Lula y Bolsonaro festejan: sus candidatos dirimirán en el balotaje la poderosa alcaldía de San Pablo
El oficialismo se consolida en las elecciones municipales de Brasil, con una contundente victoria del alcalde Eduardo Paes en Río de Janeiro, mientras que en San Pablo, el candidato oficialista Ricardo Nunes avanza hacia la segunda vuelta
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BRASILIA.- Los candidatos del centro y la derecha brasileña se convirtieron en los grandes ganadores de las elecciones municipales del país, las más impredecibles en mucho tiempo, con un alivio para el gobierno del presidente Lula da Silva en San Pablo, principal capital económica brasileña, donde el candidato oficialista se aseguró un lugar en el balotaje.
En San Pablo, la elección a alcalde más apretada y marcada como nunca por episodios de violencia en la campaña, el actual alcalde, Ricardo Nunes, obtuvo el 29,5% de los votos y disputará una segunda vuelta el 27 de octubre con el diputado izquierdista Guilherme Boulos, bendecido por el mandatario, quien quedó segundo con 29% de los votos.
La elección paulista llegó al domingo de la misma forma que comenzó, en un terreno pantanoso al que llevó el pleito el outsider Pablo Marçal del diminuto PRTB, quien quedó tercero y fuera de la segunda vuelta por muy poco.
El influencer de ultraderecha, tercero con 28,15% de los votos, tuvo sus cuentas en redes sociales suspendidas 48 horas antes de la votación tras haber publicado un informe médico falso para acusar a Boulos de consumo de drogas.
La capital paulista, principal ciudad de Brasil, se convirtió junto con Río de Janeiro en los comicios más nacionalizados, con las intervenciones de Lula y del expresidente Jair Bolsonaro.
En la disputa por el electorado antipetista, Nunes quedó primero, apoyado oficialmente por Bolsonaro, pero principalmente por el gobernador de San Pablo, Tarcísio de Freitas, y una coalición de 12 partidos.
“Tengo un mensaje muy importante al pueblo de San Pablo que habla de nuestro futuro. Están en juego situaciones muy antagónicas. La diferencia entre el orden y el desorden, la experiencia y la inexperiencia, la buena gestión y la interrupción, entre el diálogo y equilibrio y el radicalismo”, dijo Nunes acompañado del gobernador TFreitas en el bunker.
El expresidente, de tibia participación en la campaña de Nunes, prometió a partir de ahora “zambullirse de cabeza” para la segunda vuelta.
“Había una preocupación de que yo podría entorpecer a Nunes. Pero ahora vamos a disputar el voto de Marçal, que entiendo que es de derecha y que estaba enamorado de un amor de verano, y vendrá con nosotros”, dijo el expresidente al periódico O Globo.
Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSol), la principal apuesta de Lula en estas elecciones municipales, enfocará a partir de ahora su campaña en discutir aspectos locales.
“Nunes sale en ventaja importante porque buena parte del electorado de Marçal migrará para él”, dijo a LA NACION Leandro Consentino, profesor del Insper.
El enfrentamiento entre el candidato de Bolsonaro y el de Lula confirma la previsión inicial de las campañas, desafiada por el ascenso vertiginoso de Marçal, alimentado en las redes sociales por un discurso agresivo.
Consentino dijo que el “ascenso meteórico” de Marçal presenta un escenario de “división” para el campo de la derecha a partir de ahora: “Ese campo ya no tiene más un unico dueño llamado Jair Bolsonaro. Está en disputa”.
En todas las capitales del país donde los alcaldes estaban bien evaluados, los jefes municipales se reeligieron con comodidad. Nueve alcaldes de capitales fueron reelectos en primera vuelta, entre ellas, Río de Janeiro, y Recife y Salvador en el nordeste de Brasil.
En la mayoría de los casos, los jefes municipales apostaron por escapar a la polarización, evitando asociarse con Lula o con Bolsonaro.
El alcalde Eduardo Paes, del centrista Partido Social Democrático (PSD) ganó en primera vuelta en Río con más del 60% de los votos y gobernará la ciudad en un cuarto mandato -segundo consecutivo-.
“Llegó la hora de parar con la polarización. Acá hay personas que piensan diferente. Podemos juntarnos, unirnos, y construir algo mejor para Brasil. Dimos un mensaje para el país”, dijo victorioso el alcalde, que agradeció el apoyo del presidente.
Paes recibió el respaldo de Lula, pero evitó exhibirlo demasiado en su propaganda.
El resultado de Río, la principal disputa detrás de San Pablo, fue amargo para Bolsonaro, que entró con fuerza en la campaña del diputado federal y exjefe de Inteligencia, Alexandre Ramagem, segundo detrás de Paes con poco más del 30% de los votos.
En su cuna política, donde ganó en las elecciones presidenciales de 2022 ante Lula, Bolsonaro gastó sus cartuchos para intentar hacer competitivo a Ramagem.
El PSD se convirtió en el partido que conquistó la mayor cantidad de alcaldías, 837 en todo el país, consolidándose como uno de los grandes partidos de centro en Brasil. Detrás del PSD, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) se alzó con 807 alcaldías y el Partido Progresistas, con 721.
El resultado proyecta el grupo de partidos del Centrão como un grupo muy fuerte en el Congreso y en las alcaldías.
En Bahía, nordeste brasileño, el alcalde Bruno Reis, del partido de centro Unión Brasil, tuvo la misma habilidad que Paes para escaparle a la polarización.
Reelegido cómodamente con cerca del 80% de los votos en una coalición que contempló al PL de Bolsonaro, Reis evitó asociarse al expresidente. “Mi alianza es con el pueblo”, dijo antes de las elecciones de ayer.
En otro de los principales distritos del sudeste brasileño, Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, la disputa quedó absolutamente protagonizada por dos opciones dentro del arco conservador. Bruno Engler, del Partido Liberal de Bolsonaro, quedó primero y disputará la segunda vuelta con el impopular Fuad Nodman, actual alcalde de la ciudad.
Norman según sondeos se benefició por el voto útil de parte de la izquierda, sin un candidato propio fuerte, para intentar bloquear el ascenso de Engler.
En Recife, el alcalde João Campos, del centroizquierdista Partido Socialista Brasileño (PSB), obtuvo una victoria contundente.
Con más del 77% de los votos, se convirtió en el alcalde más votado proporcionalmente en todas las capitales y su performance lo convirtió en una alternativa de proyección para la izquierda.
Campos, del mismo partido que el vicepresidente Geraldo Alckmin, contó con el respaldo de Lula, en una capital en la que el PT no pudo presentar una alternativa competitiva.
El PT apenas disputará la segunda vuelta en cuatro capitales, en todas en situación de desventaja.
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