Crucial apoyo para la reforma de salud

WASHINGTON.– El proyecto impulsado por el presidente Barack Obama para reformar el sistema de salud estadounidense superó en la madrugada de ayer una votación clave en el Senado y sería aprobado antes de Navidad, en un paso histórico que brindará cobertura médica a 30 millones de personas que no la tienen.

Los 58 senadores demócratas y dos independientes cerraron filas contra la unánime oposición de los 40 republicanos y lograron el margen exacto de 60 votos que necesitaban para declarar cerrado el debate y sortear la amenaza de maniobras dilatorias de los opositores.

Obama, que ha apostado buena parte de su prestigio político al éxito de la reforma sanitaria, consideró ayer que se logró "una gran victoria para el pueblo estadounidense".

"El Senado nos ha acercado a una reforma que marca una tremenda diferencia para las familias, los ancianos y el país en su conjunto", agregó el presidente demócrata.

El Senado aún debe realizar dos votaciones de procedimiento más, en las que los demócratas volverán a necesitar 60 votos. La primera sería esta mañana, y la segunda, mañana por la tarde. La aprobación final sólo requiere una mayoría simple, y el plazo para votarla es hasta las 19 del jueves.

"Será uno de los mejores regalos de Navidad que este Congreso le hizo al pueblo estadounidense", dijo el demócrata Tom Harkin, presidente de la Comisión de Salud del Senado.

Aunque se espera que el oficialismo se imponga, el resultado final aún es impredecible, ya que el proyecto del Senado debe combinarse con el que aprobó en noviembre la Cámara de Representantes, para luego ser promulgado por Obama.

Hay diferencias importantes entre los dos textos: el de la Cámara baja incluye reglas más estrictas para los abortos y un plan público de salud que el Senado no adoptó, mientras que el de los senadores propone un impuesto a los seguros de salud de alto costo, al que se oponen muchos representantes demócratas.

La votación de ayer ocurrió poco después de la 1 (hora de Washington), con la capital norteamericana cubierta de nieve. Sesionar a una hora tan infrecuente era necesario para que el voto final pudiera hacerse antes de Nochebuena, lo que ocurrirá si los republicanos extienden el debate al máximo que permiten las reglas de procedimiento.

A pesar de la hora y del clima conflictivo, el buen humor primaba entre los demócratas. "Hoy estamos más cerca que nunca de hacer realidad el sueño del senador Ted Kennedy de una cobertura de seguros de salud universal’’, dijo el senador Harkin, en referencia al legislador de Massachusetts que murió en agosto.

El voto de los independientes

El jefe de la bancada demócrata en el Senado, Harry Reid, logró que su bloque obedeciera la línea partidaria tras varios meses de conflictos, en los que tuvo que hacer concesiones y acuerdos de último momento para garantizar el voto del independiente Joe Lieberman y el demócrata conservador Bob Nelson.

Sin embargo, no se logró la meta de Obama de que la reforma tuviera apoyo de ambos partidos, a pesar de las maniobras para convencer a la republicana moderada Olympia Snowe, la única en su partido que apoyó el proyecto en comisión.

Obama se reunió con ella antes y después de su viaje a la cumbre climática de Copenhague, pero al final Snowe dijo estar "extremadamente decepcionada" por el apurado proceso de aprobación.

Aun así, la votación fue una gran victoria para Obama, que está a unos pasos de una reforma que permitirá que cerca de 30 millones de estadounidenses sin seguro médico puedan tenerlo, algo en lo que fracasaron varios presidentes.

El proyecto también vuelve obligatorio tener un seguro de salud para casi toda la población, da subsidios para comprarlo a la gente de bajos ingresos e incentiva a los empleadores a ofrecer cobertura. Además, prohíbe algunas prácticas de las aseguradoras, como la de negar pólizas a la gente que tiene problemas de salud.