiso de sus bienes por un monto superior a los 395 millones de pesos, que quedarán a disposición de la Corte Suprema de Justicia.
“Siempre he sido una persona llamativa”, se pavoneó, en relación con su acceso a banqueros y empresarios generosos a quienes dijo conocer mientras trabajaba en la casa de De Vido, todos ellos ya fallecidos por lo que no pudo certificar su versión. Según relató, nunca ocultó a sus patrones su rentable actividad puertas afuera.
“¡Cherchez la femme!”, “Busque a la mujer” era la invocación atribuida al escritor francés Alberto Dumas que se convirtió en un cliché de la literatura detectivesca cuando lo que se necesita es identificar al culpable de un delito. La creatividad de algunos autores solo puede ser superada por la realidad. Parece ficción, pero no lo es. Los finales serán felices si los responsables de tantos saqueos terminan condenados por la Justicia.