Los medios afines al Kremlin afirman que los ataques están siendo contenidos, pero los últimos informes indican que controlan al menos 1200 km2 y una población importante
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Los medios de comunicación rusos se esfuerzan en enviar un mensaje de tranquilidad a la opinión pública nacional mientras avanza la incursión ucraniana en la región de Kursk.
Estos medios afirman que los ataques ucranianos están siendo desbaratados, uno tras otro, y que las autoridades están evacuando a civiles y ofreciendo indemnizaciones a los afectados.
“Días bajo fuego, pero sin dejar a nadie atrás. Así es como ayudamos a la gente”: así empezaba el principal noticiero del Canal Uno de la televisión estatal. Continuaba diciendo: “Es obvio que el ataque de Ucrania se ha derrumbado, ¡la situación está bajo control!”.
Otro de los principales canales de televisión dirigidos por el Kremlin, Rossiya 1, sostiene que Ucrania ha enviado a sus mejores unidades del Ejército “a ser masacradas en la región de Kursk”.
“Serán físicamente incapaces de seguir avanzando”, dicen para tranquilizar a su audiencia. El diario progubernamental Izvestia también se muestra desafiante, declarando: “No nos doblegarán”.
Los medios de comunicación controlados por el Kremlin suelen presentar a Ucrania como un país que no tiene un Ejército serio. Sus tropas se describen a menudo como “militantes”, “terroristas” o “fuerzas del régimen de Kiev”.
“Como los alemanes”
Una y otra vez, los medios de comunicación rusos recurren a su truco ya probado de invocar el espíritu de la Gran Guerra Patria, la batalla soviética contra el nazismo en 1941 después de que la Unión Soviética fuera atacada por Alemania a pesar de que ambos países habían firmado un pacto de no agresión en 1939, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Esta guerra y la victoria de la Unión Soviética sobre Alemania siguen siendo un elemento central de la narrativa patriótica estatal actual. Las acusaciones infundadas contra Ucrania de estar asociada con el nazismo, son habituales en los medios de comunicación.
Un artículo del principal tabloide ruso, Komsomolskaya Pravda, dice que las fuerzas ucranianas son “como los alemanes”, mientras que la televisión estatal las llama “neonazis”.
Pero hay una cuestión que la maquinaria mediática del Kremlin no quiere analizar: tras la incursión sorpresa que comenzó la semana pasada, ¿qué hacen las tropas ucranianas en la región de Kursk? Y también, ¿podría la incursión tener algo que ver con lo que Rusia está haciendo dentro de Ucrania?
El relato de Rusia
Desde luego, no todo el mundo se cree la información optimista de la televisión estatal.
Una residente local, una mujer de la región de Kursk, le dice al diario Kommersant: “No entendemos por qué no nos dicen la verdad. El enemigo está en nuestro territorio, los tanques enemigos están en nuestra tierra. Esto es la guerra”.
El corresponsal de Kommersant quedó preocupado por la mujer, después de que hiciera abiertamente ese comentario. Para él, este tipo de opiniones podrían traerle problemas a la mujer con los servicios de seguridad rusos.
El ataque sorpresa de la semana pasada ha llevado a las autoridades rusas a declarar el estado de emergencia en la zona. Ucrania afirma que sus fuerzas continúan con su avance en territorio ruso en varias direcciones.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, declaró que las tropas habían avanzado entre 1 y 2 km más en Kursk desde el miércoles, y que también habían capturado a 100 soldados rusos.
Pero Rusia afirma que ha conseguido detener los avances. Para Vladimir Putin, la incursión en Kursk es un golpe en la cara. Al lanzar su “operación militar especial”, instó a los ucranianos a rendirse y a Occidente a mantenerse al margen.
Al principio de la invasión, en febrero de 2022, cuando las fuerzas rusas estaban en las afueras de Kiev, sus medios de comunicación esperaban que la capital ucraniana cayera en pocos días. Dos años y medio después, su Ejército lucha por impedir que el ucraniano avance aún más hacia el interior de Rusia.
Tratando de contener el daño causado a las relaciones públicas por la incursión de Kursk, el presidente Putin convocó una reunión televisada con funcionarios, en la que empezó mostrándose confiado en que los invasores serían aplastados y que se alcanzan todos los objetivos de la “operación militar especial”.
Pero el ambiente se complicó cuando el gobernador en funciones de Kursk, Alexei Smirnov, apareció en la pantalla. En el momento en que empezó a hablar de la profundidad de las fuerzas ucranianas en su región, fue interrumpido por el presidente.
Deje eso para los militares, dijo, y ordenó al gobernador que informara sobre cómo está “ayudando a la gente”.
Vladimir Putin parecía visiblemente disgustado, se le veía fruncir los labios mientras Smirnov hablaba de los miles de ciudadanos rusos que quedaban en los pueblos ocupados por las fuerzas ucranianas. “No sabemos nada de su destino”, se quejó. Pero, ¿disminuirá la vergüenza de Kursk el apoyo a la guerra entre los rusos?
Puede que éste haya sido uno de los objetivos de Ucrania, pero los medios de comunicación controlados por el Estado se esfuerzan por presentarlo como la confirmación de que Ucrania es agresiva con Rusia y de que Vladimir Putin ha tenido razón todo este tiempo.
Por Vitaliy Shevchenko
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