
Sin violencia fue detenido y llevado a prisión Milosevic
Resistió cerca de 27 horas en su mansión
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BELGRADO.- Fue arrestado esta madrugada, poco después de la medianoche argentina, Slobodan Milosevic, el ex hombre fuerte de los Balcanes, al que todo Occidente quería ver detrás de las rejas por sus crímenes de guerra.
El ex presidente yugoslavo, que se había atrincherado en su inmensa mansión, fue llevado a la prisión central de esta capital.
Mientras fuentes del Ministerio del Interior de Serbia confirmaban la detención de Milosevic, su colaborador Bransilav Ivkovic declaró que se entregó voluntariamente para "participar en el proceso de instrucción con relación a la denuncia penal que ha sido levantada contra él".
Sin embargo, antes de que una caravana de vehículos saliera de la mansión del ex presidente con destino a la prisión central se escucharon cinco disparos, lo que aumentó la confusión y la tensión que se vivía luego de las 27 horas que se mantuvo atrincherado en la mansión.
Tras un caótico intento de arresto por parte de un comando especial de agentes encapuchados, que dejó un muerto y dos heridos, el también llamado "carnicero de los Balcanes" había asegurado que no iría vivo a prisión.
El gobierno del presidente Vojislav Kostunica consiguió su propósito de arrestar a Milosevic sin que la operación significara un baño de sangre. Además, la orden de arresto dictada en contra del ex dirigente es por delitos cometidos en Yugoslavia y para ser juzgado en este país, y no por crímenes de guerra ante el Tribunal Internacional de La Haya.
"Nadie es intocable, nadie puede considerarse por arriba de la ley- dijo Kostunica ayer en una conferencia de prensa-, y quien dispara sobre la policía debe ser procesado y condenado. Quien es llamado a comparecer ante los tribunales debe presentarse ante los jueces. Ningún hombre, ni siquiera Milosevic, vale una crisis y un baño de sangre en el país."
Justamente para evitar este tan temido baño de sangre, poco antes de esa declaración Kostunica ordenó la retirada de la unidad del ejército que se encontraba sitiando la villa del ex hombre fuerte de Belgrado.
Se trata de una fortaleza de unos tres pisos rodeada de árboles, y al parecer llena de armas y explosivos, que ayer era visible sólo desde unos 300 metros, ya que se encontraba rodeada por centenares de policías armados.
La mansión "también tomada por asalto por periodistas de todo el mundo" se encuentra en el exclusivo barrio de Dedinje, que es una suerte de Beverly Hills yugoslavo, lleno de residencias de ricos y famososos, ubicado del otro lado del río Sava.
Mira Markovic, la mujer de Milosevic, y su hija Marija también se encontraban dentro de la residencia, que es moderna ya que fue construida por el ex dictador Josip Broz Tito en 1978, dos años antes de morir y dejar a la deriva a Yugoslavia. Según algunas fuentes, la mansión cuenta con túneles y hasta escondites que guardan las joyas que Tito acumuló en sus años de poder.
El lugar se había convertido en el centro de manifestaciones a favor y en contra de Milosevic, un hombre que en sus 13 años al frente de Yugoslavia llevó al país a una sucesión de guerras brutales, primero contra repúblicas vecinas "Croacia, Bosnia y Eslovenia", y finalmente contra la OTAN, que hace dos años intervino para defender a los albaneses de una "limpieza étnica" en la provincia serbia de Kosovo.
Agresión a periodistas
Los manifestantes pro-Milosevic, la mayoría ancianos, jubilados y nostálgicos, pero también señoras grandes, y jóvenes, al mejor estilo neonazi, llevaban banderas, fotos enormes con su imagen y se caracterizaban por agredir a los periodistas extranjeros.
"Este régimen de Kostunica vendió Serbia a la OTAN. Los del gobierno son unos traidores, no hacen nada bueno para los serbios. Slobo era el único que nos podía defender", dijo a La Nacion Jovanca, una jubilada con un viejo sobretodo negro y gorro de piel. "Carla del Ponte (la fiscal del Tribunal Internacional) es una vieja vaca, y un nuevo Hitler", también se escuchaba decir, mientras otros grupos entonaban el himno.
"Esperamos a Slobo", "No le damos Slobo a nadie", "No lo dejaremos ir", y "Slobo eres el único gran hombre de Serbia", eran los gritos que se levantaban desde ese grupo.
En el frente opuesto, el lado anti-Milosevic "protegido por agentes de la policía antimotines, con cascos y escudos" se encontraban estudiantes, parejas de novios, adultos con niños, hasta un hombre en silla de ruedas, y mujeres, que pese al intenso frío se acercaron hasta la rotonda que se abre cerca de la mansión para demostrar su apoyo al arresto del "responsable del desastre de los últimos diez años". En una suerte de ida y vuelta, este grupo gritaba al otro: "gángsters rojos", "vayan al geriátrico" y "Slobo salva a Serbia y mátate".
Entre silbidos y palabrotas, de repente empezaban a volar piedras y pedazos de madera, por lo que tenían lugar corridas, y en un ejemplo perfecto de la intolerancia que se vive en esta tierra, en un momento un grupo empezó a insultar al otro diciendo "ustedes son unos albaneses".
"Como ciudadano de este país estoy contento de que lo hayan puesto bajo arresto. Milosevic hizo un montón de cosas malas en estos diez años, provocó muchísimas guerras, y dejó a Serbia como a uno de los países más pobres de Europa. Me acuerdo que cuando tenía 20 años vivía mucho mejor que ahora", había dicho a La Nacion Misha, un periodista de 30 años de la radio serbia B-92, poco antes de que se entregara el ex hombre fuerte del país.
"Como prefiere la gran mayoría según todos los sondeos, a mi me gustaría que este asesino primero sea juzgado acá, por los crímenes que cometió acá. Y que sólo después de eso sea juzgado en La Haya", había agregado.
Abuso de poder y corrupción
El ministro del Interior serbio, Dusan Mihajlovich, había dejado en claro justamente que la orden de arresto es por abuso de poder y corrupción, y no por crímenes de guerra, por lo que no será entregado al Tribunal Internacional, sino que será procesado aquí. Una postura que siempre defendió Kostunica, que no dejó de destacar que la Constitución no prevé la extradición.
Mihajlovich, el mismo funcionario que había hecho saber que Milosevic "no se entregará vivo", al parecer fue uno de los que negoció anoche con el ex presidente su entrega a las autoridades, o al menos su comparecencia ante el juez.
"Está listo a aceptar el mandato de la corte de justicia de Belgrado siempre y cuando se respeten todas las garantías y procedimientos legales", había dicho a su vez Gorica Gajevic, ex número dos del Partido Socialista.
Anoche ya había vencido el ultimátum de Washington para el arresto del ex dictador, a cambio de unos 50 millones de dólares en ayuda.




