En un duelo de extremos, Duque y Petro pelean por el voto de centro
Se relanzó la campaña para el inédito ballottage entre un candidato de derecha y uno de izquierda; apelan al votante de Fajardo, que salió tercero
BOGOTÁ.– Ni un solo día de descanso se concedieron los dos candidatos que disputarán el 17 de junio un ballottage histórico en Colombia, duelo inédito y sin contemplaciones jamás visto entre la derecha uribista y la izquierda radical. Solo faltan tres semanas y no hay tiempo que perder en la búsqueda de aliados en el centro, pero ahondando la confrontación a cara de perro entre las dos visiones opuestas que representan Iván Duque y Gustavo Petro.
La política es un arte de brocha gorda y el senador del Centro Democrático, hijo de un padre exministro y gobernador y de una madre politóloga, lo sabe muy bien. Su campaña ahondará en la estrategia que ya se atisbó anteanoche, con el mensaje institucional de Duque mientras partido, aliados y seguidores insistirán todos los días en los nexos y similitudes de Petro con el chavismo, conscientes de que desde Venezuela solo llegarán noticias negativas para su rival.
"Ha llegado el momento de una nueva generación", "iniciemos una gran transformación de Colombia" y "quiero gobernar con todos y para todos" fueron algunos de los mensajes que lanzó el candidato, que prometió "no hacer trizas" el acuerdo de paz con las FARC y anticipó que será "generoso" con los guerrilleros.
El elegido de Álvaro Uribe parte con una ventaja fundamental, más de 7,5 millones de votos, a los que automáticamente suma el casi millón y medio de Germán Vargas Lleras, líder de Cambio Radical y el gran fracasado del domingo electoral.
Ambos partidos negociarán en el Congreso, donde poseen las bancadas más fuertes, pero ideología e intereses los unirán más pronto que tarde. Juntos se quedan a las puertas de la presidencia actualmente con el 46,42% de los sufragios. Vargas Lleras no concibe la vida política sin poder, así que dentro del Parlamento apuestan que tras su frustrada elección volvería al gobierno presidido por Duque en un puesto de altura.
Los otros grandes partidos (Liberal, Conservador y la U) seguirán caminos parecidos, tanto es así que una parte de sus congresistas y de sus dirigentes medios ya figuraban en la campaña de Duque. Pero Uribe, jefe del Centro Democrático y el mayor animal político del siglo XXI colombiano, sabe que para triunfar en junio hay que prolongar el viaje al centro y conquistar a una parte del electorado de Sergio Fajardo, el candidato que quedó tercero.
Y ese es el principal territorio de caza de Gustavo Petro, que tampoco ha perdido un solo minuto en reiniciar una campaña que promete ser frenética. El líder de Colombia Humana cuenta con el respaldo de casi cinco millones de votantes, 25% del censo electoral, tras destrozar el techo de Carlos Gaviria en la década pasada.
Es en los 4,6 millones de la Coalición Colombia de Fajardo donde tiene abierta la veda. En principio, cuenta con sus antiguos correligionarios del Polo Democrático, pese a las desavenencias y peleas personales. También pretende conquistar a los Verdes, tarea que no le será fácil.
"Lo único que no va a pasar es que apoyemos a Duque… Cuenta con mi decisión siempre de actuar por el cambio. Lo que repetimos en campaña es que una parte de quienes confían y votan por nosotros desconfían radicalmente de ambos candidatos, por eso no pueden hacerse cuentas de endosos", resumió Angélica Lozano, influyente senadora por Bogotá de los Verdes.
Con muchos reparos, pero se espera este trasvase parcial de votos a la izquierda. Otra cosa muy distinta es la del grupo más cercano a Fajardo, sobre todo sus votantes en Medellín y Antioquia, la tierra de Uribe. Este voto se dividirá entre los dos presidenciables y la abstención.
Petro también llamó a su lado a Claudia López, compañera de fórmula del liberal Humberto de la Calle, que anunció su retiro de la política tras el estruendoso fracaso de anteayer, al no llegar ni siquiera a 400.000 votos.
La caza y la captura del centro convivirán con una campaña incluso más polarizada. "Iniciaron la campaña del odio", se quejó Petro ayer, tras observar cómo en las redes sociales corrían fotos de líderes de las FARC celebrando su resultado. Imágenes falsas que precedieron al apoyo del partido de los guerrilleros a Petro para segunda vuelta, este sí verdadero, en aras de la paz.
Ajeno a la disputa, el presidente Juan Manuel Santos aprovechó para sacar pecho por las "elecciones más seguras, más tranquilas, más transparentes, más observadas y con mayor participación" en la historia.
La participación del 53,38%, casi 20 millones de sufragios, rompe con una tendencia abstencionista que ha calado durante décadas en la sociedad colombiana. Las tibias denuncias de fraude adelantadas por Petro, continuadas ayer por algunos dirigentes de Colombia Humana, cayeron en saco roto, convertidas en el peaje de una candidatura al populismo que la acompaña.
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