En su paso final por la costa este, Irene dejó grandes inundaciones
NUEVA YORK.- Tras dos días de máxima alerta en Estados Unidos, la temida tormenta tropical Irene abandonó finalmente la costa este en la madrugada de ayer, pero continuó causándoles problemas a millones de personas, que aún lidiaban con inundaciones históricas y dificultades de energía eléctrica y de transporte.
Según datos preliminares, Irene dejó un saldo de por lo menos 44 muertos, cientos de miles de hogares sin electricidad, la cancelación de unos 9000 vuelos y daños por entre 5000 y 13.0000 millones de dólares.
A pesar de todo, la tormenta nunca se convirtió en la pesadilla que habían advertido tanto meteorólogos como funcionarios, y muchos de sus peores efectos no estuvieron relacionados con las muy esperadas marejadas en la costa, sino con las fuertes lluvias que cayeron en el interior del país.
El pequeño estado de Vermont, fronterizo con Canadá, fue el más afectado ayer por el paso del ciclón. Miles de residentes recibieron la orden de desalojar sus hogares después de que Irene arrojara varios centímetros de lluvia, que causaron las peores inundaciones en el estado desde 1927.
En la capital, Montpelier, el agua estaba empezando a retroceder ayer al mediodía y unas 37.500 personas se encontraban sin electricidad, sumándose a los millones de afectados por el mismo problema a lo largo de toda la costa este del país.
"En algunos lugares, ni siquiera podemos acercarnos al daño", dijo el responsable del gobierno estatal de Vermont, Joe Kraus, al referirse a la geografía montañosa y sin salida al mar que caracteriza al lugar, repleto de ríos y arroyos que corren entre los valles. Algunos de los históricos puentes cubiertos del estado fueron arrasados por el agua.
En su recorrido hacia Canadá, la tormenta también descargó lluvias torrenciales en Nueva Jersey, Pensilvania y otros estados, que provocaron el desborde de varios ríos. A raíz de ello, las autoridades del país previeron que la estabilización de los ríos tomará varios días.
En un mensaje desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama reconoció: "Los efectos [del ciclón] todavía se sienten en gran parte del país, incluida a Nueva Inglaterra y estados, como Vermont, donde se registraron enormes cantidades de inundaciones".
"Esto no ha terminado. Recuperarse de una tormenta de esta magnitud tomará tiempo", dijo.
Normalización
En la ciudad de Nueva York, que salió casi ilesa del ciclón que se degradó a tormenta tropical justo en sus puertas, la situación comenzó a normalizarse ayer: los transportes públicos reiniciaron sus actividades, los aeropuertos reabrieron sus operaciones para vuelos de arribo y casi todos los 370.000 residentes que habían sido evacuados pudieron volver a sus casas.
La mayoría de los servicios ferroviarios que conectan a la ciudad con el Norte y Nueva Jersey, sin embargo, quedaron suspendidos de forma indefinida debido a los escombros sobre las vías y los anegamientos.
Para muchos de los casi cinco millones de hogares y negocios que se quedaron sin electricidad en algún momento de la tormenta, la luz comenzó a regresar en la mañana de ayer, aunque se espera que pasen días para que el flujo eléctrico se restaure completamente.
En cuanto a las víctimas mortales que se cobró el huracán, funcionarios indicaron que la mayoría falleció por caídas de árboles, accidentes de tránsito o por el arrastre de las inundaciones.
Agencias AP, AFP, EFE, DPA y ANSA
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