Ron DeSantis, en problemas: su campaña presidencial se estanca desde el inicio y ensaya un reseteo
El gobernador de Florida no ha podido instalarse como una alternativa a Donald Trump en la interna republicana, con miras a las elecciones de 2024
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WASHINGTON.- Los últimos titulares sobre la campaña presidencial de Ron DeSantis hablan por sí solos. The Guardian: “La campaña estancada de DeSantis: cómo perder amigos y alienar a las personas”. Politico: “La campaña de DeSantis despide personal en medio de falta de plata”. CNN: “La campaña de DeSantis urge paciencia para un punto de quiebre con miras al primer debate”. NBC: “DeSantis está planeando un reseteo de campaña mientras forcejea por cerrar la brecha con Donald Trump”. Y Fox News: “DeSantis no va a considerar ser compañero de fórmula de Trump, dice que no es ‘el número dos’”.
“Los medios no quieren que sea el candidato, creo que esto está muy, muy claro”, se quejó el gobernador de Florida en una reciente entrevista en la cadena Fox News. DeSantis, antaño la gran promesa del Partido Republicano para desbancar a Trump, ha tenido hasta ahora una campaña mucho más áspera de lo que imaginaba. Desde su fallido puntapié inicial con el caótico lanzamiento de su nominación en un Twitter Space junto con Elon Musk, opacado por los problemas técnicos, DeSantis solo parece acumular traspiés, mala prensa y malas noticias.
Su respaldo entre la base de votantes republicanos nunca rompió el techo del 30%, y desde que entró en la carrera se desinfló hasta el 20%, según el promedio de encuestas de RealClearPolitics.
Y la campaña de DeSantis ya dejó otra señal de alarma: está “quemando” dinero a un ritmo mayor al de otros candidatos al depender mucho de grandes donantes que ya donaron el máximo permitido por la ley, según se desprende de sus últimas declaraciones financieras. Los aportes pequeños de la gente común, una señal de fortaleza en un candidato, escasean.
Ante el evidente declive, DeSantis ya tomó una decisión que cualquier candidato quiere evitar: su campaña adelantó que hará un “reseteo”, con cambios en sus mensajes, su agenda de eventos y su estrategia mediática, un intento por recuperar la iniciativa y evitar que la narrativa que comienza a instalarse en la prensa sobre su candidatura termine por devorarse al candidato. Pero DeSantis empieza a develar un problema más profundo, y más difícil de resolver: su falta de química con la gente, y un comportamiento un tanto acartonado en la campaña.
“Tomando en cuenta todo, su posición está peor que hace unos meses. Si bien algunos eventos externos, como las acusaciones de Trump, no han ayudado, algunos de los problemas de la campaña de DeSantis podrían derivarse de su propio candidato. El comportamiento incómodo de DeSantis en la campaña, por ejemplo, no es algo que se solucione por arte de magia”, dijo a LA NACION John Miles Coleman, editor asociado del Centro para la Política de la Universidad de Virginia.
“En general, diría que esta primaria todavía depende de Trump. Las noticias sobre las acusaciones solo han mejorado su postura en las encuestas, ya que los republicanos han ido corriendo a su lado. El año próximo podría tener una temporada de primarias muy aburrida, es posible que tanto Biden como Trump barran cada uno en su lado”, concluyó.
Miles Coleman puso sobre relieve además la debilidad financiera que enfrenta DeSantis porque su campaña depende mucho de los grandes donantes. En Estados Unidos, la escasez de fondos ha puesto la lápida sobre incontables campañas, incluso de candidatos prometedores.
Stephen Craig, profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Florida, dijo a LA NACION que DeSantis todavía está a tiempo de revertir la narrativa sobre su candidatura, como lo han hecho otros candidatos en el pasado. Pero eso no está garantizado, y Craig advirtió que, si DeSantis comienza efectivamente a quedarse sin donantes y sin dinero, sería una señal de que la narrativa que aparece ahora instalada en los medios “se está afianzando”.
“La narrativa puede derrumbarte. Presenta un desafío y creo que ahí es donde estamos con DeSantis. Todo lo que leo habla de cómo la gente lo ve como alguien frío, que se muestra frío y poco personal. Y su campaña ha tomado algunas malas decisiones, es simplemente una campaña torpe”, indicó Craig. “La narrativa está ahí y no va a desaparecer. Parece que está ganando impulso en la medida en que, si lo hace, entonces, sí, me cuesta ver que pueda superarlo. Pero los candidatos lo han hecho en el pasado, y tal vez él pueda encontrar una manera de hacerlo”, agregó el experto.
Craig cree que todavía es muy temprano y aún queda mucho terreno por recorrer en la campaña, y todavía hay muchas cosas que ocurrirán hasta el caucus de Iowa, que tradicionalmente inaugura los comicios para elegir a los candidatos. Aunque Trump lleva una clara ventaja de dos dígitos en los promedios de las encuestas, Craig cree que todavía existe espacio para “cierta volatilidad” en la primaria republicana. Y si bien reconoce el fuertísimo respaldo de Trump entre los republicanos, que muchos equiparan ya a un culto, a la vez dice que aún resta ver cómo terminará afectando a Trump su prontuario de causas judiciales.
“Creo que el apoyo de Trump en este momento está cerrado de una manera que no siempre es necesariamente el caso con un candidato que lidera en una carrera primaria. Pero, incluso con Trump, hay espacio para que sucedan cosas”, indicó Craig.
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