Justo cuando pensaba en la retirada, Trump ahora podría atacar
WASHINGTON.- Donald Trump prometió que Siria pagará "un alto precio" por lo que consideró un ataque con armas químicas que asfixió hasta la muerte a decenas de ciudadanos sirios el sábado último, y un alto funcionario de la Casa Blanca aseguró que no se descartan represalias con misiles contra el gobierno del presidente Bashar al-Assad.
En uno de sus tuits, Trump culpó en parte al líder ruso Vladimir Putin por lo sucedido. Es la primera vez desde la reelección de este último como presidente que lo critica en Twitter con nombre y apellido. Hace años que las fuerzas armadas de Putin combaten para mantener en el poder el gobierno de Al-Assad, en medio de la brutal guerra civil que sufre Siria.
Trump también dejó en claro que cree al pie de la letra los informes de los grupos de ayuda humanitaria que trabajan en Siria y que consideran que el ejército de Al-Assad utilizó armas químicas para la matanza del sábado en Duma, un suburbio de Damasco controlado por los rebeldes. El ataque dejó al menos 42 víctimas mortales que fallecieron en el interior de sus hogares, aparentemente de asfixia.
Thomas P. Bossert, asesor en seguridad interior de Trump, dijo que tanto él como el resto del equipo de seguridad nacional se habían mantenido en contacto con Trump durante la noche del sábado y las primeras horas de ayer para decidir la respuesta al ataque. Ante la pregunta específica sobre la posibilidad de una represalia con misiles, Bossert no la descartó. "Estamos barajando todas las opciones -dijo-. Las imágenes son terribles, y estamos considerando el ataque desde ese punto de vista".
Eso aumenta las perspectivas de una represalia en línea con la ordenada por Trump hace casi exactamente un año, tras un ataque con gas sarín en la localidad de Khan Sheikkhoun que dejó más de 80 víctimas civiles. En aquella represalia, Estados Unidos lanzó 59 misiles Tomahawk contra el aeródromo de Shayrat, punto de origen del ataque, con armas químicas.
Trump estaría evaluando un ataque similar, por más que en los últimos días haya expresado su deseo de retirar las tropas norteamericanas del territorio sirio, donde intentan eliminar los últimos vestigios del grupo Estado Islámico (EI).
Lindsey Graham, senador republicano por Carolina del Sur, dijo que Trump debería cumplir con las amenazas que hizo por Twitter. Si "no cumple con ese tuit, el presidente dará una imagen de debilidad ante Rusia e Irán -dijo Graham en el programa This Week. Después de eso, hay que cumplir con lo dicho, y demostrar la determinación que Obama nunca tuvo para resolver este problema".
En sus mensajes, Trump también criticó al expresidente Barack Obama por no haber emprendido acciones militares contra el gobierno de Al-Assad cuando usó armas químicas en 2013. En aquel momento Obama había advertido que el uso de armas no convencionales en la guerra civil siria implicaría que se había cruzado "una línea roja" que Estados Unidos no estaría dispuesto a tolerar.
Por aquel entonces, sin embargo, el propio Trump se oponía ferozmente a cualquier intervención norteamericana en Siria. En más de una docena de mensajes por Twitter de 2013 y 2014, Trump argumentó que la guerra civil siria "no es problema nuestro", y que las tropas norteamericanas debían "mantenerse fuera" del conflicto.
En su comunicado del sábado último, el Departamento de Estado norteamericano calificó la situación en Duma como "un supuesto ataque con armas químicas" y dijo que los informes sobre el hecho "son aberrantes y exigen una respuesta inmediata de la comunidad internacional".
El comunicado apuntaba también contra el gobierno de Moscú, acusándolo de haber violado sus obligaciones internacionales y poniendo en duda su compromiso con la no proliferación de armas.
Los funcionarios norteamericanos dicen que ya está en marcha el proceso para confirmar si el gobierno sirio usó armas químicas y, en caso afirmativo, de qué clase eran.
Desde la represalia del año pasado contra el aeródromo de Shayrat, el Pentágono ha actualizado las listas de los potenciales objetivos militares y gubernamentales de Siria que podrían ser blanco de un nuevo ataque en caso de que Trump finalmente lo ordene.
Julie Hirschfeld
LA NACIONTemas
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