El Papa a los curas pedófilos: "Conviértanse y entréguense a la justicia"
ROMA.- "A los sacerdotes que abusan de menores quisiera decirles: conviértanse y entréguense a la justicia humana y prepárense a la justicia divina". En su tradicional saludo para los augurios navideños a la Curia romana, la administración central de la Iglesia, el Papa volvió hoy a pronunciar un discurso "bomba", centrado en la "plaga" del escándalo de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes.
"Está claro que, ante estas abominaciones, la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes. La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso", prometió, en un discurso en el que agradeció a los medios que denunciaron y sacaron a flote este espanto.
Al final de un año "horribilis", marcado por una crisis por este flagelo que dañó como nunca la credibilidad de la Iglesia y utilizado para atacarlo, Francisco, fiel a su estilo, afrontó la cuestión en forma más que directa. Al margen de hacer autocrítica y reconocer los errores del pasado y del presente, en un largo discurso en verdad dirigido a toda la Iglesia, dejó en claro su determinación a "erradicar" el horror de los abusos -un mal silenciado durante décadas por el Vaticano para proteger a la institución- para que nunca más ocurra ni sea encubierto, a través de un proceso de purificación y renovación.
La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso", prometió el Papa
"También hoy hay hombres consagrados que abusan de los débiles, aprovechando de sus poder moral y de persuasión. Cometen abominaciones y siguen ejercitando su ministerio como si nada fuera. No temen a Dios o a su juicio, sino sólo ser descubiertos y desenmascarados", denunció. "Son ministros que laceran el cuerpo de la Iglesia, causando escándalos y desacreditando la misión salvífica de la Iglesia y los sacrificios de tantos hermanos. A menudo, detrás de su desmedida gentileza, impecable obra y cara angélica, esconden sin pudor un lobo atroz, listo a devorar las almas inocentes", denunció.
En una Sala Clementina repleta de cardenales, obispos y monseñores de la curia, que ya en los años anteriores, para la misma ocasión, recibieron fuertes tirones de orejas de parte del Papa –que les enumeró enfermedades, remedios y resistencias-, reinaba un silencio sepulcral.
Francisco arrancó un discurso de 36 minutos, con varias referencias bíblicas y en el que enumeró las "aflicciones" y las "alegrías" del año, reconociendo que "la barca de la Iglesia este año ha vivido y vive momentos difíciles y ha sido golpeada por tormentas y huracanes". Y admitiendo que, entre las alegrías, los éxitos y los problemas de la Iglesia, "ciertamente las dificultades internas siguen siendo las más dolorosas y destructivas".
Son ministros que laceran el cuerpo de la Iglesia. Detrás de su desmedida gentileza, impecable obra y cara angélica, esconden sin pudor un lobo atroz, listo a devorar las almas inocentes
Luego de recordar "el ejemplo heroico de mártires y numerosísimos buenos samaritanos" que hay en la Iglesia, subrayó que, por otro lado, existen "los escándalos de algunos hijos y ministros" de la institución. "Los pecados y crímenes de las personas consagradas deforman el rostro de la Iglesia, minando su credibilidad", acusó. "Es innegable que algunos responsables, en el pasado, por liviandad, por incredulidad, por falta de preparación, por inexperiencia o por superficialidad espiritual y humana han tratado tantos casos sin la debida seriedad y prontitud", reconoció. "Esto no debe ocurrir más. Esta es la decisión de toda la Iglesia", sentenció.
En un año que comenzó con un viaje a Chile que disparó una investigación que significó un tsunami para la Iglesia local; y siguió con informes demoledores en Estados Unidos, Irlanda y Alemania y el j’accuse de un exnuncio que lo acusó de encubrir a un ex cardenal estadounidense, Francisco recordó que convocó para febrero a una cumbre sin precedente para tratar el tema.
