
Casi dos millones de muertos en el Congo en 22 meses de guerra
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KISANGANI.- Más de 1.700.000 personas perdieron la vida en los 22 meses de guerra en la República Democrática del Congo (RDC, ex Zaire), según estadísticas difundidas ayer por la ONG norteamericana International Rescue Committee (IRC).
El sangriento conflicto vive esta semana un nuevo capítulo con el estallido de feroces combates, entre tropas de Uganda y Ruanda, en la ciudad de Kisangani, al nordeste de la República Democrática del Congo, que desde el lunes causaron la muerte de por lo menos 100 civiles.
Las muertes ocurrieron cuando los civiles quedaron atrapados entre disparos de artillería, de lanzagranadas y obuses de mortero. Además, se registraron unos 700 heridos en los enfrentamientos armados, que se reanudaron en la mañana de ayer con un intenso fuego de artillería, pese a que los gobiernos de ambas partes habían ordenado anteanoche el cese inmediato de las hostilidades.
Ayer, la Misión de Observación de la ONU en el Congo (Monuc) no tuvo más remedio que negociar con los beligerantes un "alto el fuego humanitario" de cinco horas, a fin de asistir a la población.
El total de las muertes de los dos últimos años -1.700.000- fue causado, según el informe publicado por IRC, no sólo directamente por los combates, sino también por la devastación que origina la conflagración en el país, el segundo en extensión geográfica del Africa subsahariana.
Equivalente a todo Houston
"Es como si toda la población de Houston hubiera sido borrada de la faz de la Tierra en pocos meses", comentó el presidente del grupo humanitario, Reynold Levy, al referirse a los casi dos millones de muertes en 22 meses.
Uno de los autores del estudio, Reynold Levy, precisó que en promedio cada día mueren unas 2600 personas, y que "los datos indican que los primeros meses de este año fueron peores respecto de aquellos de 1999".
La IRC, cuyo origen se remonta originalmente a 1933, desarrolló al término de la Segunda Guerra Mundial programas de ayuda en áreas de salud, educación y asistencia a la niñez. Además, trabajó con refugiados de Europa del este, Vietnam, Cuba, Angola, Etiopía, Chile, Mozambique, Afganistán y El Salvador, entre otros países o regiones castigados por guerras civiles o conflictos internos.
La Monuc, en tanto, señaló que unas 150.000 personas están atrapadas en el centro urbano de Kisangani, donde en los últimos cinco días han caído más de 3000 proyectiles.
Se trata de una guerra de trincheras, porque ambos ejércitos están protegidos en sus respectivos escondites, mientras que la población civil se encuentra expuesta al bombardeo indiscriminado, aseguraron fuentes de la misión de la ONU.
"Mucha gente está muriendo en las calles y entre los escombros porque nadie puede ayudarla", relató el jefe de la Monuc en la ciudad, el uruguayo Danilo Pavia, que ayer acusó a las partes enfrentadas de cometer un "verdadero genocidio".
Mientras que las fuerzas ruandesas se han atrincherado a lo largo del río Congo, que baña la ciudad, los soldados ugandeses se han apostado en las afueras del área urbana, desde donde lanzan sus ataques.
La catedral, el edificio de la curia eclesiástica y el hospital general han sido alcanzados por las bombas, que también destruyeron cientos de casas. Miles de habitantes debieron abandonar sus hogares para refugiarse en casas de amigos y familiares, mientras que el hospital universitario se convirtió en el único centro de asistencia donde aún se presta atención a los heridos.
A la falta de agua y electricidad, en las últimas 24 horas se sumó la escasez de alimentos, ya que los ininterrumpidos combates impiden el aprovisionamiento de comida a la ciudad.
Guerrilla y diamantes
El conflicto en el Congo estalló en agosto de 1998, cuando un amplio frente de rebeldes se armó para derrocar al presidente oficial, Laurent Desiré Kabila. Los rebeldes son apoyados por los ejércitos de Uganda y Ruanda, que en agosto de 1999 comenzaron a enfrentarse entre sí por el control de la estratégica ciudad de Kisangani. Kabila, por su parte, es respaldado por las tropas de Angola, Namibia y y Zimbabwe.
Uganda y Ruanda justifican su presencia militar en la RDC con el argumento de que este país sirve de refugio a movimientos guerrilleros que tratan de derrocar a sus respectivos regímenes.
De acuerdo con fuentes diplomáticas acreditadas en la región, el actual enfrentamiento entre los ex aliados tiene como telón de fondo la disputa por el control de los yacimientos de diamantes y otras piedras preciosas localizados en los alrededores de Kisangani.
Por su parte, el gobierno congoleño pidió ayer al Consejo de Seguridad de la ONU "ordenar a Ruanda y Uganda abandonar, sin retrasos", la República Democrática del Congo.
Si las matanzas no se detienen y si la sangre continúa corriendo en Kisangani, "es porque la ONU no pretende hacer nada por el pueblo congoleño, que sólo desea ser soberano", declaró el presidente Kabila.
El mandatario habló ayer ante unos 500 jefes tradicionales de todo el país, que se reunieron en la ciudad de Kinshasa para asistir a un seminario de "preparación patriótica" durante el cual se analizará, entre otros asuntos, la posibilidad de organizar "la defensa civil" en cada poblado y comunidad.




