Otro protocolo roto por Francisco: se puso una pulsera amarilla
Al saludar a los cardenales, recibió un regalo de uno sudafricano que le llamó la atención, al punto de agradecerlo y ponérselo debajo de su túnica blanca
Después de haberse reunido esta mañana con cardenales en la monumental sala Clementina del Vaticano, el papa Francisco volvió a romper el protocolo en el momento en que uno por uno lo estaban saludando.
En el encuentro participaron los "príncipes de la Iglesia" que fueron electores y aquellos que no pudieron estar en el cónclave por ser mayores de 80 años.
Francisco estrechó la mano uno a uno a los cardenales que lo eligieron. Unos segundos, que cada uno de ellos aprovechó para saludarlo y hablar brevemente con él.
Pero el cardenal de Sudáfrica y arzobispo de Durban, Wilfrid Fox Napier, además del saludo tenía un pequeño pero importante presente para el Sumo Pontifice: una pulsera amarilla.
"Es una pulsera que realizó especialmente el sacerdote de mi diócesis para el año de la fé. Dice ´Creo en Dios´y tiene el dibujo de una cruz y un pez, que es un signo de los cristianos para Jesús", indicó luego Napier a un periodista.
Confeccionada en plástico, la pulsera amarilla proviene de una diócesis de Durban, al sureste de Johanesburgo y contiene un mensaje muy profundo.
"Me pidieron que le diera la pulsera al Santo Padre, así que se la di y se la puse en la muñeca. Viene con una oración para el año de la fé y un documento por el que uno se compromete a realizar algo en este año", agregó el cardenal africano. Y concluyó: "Francisco me dijo: ´muchas gracias y rece por mí´".