Los asiáticos aprenden más inglés
MIAMI.- La brecha entre los países que están pensando en el futuro y los que siguen enfrascados en el pasado se está ensanchando cada vez más.
Eso fue lo primero que pensé cuando el ministro de Educación de Chile, Sergio Bitar, me comentó en una entrevista telefónica que el primer punto en la agenda de los veintiún ministros de Educación de los países de la cuenca del Pacífico, que se reunirán en la capital chilena el 29 de abril, será la adopción del inglés como un segundo idioma.
Efectivamente, algo que puede ser uno de los fenómenos culturales más importantes del mundo, la mayoría de los países de la Asociación de Cooperación Económica del Asia-Pacífico (APEC) -organización que incluye a China, Corea del Sur, Singapur, Chile, México y Perú- está avanzando a pasos agigantados en la enseñanza del inglés a todos los niños en edad escolar.
Los países asiáticos están muy a la delantera, lo que ayuda a entender su impresionante progreso económico en la última década. Según un estudio comparativo de 20 páginas que se dará a conocer en la reunión de APEC, cuyo borrador llegó a mis manos esta semana, los países más adelantados en la enseñanza del inglés son Malasia, Singapur, Tailandia y Hong Kong, que empiezan enseñando inglés intensivo a sus niños desde el primer grado de la escuela primaria.
Les siguen muy de cerca China y Corea del Sur, que empiezan enseñando inglés en forma intensiva a todos los niños a partir del tercer grado de primaria. Los niños chinos, por ejemplo, tienen 4 horas de inglés por semana desde el tercero hasta el duodécimo grado.
América latina está muy por detrás. El país latinoamericano más ambicioso en la enseñanza del inglés como segundo idioma es Chile, que el año pasado se convirtió en el primero de la región en establecer la enseñanza obligatoria del inglés como segundo idioma en el quinto grado de primaria, con dos horas de clase por semana.
"El impacto que está teniendo este programa en la sociedad ha sido enorme, especialmente entre la gente más modesta, que lo ve como un instrumento para su futuro´´, dijo Bitar.
Actualmente, apenas el dos por ciento de los chilenos habla inglés, según estudios del Ministerio de Educación. A partir de este año, todos los escolares chilenos desde el quinto grado en adelante tendrán textos gratuitos en inglés en sus escuelas.
Asimismo, Chile está facilitando programas de estudio de inglés por computadoras en las escuelas, y el gobierno está explorando intercambios con estudiantes universitarios y profesores de Nueva Zelanda y Estados Unidos para poder entrenar a los maestros en Chile.
Y Chile también está empezando a ofrecer reducciones de impuestos a las empresas que paguen cursos de inglés a sus empleados. La idea es apoyar a la industria turística y permitir que el país pueda atraer call centers y otras industrias de servicios.
Entre China y México
En enero, la Corporación de Fomento de Chile (CORFO) creó un registro nacional de 12.000 personas bilingües o casi bilingües que aprobaron exámenes de inglés convocados por el Estado. "Tenemos sus nombres y teléfonos en un banco de datos, que está a disposición de cualquier empresa que quiera establecerse en Chile´´, dijo Bitar.
En México y Perú, la enseñanza obligatoria de inglés en las escuelas comienza recién en el séptimo año. Y en muchos otros países latinoamericanos sólo comienza en la escuela secundaria.
¿Cómo se puede explicar que en China -país gobernado por el Partido Comunista, con un alfabeto distinto y ubicado en el otro rincón del planeta- empiece a enseñar inglés a los escolares en el tercer grado, mientras que México, que es vecino de Estados Unidos y tiene un acuerdo de libre comercio con su vecino del Norte, empiece a enseñarlo en el séptimo grado?
El ministro de Educación de México, Reyes Tames, me señaló en una entrevista que su país es consciente de su rezago en este sentido. Dijo que, debido a que México no tiene suficientes profesores de inglés, se tratará de cerrar la brecha mediante clases por computadora.
A partir de agosto, México comenzará un programa de $ 100 millones para colocar una computadora en cada aula de quinto y sexto grado. "La idea es que, a medida que los estudiantes tengan más acceso a la tecnología, aprendan el inglés no sólo utilizando las computadoras en la clase, sino también después de clase´´, dijo.
Eso es un buen comienzo. Pero lo preocupante es lo poco que se habla de este tema -o de la educación científica o tecnológica- en el debate político de nuestros países. A menos que los países empiecen a discutir temas que vayan más allá del escándalo político del día y se concentren más en cómo aumentar su competitividad, seguirán viviendo en el pasado y quedándose cada vez más atrás.
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