En el primer minimercado sin empleados sueco, lo único que se necesita es un celular
Desde una app escanean los productos que desean; el pago es mensual
VIKEN, Suecia.- A Robert Ilijason, la idea de abrir el primer minimercado sin empleados de Suecia se le ocurrió después de una caótica noche tratando de conseguir comida para bebes mientras su hijo chillaba en el asiento trasero del auto.
Había quedado solo en casa a cargo de su hijo, el chico tenía hambre y a Ilijason se le había roto accidentalmente el último frasco de comida para bebes.
Así las cosas, Robert tuvo que manejar 20 minutos desde el pequeño pueblo de Viken, en el sur de Suecia, hasta encontrar un supermercado abierto.
Ahora, este experto en tecnología informática de 39 años maneja un minimercado 24 horas sin empleados ni cajero.
Los clientes simplemente deslizan el dedo por la pantalla de su celular para desbloquear la puerta de entrada y luego escanean sus compras. Lo único que necesitan es bajarse una aplicación y registrarse. El cobro es a través de una factura mensual.
El local tiene productos básicos como leche, pan, azúcar, comida enlatada, pañales y todo aquello que uno espera encontrar en un polirrubro. No venden cigarrillos ni medicamentos por temor a los robos. Y en Suecia los polirrubros no tienen permitido vender bebidas alcohólicas.
Expansión
"Mi ambición es extender esta idea a otros poblados y pequeñas ciudades -dice Ilijason-. Es increíble que no se le haya ocurrido nunca a nadie."
Ilijason tiene la esperanza de que el ahorro en personal ayude a que nuevamente haya almacenes chicos en las zonas rurales. En las últimas décadas, esos comercios han sido desplazados por los grandes supermercados, que suelen estar a kilómetros de distancia.
Ilijason recibe la entrega de mercadería y la acomoda en los estantes. El resto lo hacen los clientes.
Instaló seis cámaras de vigilancia para desalentar los robos, en un local de 45 metros cuadrados de superficie. También recibe una alerta en su celular si la puerta de ingreso queda abierta más de 8 segundos o si alguien intenta forzarla.
"Como vivo cerca, puedo venir corriendo con un garrote en la mano", dice Ilijason con una carcajada, y agrega que el negocio abrió en enero y no ha tenido ningún inconveniente.
En realidad, el mayor desafío ha sido lograr que los vecinos mayores de Viken, un pueblo de 4200 habitantes, aprendan a manejarse con la tecnología del teléfono.
Tuve Nilsson, de 75 años, dice que en 1976, cuando llegó con su familia, en Viken había muchos más negocios. Está contenta con el nuevo local de Ilijason, y dice que facilitará mucho la vida de los adultos mayores que viven solos.
"Lo que no sé es si van a entender esta tecnología -dice Nilsson-. A veces yo no entiendo."
Ilijason está evaluando otras opciones que no impliquen el uso de una aplicación para abrir la puerta. Ya descartó el reconocimiento facial y los lectores de huellas dactilares, pero está pensando en poner lectores de tarjetas de crédito, como tienen los bancos. También está evaluando poner un empleado durante un par de horas al día, para ayudar a los clientes no tan duchos en nuevas tecnologías.
Pero a otros clientes les encanta la rapidez de un negocio sin servicio personal. Raymond Arvidsson, amigo de Ilijason, hizo sus compras en menos de un minuto.
"Nunca hay fila: entro y me voy. Me gusta."
Traducción de Jaime Arrambide
Jan M. Olsen
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