Suman nueve los muertos por el huracán y Nueva York se prepara para recibirlo
El fenómeno registra vientos de 140 km/h y avanza hacia la principal ciudad de EE.UU., que paralizó el transporte público y cerró sus aeropuertos; hay un millón de personas sin electricidad en la Costa Este; "Serán 72 horas muy largas", afirmó Obama
El huracán Irene llegó hoy a las costas de Carolina del Norte, en el este de Estados Unidos y aunque bajó de categoría, ya dejó nueve muertos a su paso y continúa rumbo a Nueva York, que se prepara para recibirlo en las próximas horas.
Las autoridades han elevado a 9 la cifra de fallecidos a causa del ciclón, que tocó suelo estadounidense esta mañana, con el anuncio de dos nuevos muertos en accidentes de tráfico fruto de las extremas condiciones meteorológicas en la zona.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, advirtió que "el tiempo para evacuar ya terminó" y exhortó a los ciudadanos a quedarse en casa ante la inminente llegada del huracán Irene.
Bloomberg precisó que "a partir de ahora la situación empeorará" y pidió a los neoyorquinos que no pongan en peligro sus vidas.
En las próximas horas la compañía que gestiona la electricidad en la ciudad decidirá si cortarla en algunas zonas a riesgo en caso de inundaciones. El alcalde de la Gran Manzana instó a los ciudadanos a recargar sus teléfonos celulares y a usar linternas evitando, en lo posible, el uso de velas.
Bloomberg pidió a los neoyorquinos que se queden en casa hasta que las condiciones meteorológicas mejoren, presumiblemente a partir de la tarde de mañana.
Los pronósticos indican que desde esta noche las ciudades más afectadas, además de Nueva York, serán la capital, Washington D.C., y Philadelphia, cuyo alcalde, Michael Nutter, ha declarado el estado de emergencia esta tarde por primera vez desde 1986, donde se esperan inundaciones y cortes de electricidad.
Asimismo, las autoridades de estas dos últimos estados ordenaron nuevas evacuaciones obligatorias en una decena de localidades, que se suman a los 2 millones de habitantes anunciados en todo el país desde ayer, y anunciaron la suspensión de los servicios de transporte público a partir de medianoche.
"Un hombre murió en el Condado de Onslow al sufrir un ataque cardiaco cuando tapaba sus ventanas con placas y otro hombre falleció en la noche cuando su auto se deslizó y chocó contra un árbol", afirmó Tom Mather, portavoz de la oficina de gestión de emergencias de Carolina del Norte. También murió un hombre arrastrado por un río cerca de Wilmington, una zona costera azotada por el ciclón. La cadena televisiva Fox News aseguró que son por lo menos cinco las víctimas mortales, entre las que se encuentra un niño de 11 años, que murió aplastado por un árbol.
"No es una broma, su vida podría estar en peligro", dijo el Bloomberg, recalcando que las personas que viven en las zonas susceptibles de inundarse deben respetar la orden de evacuación emitida a "370.000 personas" .
El presidente Barack Obama, que exhortó ayer a la población a "tomar en serio esta tormenta" cuyas proporciones podrían ser "históricas", interrumpió sus vacaciones en Massachusetts y hoy afirmó en la Casa Blanca: "Serán 72 horas muy largas".
Obama apareció brevemente ante la prensa mientras mantenía una de las tantas teleconferencias de la jornada. El presidente está trabajando estrechamente con su ministra de Seguridad Interior, Janet Napolitano, y el jefe de la agencia federal para las emergencias (FEMA), Craig Fugate, entre otros funcionarios.
El ojo de Irene tocó tierra hoy en las costas de Carolina del Norte a las 8 locales (9 hora argentina) con vientos máximos sostenidos de 165 km/h y se desplazaba hacia el noreste a una velocidad de 22 km, indicó el último reporte del Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami. El huracán se moverá "cerca o sobre las costas del Atlántico esta noche y se dirigirá sobre el sureste de Nueva Inglaterra el domingo", anunció el NHC, al recomendar a Canadá monitorear el ciclón que podría cruzar la frontera.
Más de un millón de personas se encontraban sin electricidad en las costas de Carolina del Norte, según reportes de las compañías locales. Residentes en zonas alejadas del mar también sentían el impacto del ciclón que atraviesa el Atlántico estadounidense, una de las zonas más pobladas del mundo con unos 65 millones de habitantes.
Irene se debilitó a categoría uno en la escala de cinco niveles Saffir-Simpson pero sigue siendo una amenaza cuando se dirige sobre la costa este para pasar el domingo por Washington, Nueva York y Boston.
La gobernadora de Carolina del Norte, Bev Perdue, señaló entre los daños preliminares el bloqueo de 10 rutas principales y problemas en dos plantas de tratamiento de agua. "Hay inundaciones repentinas en el este. Nos preocupa lo que surja de la tormenta luego que las lluvias empiecen a golpear", dijo Perdue. Y Napolitano, urgió a los residentes de zonas amenazadas a evacuar rápidamente: "Esta es una gran tormenta que cubre un gran territorio. Prepárense", dijo la funcionaria a CNN.
Asustados por el drama del huracán Katrina en Nueva Orleans en 2005, que dejó 1800 muertos, las autoridades temen que Irene provoque daños por un monto de hasta 12.000 millones de dólares, según expertos. Desde Carolina del Norte hasta Massachusetts, las autoridades decretaron el estado de emergencia.
Ciudad aislada
El transporte público de Nueva York, incluido el subterráneo y los aeropuertos, cerraron este mediodía, lo que provocó que varias compañías aéreas de todo el mundo anularan o retrasaran sus vuelos a la costa este de Estados Unidos.
Además, las principales rutas que conducen a la Gran Manzana cerrarán si los vientos sobrepasan los 96 km/h. Unos 900 guardias nacionales y 2000 obreros electricistas están listos a intervenir en caso de cortes de energía.
Las aerolíneas cancelaron unos 10.000 vuelos para este fin de semana desde Carolina del Norte hasta Boston, lo que ha dejado en tierra a los pasajeros mientras Irene barría la costa oriental del país, desplazándose hacia el norte. Hubo más de 3.600 cancelaciones sólo hoy. Todos los aeropuertos del área de la ciudad de Nueva York cancelaron los arribos el sábado, cuando el sistema de transporte público de la ciudad fue cerrado.
En tanto, en Baltimore, ciudad portuaria al noreste de Estados Unidos, las autoridades distribuían sacos de arena a los habitantes. En Washington, los habitantes se aprovisionaban de agua y generadores eléctricos en los supermercados. El ejército dispone de 101.000 miembros de la Guardia Nacional para afrontar la emergencia.
"No hemos conocido una amenaza de huracán como ésta desde hace décadas", dijo a la AFP Chris Vaccaro, portavoz de los servicios meteorológicos.
Un verdadero "monstruo"
El subdirector del Centro Nacional de Huracanes, Ed Rappaport, alertó que por el tamaño y la fuerza del huracán Irene será "el evento más importante, quizás en 20 años desde un sistema tropical".
Como un verdadero "monstruo", Irene tiene un diámetro de 820 km, o sea cerca de un tercio del equivalente del total de la costa este estadounidense (2675 km), según una estimación de la Nasa realizada a partir de satélites. El noreste de Estados Unidos escapa habitualmente a estas depresiones. Gloria, en 1985, fue el último huracán que afectó a Nueva York.
Más de 100.000 miembros de la Guardia Nacional, según la agencia DPA, están preparados para hacer frente a la catástrofe en caso de emergencia.
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