En medio del escándalo por la celebración de una fiesta clandestina, Boris Johnson fue papá por séptima vez

LONDRES.- En medio del escándalo por la difusión de un video en el que sus colaboradores hablan de una fiesta clandestina celebrada en Downing Street el año pasado, el primer ministro británico, Boris Johnson, fue papá por séptima vez.

Es el segundo hijo que tiene con su actual y tercera mujer, Carrie. Según anunció la pareja, que ya tiene a Wilfred -nacido en abril de 2020-, la beba nació en la madrugada de hoy y tanto ella como la madre “están muy bien”.

“La pareja quiere dar las gracias al brillante equipo de maternidad de NHS (el Servicio de Salud Pública) por toda su atención y apoyo”, dice un comunicado emitido desde la oficina del primer ministro.

Boris Johnson y su mujer se trasladaron al 10 de la calle Downing cuando él asumió el cargo, en 2019 y se convirtieron en la primera pareja no casada que vive abiertamente en la residencia oficial del gobierno británico.

Fue recién en mayo de 2021 cuando el primer ministro (que tiene 57 años) se casó en terceras nupcias con Carrie (de 33).

El líder conservador tiene cuatro hijos de su segunda esposa, Marina Wheeler, una abogada, con quien vivió la unión más larga hasta ahora, alrededor de 25 años. Otro hijo, nacido en 2009 de una relación extramatrimonial con la experta en arte Helen Macintyre -y cuya paternidad había negado inicialmente-, fue reconocido legalmente en 2013.

Esta semana, Boris Johnson fue ridiculizado por la prensa y vilipendiado dentro de su partido por haber introducido nuevas restricciones contra la variante ómicron del coronavirus, en un momento en el que su gobierno está acusado de haber violado los protocolos sanitarios, en diciembre de 2020.

Desde hace varios días, se acumulan las revelaciones en los medios británicos sobre varias fiestas que habrían tenido lugar sobre fin del año pasado en Downing Street, mientras corrían medidas de aislamiento estricto en Gran Bretaña.

Horas después de pedir disculpas por un vídeo en el que una estrecha colaboradora suya bromeaba sobre una de las fiestas -Allegra Stratton, quien ayer renunció a su cargo público-, Johnson anunció la vuelta al teletrabajo y la introducción de pasaportes sanitarios en clubes nocturnos o estadios de fútbol para intentar frenar los contagios de la nueva variante, altamente transmisible.

Aún así, el primer ministro consideró que estaba “bien” mantener las “fiestas de Navidad” en el trabajo, una tradición nacional que aporta importantes ingresos a bares y restaurantes.

Estos anuncios fueron mal recibidos por decenas de diputados de la mayoría conservadora, preocupados por su impacto económico e indignados por la acumulación de escándalos que implican al Ejecutivo.

Algunos también creen que el mal ejemplo dado por el Gobierno puede impactar negativamente en el cumplimiento de las restricciones por parte de la población.

Las nuevas medidas también fueron ridiculizadas por la prensa británica, que acusa al gobierno de hipocresía. ”No vayas al trabajo, pero ve a las fiestas”, titulaba el jueves el Daily Telegraph. El diario de derecha se preguntó si este es “el principio del fin” del líder conservador, que antes de ser primer ministro había sido uno de sus periodistas estrellas.

Johnson sale muy mal parado en las últimas encuestas, en tanto una mayoría de británicos se declara a favor de su dimisión. ”Una regla para ellos, nuevas reglas para nosotros”, tituló el Daily Mail. Otro diario, The Sun, retrataba a Johnson como el “Grinch” con el título “Haz lo que quieras hasta que te pillen”.

Los portavoces del Gobierno han afirmado en repetidas oportunidades que durante el confinamiento de finales de 2020 se respetaron en las oficinas todas las normas antiCovid.

Agencias AP, AFP y ANSA

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