Entonces, adelantó, se tratará de "transformar los errores cometidos en oportunidades para erradicar la llaga de los abusos no sólo del cuerpo de la Iglesia, sino también del de la sociedad", puntualizó. Subrayó así que el escándalo de los abusos sexuales a menores se da también en el seno de las familias y en otras realidades . "La Iglesia no se limitará a curarse, sino que tratará de enfrentar este mal que causa la muerte lenta de tantas personas, a nivel moral, psicológico y humano", agregó.
Francisco puso también hincapié en el hecho de que en el seno de la Iglesia algunos culpan a ciertos medios de crear intencionalmente una falsa imagen de la Iglesia, porque ignoran que, en verdad, el 98% de los casos de abusos son cometidos fuera de ella. Pero se distanció de ellos
Francisco puso también hincapié en el hecho de que en el seno de la Iglesia algunos culpan a ciertos medios de crear intencionalmente una falsa imagen de la Iglesia, porque ignoran que, en verdad, el 98% de los casos de abusos son cometidos fuera de ella. Pero se distanció de ellos: "yo quisiera agradecer vivamente a los medios que han sido honestos y objetivos y que han tratado de desenmascarar a los lobos y de dar voz a las víctimas". "Incluso si se tratase solo de un caso de abuso -que ya es una monstruosidad por sí mismo- la Iglesia pide que no se guarde silencio y salga a la luz de forma objetiva, porque el mayor escándalo en esta materia es encubrir la verdad", aseguró, reconociendo el papel de la prensa en esta cuestión.
En un discurso fuerte, que reflejó su preocupación por lo que algunos consideran el talón de Aquiles de su pontificado, Francisco también habló de una segunda plaga: la "infidelidad" de los que traicionan su consagración a Dios y a la Iglesia, "que se esconden detrás de buenas intenciones para apuñalar a sus hermanos y sembrar cizaña, división y desconcierto". Aludió, así, aunque sin mencionarlo, al exnuncio Carlo Maria Viganó, que creó gran revuelo a fines de agosto pasado, al acusarlo de haber encubierto, junto a otros altos prelados de anteriores administraciones del Vaticano, al ex cardenal estadounidense Theodore McCarrick. De 87 años y prelado muy influyente, McCarrik fue hallado culpable de abusar de seminaristas hace cuatro décadas y obligado a renunciar por Francisco en julio pasado.
Pese a todo lo anterior, concluyó su discurso de augurios navideños con optimismo. "En realidad, la fuerza de cualquier institución no reside en estar formada por hombre perfectos –eso es imposible-, sino en su voluntad de purificarse continuamente. En su capacidad de reconocer humildemente sus errores y corregirlos, en su habilidad de volver a levantarse de las caídas", aseguró. "La Navidad nos dona cada año la seguridad de que la luz de Dios seguirá brillando pese a nuestra miseria humana, la certidumbre de que la Iglesia saldrá de estas tribulaciones, aún más bella y purificada y espléndida. Porque todos los pecados, las caídas y el mal cometido por algunos hijos de la Iglesia no podrán nunca oscurar la belleza de su rostro".
Un año marcado por los escándalos
En el 2018 se revelaron varios casos de abusos que golpearon la imagen de la Iglesia y de Francisco
- Illinois: La fiscal general del estado de Illinois, Lisa Madigan, reveló esta semana el último escándalo que sacude a la Iglesia norteamericana, al acusarla de tapar denuncias de abusos contra más de 500 curas y miembros del clero
- Informe de Pensilvania: La investigación de los servicios del fiscal de Pensilvania, publicada en agosto pasado, destapó más de 1000 abusos sexuales perpetrados por cerca de 300 curas
- Abusos en Alemania: Un estudio sobre la Iglesia católica alemana, difundido en septiembre, denunció que hubo 3677 casos de chicos víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes entre 1946 y 2014
- La condena de Pell: El cardenal australiano George Pell, exzar de las finanzas del Vaticano y exasesor del Papa, fue hallado culpable este mes por "abusos sexuales históricos de niños", que se remontan a décadas atrás
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