Coronavirus: las estrategias de países que lograron con éxito contener el brote

A medida que los países se suman a la lucha contra la expansión del coronavirus, Taiwán, Singapur y tal vez Turquía, pueden ofrecer lecciones valiosas sobre cómo frenar su propagación. Aún no existe una cura efectiva contra la epidemia, pero estos tres países han logrado con relativo éxito la contención del brote.

Taiwán

La isla está a solo 130 kilómetros y a un corto vuelo de China continental, donde se cree que el Covid-19 se originó en la ciudad de Wuhan. Y, sin embargo, Taiwán ha tenido solo 47 casos y una muerte hasta hoy, mucho menos que los 80.754 casos y 3136 muertes de China, un marcado contraste incluso teniendo en cuenta la enorme diferencia de población.

Entonces, ¿cómo ha logrado Taiwán la triunfante contención del brote? En primer lugar, la cercanía con China le permitió detectar tempranamente la aparición de una "severa neumonía" en la provincia de Hubei y tomar una actitud proactiva al poner en práctica velozmente medidas de precaución.

El 31 de diciembre, el mismo día que China notificó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que tenía varios casos de una neumonía desconocida, los Centros de Control de Enfermedades de Taiwán ordenaron de inmediato inspecciones de los pasajeros que llegaban en vuelos desde Wuhan.

Y a pesar de las malas relaciones con Pekín, Taiwán solicitó y recibió permiso para enviar un equipo de expertos al continente en una misión de investigación el 12 de enero.

Poco después de que el equipo regresó, Taiwán comenzó a exigir a los hospitales que realizaran pruebas y reportaran casos. Eso ayudó al gobierno a identificar a los infectados, rastrear sus contactos y aislar a todos los involucrados, evitando que el virus se propague a la comunidad.Todo esto sucedió mucho antes de que Taiwán confirmara su primer caso el 21 de enero.

Asimismo, Taiwán activó el Centro de Comando Epidémico Central relativamente temprano y eso le permitió implementar rápidamente una serie de medidas como: el control de sus fronteras –fue el primero en prohibir vuelos desde y hacia Wuhan y otras ciudades chinas–, el uso de la tecnología para la detección de casos –monitoreo de la temperatura en los aeropuertos y cuarentenas de 14 días–, el eficaz suministro de elementos de protección para toda la población –prohibió la exportación de barbijos, implementó un sistema de racionamiento y fijó el precio en solo 16 centavos cada uno–, y la educación de la población con mensajes frecuentes de las autoridades sanitarias en la radio y la televisión. Además, el gobierno multó a un hombre que volvió de Wuhan con síntomas y fue a bailar a una discoteca con 10.000 dólares.

En parte, la pronta respuesta de Taiwán se debe a que pudo aprovechar las lecciones que aprendió durante el brote de SARS en 2003. Esa epidemia terminó matando a 73 personas y dañando la economía en la isla asiática.

Singapur

Sin registros de muertes relacionadas con el virus a pesar de sus 96 casos, y una tasa de infección más lenta que las recuperaciones, según informó The World Economic Forum, la ciudad-estado asiática está emergiendo como una prueba de fuego para determinar si el patógeno mortal puede, si no contenerse, neutralizarse.

La respuesta proviene, quizás, de una combinación única de factores que aporta Singapur: un sistema de salud de primer nivel, medidas inexorables de rastreo y contención, y una pequeña población que acepta en gran medida las órdenes expansivas del gobierno.

El recuento de casos de Singapur todavía está avanzando, pero ya no es la nación más afectada fuera de China.

Singapur fue agresivo en la lucha contra el brote desde el principio. Fue uno de los primeros países en imponer restricciones a cualquier persona con historial reciente de viajes a China y partes de Corea del Sur. Tiene un estricto régimen de cuarentena hospitalaria y domiciliaria para pacientes potencialmente infectados y está rastreando ampliamente a cualquiera con quien hayan estado en contacto.

Multó a una pareja que dio información falsa sobre su historial de viajes y quitó el estado de residencia a una persona que violó su cuarentena, entre otras acciones punitivas.

Asimismo, el país lanzó un software a través del cual las personas puestas en cuarentena doméstica pueden informar su ubicación al gobierno, y también una campaña masiva de limpieza que incluyó la desinfección de juegos para niños en los parques, botones de ascensor, manijas, entre otros.

El gobierno, además, contrató al Ejército para empacar barbijos y enviar un kit a cada hogar de manera gratuita.

Sin duda, pocos otros países pueden recrear las circunstancias de Singapur. Es una nación pequeña y rica con un sistema de salud eficiente. Ha sido gobernada por un mismo partido político por sus casi 55 años de independencia, y los medios de comunicación locales llevan los mensajes del gobierno sin cuestionarios, desde lavarse las manos hasta quedarse en casa si alguien no se siente bien.

A todo aquello se suma la experiencia de Singapur con el brote de SARS –al igual que en Taiwán–, en el que murieron 33 personas.

¿Turquía?

Al momento, Turquía ha logrado mantener a raya el coronavirus, según informó hoy el ministro de Salud, Fahrettin Koca, mientras los países vecinos han sucumbido, uno por uno, ante la epidemia.

Durante la fase inicial del brote, Turquía se encontraba entre los pocos países que implementaron controles de temperatura en sus fronteras. Luego, el ministerio decidió someter a cualquier pasajero que venga de China a exámenes adicionales y poner en cuarentena a cualquiera que muestre los síntomas de la infección. Las evaluaciones se ampliaron más tarde para incluir países que informaron una gran cantidad de casos confirmados: como la vecina Irán, y el cierre de las fronteras.

Sin embargo, la falta de casos en Turquía ha despertado ciertas sospechas. Su ubicación geopolítica y sus relaciones comerciales con otros países hacen que la posibilidad de que la epidemia llegue al país sea "muy alta".