Brasil: con comentarios incendiarios, el candidato ultraderechista negó el golpe militar y se comparó con Trump
RIO DE JANEIRO.- Los negros son responsables por la esclavitud. No hubo golpe de Estado al instalar el último régimen militar en Brasil. Gran parte de los que se dicen torturados, no lo fueron. Donald Trump está haciendo un excelente trabajo. Se teme un fraude en las próximas elecciones brasileñas... Con sus polémicas posturas, el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, uno de los favoritos para los comicios presidenciales de octubre , capturó anoche la atención del país durante una entrevista televisiva en vivo que incendió las redes sociales, el terreno virtual donde mejor se mueve.
La participación de Bolsonaro, candidato del pequeño Partido Social Liberal (PSL), en el programa "Roda Viva", de TV Cultura, era aguardada desde hacía varias semanas. Feroz crítico de la prensa, el legislador de 63 años llegó a poner en duda su asistencia y de hecho fue el último de los presidenciables en responder las preguntas del variable panel de periodistas que esta vez incluyó a representantes de los diarios Folha de São Paulo, Valor Económico, O Globo y Estado de São Paulo, además de la revista Veja.
Visiblemente nervioso al principio, Bolsonaro luego ganó seguridad mientras sumaba declaraciones controvertidas y focalizaba la atención de los periodistas en cuestiones del pasado en vez de en sus vagas y muchas veces contradictorias propuestas para un eventual gobierno. Al final de la noche, el osado capitán de reserva del Ejército que está a pocos pasos de llegar al Palacio del Planalto ocupaba el primer puesto mundial entre los "trending topics" de Twitter, TV Cultura registraba la segunda mayor audiencia del año (sólo superada por una entrevista al juez federal Sergio Moro en el mismo programa), y el video de la entrevista en YouTube alcanzaba casi medio millón de visualizaciones.
"De cualquier forma, las elecciones están bajo sospecha", fue la primera frase drástica que disparó Bolsonaro, al criticar el sistema de votación electrónica en Brasil y la negativa de la Justicia en permitir el voto impreso, como él ha impulsado.
Según las encuestas, con un 19% de intenciones de voto, Bolsonaro se ubica en la delantera de las preferencias si no se tiene en cuenta al encarcelado expresidente Luiz Inacio Lula da Silva , del Partido de los Trabajadores (PT), con 30% de los apoyos, ya que la ley electoral no permitiría al exmandatario competir tras haber sido condenado en segunda instancia a 12 años de prisión por corrupción en el marco de la Operación Lava Jato. Detrás de ellos se alinean la ecologista Marina Silva, de la Red Solidaridad (Red), con el 15% de las intenciones de voto; el exgobernador de Ceará Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), con el 10%; y el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con el 7%, en medio de un 33% de brasileños indecisos.
Bolsonaro se negó a contestar si aceptaría el resultado de las urnas si él no es finalmente el ganador, pero aseguró que disputará la contienda pese al riesgo de fraude. "Yo voy a luchar de cualquier manera. Todos nosotros desconfiamos y sabemos que el poder juega pesado", afirmó.
También puso en duda que Lula sea más popular que él hoy. "Lo que siento en las calles es que tengo más votos que Lula. Soy recibido de una forma completamente diferente a la de Lula con sus caravanas (antes de quedar detenido). Es así en cualquier lugar que vaya, en todos los rincones de Brasil. La aceptación de mi nombre es enorme; lo que el pueblo ve en mí es confianza, credibilidad", dijo con tono soberbio.
Cuando se le preguntó cuál quisiera que sea la marca de su eventual gestión, señaló que pretende hacer de Brasil "una economía liberal, que comercie con todo el mundo, sin sesgos ideológicos", y volvió a atacar lo hecho por los gobiernos izquierdistas del PT. Reconoció, eso sí, que no sabe mucho de economía, pero que dejará la tarea a cargo de su asesor Paulo Guedes, un reconocido especialista en la materia, educado en la Universidad de Chicago.
"No hubo golpe militar"
Luego de esas breves miradas hacia el futuro, la entrevista colectiva se ancló en temas del pasado, principalmente en la defensa que Bolsonaro ha hecho de la última dictadura castrense (durante la votación del impeachment a Dilma Rousseff, en 2016, el diputado rindió homenaje al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, reconocido torturador muy temido por Rousseff cuando fue presa por los militares)."No hubo golpe militar en 1964; golpe es cuando se derriba la puerta. Quien declaró vacante el cargo del presidente en la época fue el Congreso", corrigió el diputado a uno de los periodistas, en referencia al exmandatario João Goulart, quien abandonó el país tras la movilización de las tropas.
Asimismo, rechazó que muchas de las víctimas de la represión militar hayan dicho la verdad, pero se negó a una eventual apertura de los archivos de las Fuerzas Armadas. "Esa gente que se dice torturada, en algunos casos creo que lo fueron y ocurrió alguna maldad con ellos, pero en gran parte no. Es una política, una forma que usaban, decir que fueron torturados para conseguir indemnizaciones, conseguir piedad por parte de la población, conseguir votos y poder", indicó para luego opinar que "eso es historia, son heridas que no deben ser recordadas".
"Los propios negros entregaban a otros negros"
Al ser cuestionado por su oposición a las cuotas raciales en universidades y puestos estatales, como una forma de pagar la deuda que la esclavitud dejó con la población negra en Brasil, el diputado se negó a aceptar esa actitud, y rechazó las acusaciones de que es racista, misógino y homofóbico.
"Yo no esclavicé a nadie. Fueron los propios negros (en África) que entregaban a otros negros. ¿Qué deuda es esa?", se enojó mientras varios en el panel de periodistas expresaban su sorpresa con gestos.
La comparación con Trump
Aunque muchas veces Bolsonaro evitó las comparaciones con el presidente estadounidense Donald Trump , esta vez aprovechó una pregunta para alabarlo y equipararse con él. "Trump está haciendo un excelente gobierno –dijo-. Él quiere unos Estados Unidos grande, yo quiero un Brasil grande; él habla de Dios, yo también hablo de Dios; él defiende la familia y yo también defiendo la familia. Trump sufrió mucho las ‘fake news’ (noticias falsas), que es algo que yo sufro desde hace años en Brasil".
Al igual que Trump, Bolsonaro ha sabido utilizar al máximo las redes sociales para expandir su mensaje y agrandar su figura. De acuerdo a la consultora Arko Advice, el candidato del PSL es seguido por unos 8,5 millones de personas en Twitter, Facebook, YouTube e Instagram, aunque un estudio reciente del instituto InternetLab advirtió que el 33% de los perfiles de sus seguidores son falsos, controlados por computadoras.
Pese a ser un fenómeno virtual, en el plano político, a Bolsonaro le ha costado mucho tejer alianzas para su candidatura, y hasta el momento no ha convencido a nadie para que lo acompañe como vice en la fórmula. Todavía está en negociaciones con la reticente abogada Janaína Paschoal –una de las autoras del pedido de impeachment contra Rousseff-, pero en su desesperación también considera ofrecer el cargo al astronauta Marcos Pontes -primer brasileño en ir al espacio-, y al "príncipe" Luiz Philippe de Orléans y Bragança -de la desaparecida Casa Imperial brasileña-, fundador del movimiento anti-PT Acorda Brasil.
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