La voz de la calle se levanta ante el vacío institucional
Caracas.- Las protestas en la calle forman parte de la cotidianidad de los venezolanos, pero en febrero de 2014 se registró un incremento sin precedente en los últimos diez años. Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social,
El politólogo Miguel Ángel Martínez Meucci, experto en sociología del conflicto, y la psicóloga social María Teresa Urreiztieta Valles, especialista en movimientos sociales y subjetividad colectiva, coinciden en que febrero de 2014 constituye un punto de inflexión: la protesta de calle pasó de reivindicativa a política.
"Hay condiciones estructurales para el aumento de la protestas, y la más relevante es el grave deterioro de la situación económica: caída de salarios reales y pérdida del poder adquisitivo. Cuando esto ocurre aceleradamente, hay un fértil caldo de cultivo para la protesta. Sólo faltaba la emergencia de liderazgos políticos. Los estudiantes, por un lado, y Leopoldo López y María Corina Machado, por el otro, son los vectores a los que se ha sumado buena parte de la sociedad", indica Martínez Meucci.
Agrega que el descontento social se manifiesta en la calle cuando no encuentra un adecuado cauce institucional: "La calle no es la primera reacción, sino la última".
Urreiztieta considera que en febrero de 2014 la pérdida de confianza y credibilidad en las autoridades llegó al extremo: "Sin confianza ni credibilidad no es posible sentarse a hablar. La crisis se ha profundizado por la progresiva erosión del Estado de Derecho. Hay una sensación generalizada de desamparo. Los profundos problemas económicos y sociales fundamentan el malestar".
La psicóloga social identifica como protagonistas a los sectores de clase media: "En territorios relativamente seguros y a una distancia prudencial de los grupos armados afectos al oficialismo, la clase media ha tomado la calle de diversas maneras, que van desde lo defensivo y lúdico hasta lo violento. Pero no sólo la clase media sufre apremios económicos, por lo que tarde o temprano otros sectores de la población también van a expresar su descontento".
Martínez Meucci explica que los acontecimientos han sido tan vertiginosos que es difícil calificarlos taxativamente. Desde su punto de vista, los desórdenes callejeros y las respuestas fácticas y discursivas de las autoridades pueden conducir a cualquier cosa.
En cuanto a los riesgos de una guerra civil, por el estímulo al enfrentamiento desde el gobierno, el politólogo puntualiza: "Muchas veces se llega a la guerra porque se niega la posibilidad de llegar a ella. Lo que estamos viendo es una confrontación desigual: unos cuerpos de seguridad y civiles armados que reprimen las protestas, aunque sean pacíficas".
Urreiztieta Valles piensa distinto: "Guerra civil implica la existencia de dos bandos enfrentados, cada uno con un significativo respaldo popular y en medio de la fractura de las fuerzas armadas. Esas condiciones no están dadas".
Kerry no descarta sanciones
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo ayer que Estados Unidos sigue intentando que la crisis en Venezuela se solucione mediante el diálogo, aunque dejó en claro que Washington está "preparado" para imponer sanciones a Caracas si no prosperan los esfuerzos mediadores de la región. "Estamos preparados, de ser necesario, para invocar la Carta Democrática Interamericana en la Organización de los Estados Americanos [OEA] y a implicarnos de forma seria mediante sanciones" a Venezuela, dijo Kerry durante una audiencia en el Congreso norteamericano.
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